Un día más de la semana, todo normal en la vida de Audrey. Se levantó de cama como siempre, en una pijama de color negro, los pantalones ajustados de la pijama, rotos de la rodilla como le gustaban desde los 14. Tomó su toalla y entró al baño. Después de 16 minutos de estar bajo la lluvia artificial y hacer su rutina de baño, se envolvió en la toalla de color lila y salió del cuarto de baño a buscar su ropa. Pero hoy ocurrió algo diferente. En lugar de ir directo al gavetero se quedó en su cama. Dejó humedo todo el piso, estaba sentada, sin hacer nada, estaba tan absorta en sus pensamientos, (como: que pasaría si la vida fuera en realidad a blanco y negro y solo algunas personas podían hacer que eso cambiara, que haría al salir de la Universidad... Buscar trabajo como siempre hacen los recién graduados en ingeniería civil; estaba a 2 años de terminar sus estudios, algo que si bien lo pensaba, no era malo, pero para ella era muy frustrante saber que aún habían años por estudiar) que el tiempo pasó como agua entre manos. Se vistió, y bajó a prepararse algo para desayunar.
Ya en la cocina
Encendió el modular, y puso música clásica como suele hacer todos los días para cocinar. Hizo panes franceses, con una ensalada de frutas; había cambiado la música a jazz, acompañó su desayuno con un jugo de naranja con un poco de apio y piña.
Terminó de desayunar, lavó la loza, se colocó el suéter, debido a que hacía frío, apagó el modular, salió de la casa, cerró; y como todos los días, Block, su gran danés la esperaba acostado en su gran casa de perro, bien acobijada para que durante las mañanas que Audrey salía a clases él no sintiera frío si decidía quedarse en la casa.
-¡¡¡Ya volveré mi pequeño Block precioso!!!- le dijo de forma cariñosa a su perro a lo que este le contestó con ladridos graves, llenos de alegría. O eso quería pensar ella.
Se colocó el casco y sacó las llaves de su motocicleta del suéter antes de colocarse una pesada chaqueta de cuero color negro que su papá le había regalado al cumplir 19 años junto con su primera motocicleta.
Antes de ponerla en marcha, la sacó a la acera y cerró antes de que Block escapara como una vez le pasó. La encendió, y se puso en camino a la escuela.
Como ya era de rutina, pasó por un café a su cafetería favorita.
En la tienda era conocida de todos los empleados, ya que era una cliente frecuente. -Buenos días Joselinne.- Buenos días Audrey, ¿lo mismo de siempre?-
Audrey solo hizo un gesto de duda con la ceja, a lo que ambas rieron.
Se sentó a esperar su café latte; pasaron 5 minutos y se lo entregaron, se despidió al salir de la tienda y continuó su camino a clases.
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"me enamoré de... un monstruo
RandomCuando somos pequeños pensamos que el amor es de color rosa, que siempre es fácil. Pero cuando crecemos nos damos cuenta de que no será tan fácil, que siempre hay obstáculos... Audrey McLaren es un ejemplo esto. *Hola, quiero que esta historia les...