SMILE ON MY FACE

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6 a.m. desperté en un hospital. Los médicos no pudieron decirme cómo llegué ahí y yo... yo no podía recordarlo.

Estando en el hospital siempre tuve el mismo sueño, viéndome a mí, observando a través de una ventana a un niño jugando y una puerta abriéndose. Pero por más que trato de cerrar mis ojos para descifrar el nombre de aquél infante, no lo podía recordar.

Hace unos días volví a tener aquél sueño con ese niño, pero esta vez fue diferente... al abrir aquella puerta ya no era un niño; soñé cómo platicamos entre risas y caminatas. Por alguna extraña razón, sentí un dolor en mi pecho, pero no de como cuando estas enfermo, sino un dolor que solo se siente cuando te han herido por
amor.

¿Por qué no puedo recordar su nombre?

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Una gran ciudad, una pequeña casa; en ella vive un niño que está al cuidado de su tía. SeHun cumpliría 10 años, y sin tener idea, conocería a la persona más importante de su vida.

Casa llena de familiares por doquier, globos en cada rincón y una mesa llena de regalos. SeHun era el niño con la sonrisa más grande por lo feliz que estaba.

Sin previo aviso se escuchó un gran ruido proveniente de fuera, como todo niño su curiosidad fue mayor... un camión de mudanzas fue lo único que pudo ver, debido a que no le alcanzaba a la ventana por su baja altura.

Al día siguiente, siendo como cualquier lunes, salió a jugar.

Tan grande fue su sorpresa al ver salir a un niño de la casa de enfrente que corrió directamente a saludarlo; no era muy propio del SeHun que todos conocían como "tímido" y "reservado".

- ¡Hola!, soy SeHun. Vivo aquí enfrente señaló - ¿tú cómo te llamas?, ¿quieres jugar?

SeHun de la emoción no paraba de hacerle preguntas a ese niño, pero a pesar de eso, él al contrario, no respondía y simplemente entraba a su casa de nuevo.

Durante varios días, SeHun, al ver jugar al niño afuera, iba corriendo hacia él, pero éste se devolvía a su casa y así siguió por semanas... hasta que algo cambió.

- ¡Hola!, soy SeHun, ¿me recuerdas? Vivo aquí enfrente.

Y él por fin le respondió.

-Sí, te recuerdo, yo me llamo LuHan.

Desde ese entonces, todos los días durante las vacaciones jugaban juntos, parecían inseparables, ¡los mejores amigos! SeHun se iba corriendo siempre a su casa, entraba a su cuarto y se ponía a escribir en su celular. -sí suena algo ilógico pero él ya tenía-

Como cada día, corriendo, tocó la puerta de la casa de enfrente, pero esta vez nadie abrió. Pasaron semanas, meses, hasta años y esa puerta no se volvió abrir.

El día 235, SeHun se rindió después de haber pasado todos los días de camino a la escuela tocando la puerta con la esperanza de que se abriera, pero no fue así.

De regreso de la escuela, SeHun vio a los padres de LuHan salir, pero a él no. Pensó que aún seguía en la casa, así que se acercó:

Smile On My Face [HunHan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora