Capítulo 19: llegada a la oscuridad.

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La misión contra Oryx aún no terminaba por completo. Oscar y el resto sólo derrotaron la forma física del Rey, no la real. Eris informó de esto a los Guardianes después de su expedición en el altar.

La próxima vez tendría que ser un asalto de seis Guardianes y no de tres puesto que habrían más enemigos fuertes, según datos de Eris. En el acorazado aún permanecen el Sacerdote de Guerra: un mítico Caballero brindado con el poder de invocar poseídos; Gorgoroth: otro mítico rival, un Ogro realmente grande y más poderoso que otro; y por último tendrían que matar a las hermanas de Crota. Todo eso hacerlo lo antes posible.

Eris estaba reunida en la sala de Vanguardia con los Guardianes y mentores. --Entonces... ¿esto aún no ha acabado? —habló Cayde con angustia.

—Sólo será un asalto más —aclaró Eris—. Esta vez debe ser una incursión de seis Guardianes para terminar con los líderes del acorazado de una vez.

Paulina junto a sus chicas decidieron no participar en esta ocasión. —Prefiero que ustedes como equipo lo hagan —habló al resto—. Mataron a su hijo, deben hacer lo mismo con el padre —volteó a ver a Eris—. ¿Hay algo en qué podamos ayudarles?

—Sí, Guardiana —habló Eris—. Para entrar en terreno ascendente, esta vez tendrán que usar otra Ruptura ubicada en la sala de Almas. Para activarla deberán llevar a cabo una serie de ritual con cápsulas nicho —explicó—. Ustedes tres podrán apoyar en combate hasta activar la Ruptura, no podrán entrar con ellos debido a que esta sólo admite seis ascendentes después de ser activada.

La noticia alegró a la hechicera. Realmente quería participar contra el Rey, pero prefería que lo hiciera Oscar junto a su equipo.
Los mentores entregaron provisiones al equipo, tanto armaduras como munición de sobra. La reunión terminó cuando todo estaba decidido, cada quien tenía tiempo para descansar al menos mentalmente.

Aveline fue por una armadura nueva, pues la suya había sido muy dañada después de haber sido atravesada por el sable. Las cazadoras fueron a reparar también sus armaduras.
Oscar y Raquel a ver algunos combates de Crisol a través de las transmisiones por la Torre y despejar la mente.

—¿Habías imaginado que llegaríamos hasta aquí? —preguntó Raquel mientras observaba un combate—. Hemos hecho tanto daño y tanta esperanza para cada persona que habita la última ciudad.

—Respecto a eso, no. Jamás imaginé que llegáramos hasta este punto, enfrentar un... «Dios» —cruzó mirada con ella—. Talvez sea nuestra última batalla.

La hechicera soltó una carcajada. —Eso suena gracioso viniendo de tí, pero si fuera cierto... Mi héroe tuvo corazón para entregar su vida por mí, así que no habría problema conmigo tener corazón para entregar mi vida por ustedes.

—¿Interrumpo algo? —la voz de Paulina llegó por detrás—. Perdón por interrumpir, pero Raquel, Aveline quiere verte. Y Oscar, Holiday también te requiere. Hay un problema con nuestras naves.

Ambos hechiceros fueron donde los requerían. Paulina acompañó al hechicero debido que también había problema con su nave. —Paulina. ¿Tu nacionalidad es de Venezuela, o algo cercano? —el hechicero inició conversación—. Durante nuestro paseo por el acorazado decías palabras típicas de aquel lugar.

—Veo que sabes mucho —habló mientras salian hacia el hangar—. Sí, soy proveniente de ese país, al menos en mi antigua vida. Ahora soy como tú, un portador de luz.

—Lo supuse. ¿Qué piensas de todo esto? Lo que hemos pasado.

—¿Matar criaturas que jamás imaginé, enfrentar unos... Poseídos, viajar a planetas? Pienso que estás loco.

Destiny: Guardianes.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora