⟩JINMIN | MINJIN⟨
【sin editar】
No hay signos de desaparición. Todo sigue siendo estable a simple vista que, sin embargo, hay algo que nos dice que en el fondo han cambiado. No te preocupes si ellos no te creen, tan sólo pregúntales una pequeña cosa:...
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El ritmo de la guitarra al final de la melodía, que marcaba un compás brutal era triunfal para los oídos de SeokJin. Ignorando fervientemente a su amiga fingiendo que la escuchaba, sus orejas, que sostenían a sus auriculares, estaban tapados por la capucha azul marino que vestía por elección propia, al contrario de su uniforme pulcro –de la cual su instituto público prestigioso obligaba a vestir–.
Escuchaba fragmentos del monólogo de su amiga –era considerado como uno, porque SeokJin no le prestaba atención en absoluto–, cuando el semáforo peatonal cambió a verde. El chico tomó sin pedir permiso la mano de SoHyun para cruzar con ella, dado que la avenida en que caminaban era demasiada peligrosa como para dejar que los peatones se dirigieran sobre ella. Con mucha atención, se aseguró de que ningún auto pudiera atropellarlos o retrasar su recorrido, porque Seúl no era precisamente un lugar protegido.
Se sacó los auriculares apenas llegaron a la acera contraria. En ese minuto, pudo oír como SoHyun se lo agradecía con una venia, acompañado de una enternecedora voz: —Gracias, oppa. Eres el mejor.
Las palabras de SeokJin eran dichas de forma monótona, como si no le interesara las segundas intenciones de SoHyun: —No es nada.
— ¿Debería traer algún dulce para ti?
—No, SoHyun. —negó con rapidez. Era un poco excesivo para él. —No es necesario. Deberías ir rápido a la casa, tus padres deben estar preocupados.
—Lo sé, solo son unos bloques. —comentó con dejadez. —No es como si yo fuera a desaparecer.—soltó una rara carcajada, provocando que SeokJin pudiera no evitar hacer una mueca de incomodidad.
—Sí, bueno... Deberías irte. —lo último sonó como un susurro, mas SoHyun no lo oyó. —Es tarde, deberías cuidarte.
—No me pasará nada, estoy segura. —siguió hablando, demorándose más en partir hacia su lugar. — ¿Mañana nos vemos aquí?
—A las siete y media.
Aseguró asintiendo con la cabeza para confirmar lo pactado con su amiga. Ella sonrió viéndose aún más tierna, mirando sus zapatos como si fueran algo llamativo a la vez que zapateaban nerviosamente. SeokJin no notó el toque sonrojado que llevaban las mejillas de SoHyun, porque estaba distraído mirando hacia arriba, aparentando que las nubes eran más divertidas que su pobre amiga.
— ¡Me voy! —exclamó ella sobresaltando a su amigo –por estar despistado con las nubes–, y se fue corriendo a su casa en un arranque de vergüenza. Para el chico, eso no fue extraño puesto que sucedía con más frecuencia de lo que él mismo podía esperar.
Como era usual, no le tomó importancia y dio la vuelta para caminar con tranquilidad hacia su casa. Esperaba a sus padres recibirlo con demasiadas preguntas molestas, de la cual SeokJin siempre contestaba con monosílabos.
Los señores Kim eran perpetuamente efusivos con su único hijo y se metían en asuntos que el mismo SeokJin decidía resguardarlos en una intimidad extrema, solo se rompía apenas con el toque curioso de sus padres. Igual los amaba, aunque rehuyeran del término 'invasión a la privacidad'.
