“Never Mind”
Mírate, mírame, mira todo lo que podríamos ser…
Bueno, aquí vamos ¿qué puedo decir? Los pájaros cantan, el sol brilla, y es otro asqueroso día más. Voy caminando al colegio porque odio tomar el autobús y ver la estúpida cara de felicidad de mis compañeros, aunque, bueno, ya me acostumbré.
No entiendo si la vida me odia o enserio la mala suerte existe porque otra vez llego después del timbre ¡aplausos Harry! Primer día después de unas vacaciones y ya estás en la oficina del director, pero no creo ser el único ¿o sí? ¡Lo sabía! La puerta se está abriendo y alguien con la misma suerte que yo está entrando y… ¿Qué hace él aquí? Oh no, no es posible, bueno, la vida no me odia tanto.
— ¡Hey Harold! Que gusto encontrarte aquí, ¿Qué, el chico malo al fin salió de tu interior?— pregunto alzando las cejas en forma divertida y con esa peculiar sonrisa suya, esa hermosa sonrisa que sólo él tiene y yo, yo sólo sonreí.
— ¡Tomnlinson! Llegas tarde y aun así te pones a hacer bromas infantiles a un compañero irresponsable como tú— se dirigió el director hacia él, el director parecía serio y claro que era un regaño, pero el grandísimo tonto de Louis hacía lo de siempre, reír, esa hermosa risa que tenía guardada en mi mente desde el primer día en que la escuché, esa risa que parecía alegrar mi día cada vez que la recordaba.
—Relájese director, no querrá que le salgan más arrugas de las que ya tiene ¿o sí? — me fue imposible no reír, y no, no fue por el torpe comentario de Louis, sino porque su risa se hizo presente una vez más y eso me alegró el día entero.
—Así que les parece divertido, espero que vuelvan a reír de esa manera hoy al término de las clases mientras asean mi oficina, están castigados los dos, ahora vayan a su clase que no quiero más quejas por parte de ustedes dos, principalmente de usted joven Tomlinson— Tomlinson, Tomlinson, Tomlinson, ¿no es el apellido más maravilloso en todo el mundo? Y claro, le pertenece a la persona más maravillosa en todo el mundo.
Nos dirigimos a la puerta de la oficina del director y cuando salimos lo primero que escuche su hermosa sonrisa otra vez, mi día no podría ir mejor, la vida no me odia después de todo.
—Buen primer día de clases para hacer la limpieza ¿eh? — dijo divertido y yo sólo me limite a sonreír. —Lamento causarte problemas, pero hay que darnos prisa o una visita más al director será nuestro menor problema— y ahí estaba de nuevo esa risa que me encantaba, asentí con la cabeza y nos dirigimos a la primera clase, algo tarde claro. Mientras caminamos no pude quitar mi mirada de él ¿algún día el hará lo mismo? Claro, en mis locos sueños, probablemente. Si tan sólo se diera cuenta de todo lo que provoca en mí, todo lo que puedo darle, todo lo que significa para mí, todo lo que podríamos ser…
Quiero saber quién eres, qué es lo que le pides a las estrellas...
Llegamos al salón después de recorrer el largo pasillo juntos, y para nuestra suerte la maestra no había llegado aún y posiblemente no llegaría ya que esa maestra nunca es impuntual, “la suerte esta de tu lado Harry” pensé para mí mismo, o tal vez es que cuando Louis está a mi lado nada va mal, nada.
— ¡Pero mira la suerte que tenemos! — dijo sonriendo— oh no, espera, nos acaban de castigar, olvídalo Harold— odiaba con mi vida que me llamaran así, pero de sus labios parecía la palabra más hermosa en todo el mundo, y ahí estaba otra vez esa hermosa sonrisa, al parecer no se cansaba y por mí no había problema. — ¿Y qué tal las vacaciones Harold? — yo no podía responderle ¿qué rayos iba a responderle? “oh, ya sabes, comer, ir al baño, dormir y pensar en ti, lo normal claro” Obviamente iba a salir corriendo y mudarse de Londres yo creo.