Jack Gilinsky (parte 1)

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Jack y yo nos conocíamos desde que eramos unos niños, vivíamos en el mismo barrio y fue mi novio cuando entramos a secundaria, aunque no duró más de tres años en los que no parábamos de romper y de volver. Fuimos muy amigos hasta que acabamos el instituto y yo me fui a la universidad y el persiguió sus sueños como cantante, junto a nuestro otro amigo, Jack Johnson. Juntos nos llamaban los ''Trijota'' ya que mi nombre era Jaden. Nos queríamos como hermanos y después de separarnos nos seguimos hablando pero nada era lo mismo. Ellos se centraron en sus carreras y yo en la mía.

Este año acababa mi grado universitario e íbamos a hacer una fiesta en un club, en Chicago, que era dónde yo estudiaba ya que en la universidad no nos dejan el gimnasio de las instalaciones para hacer fiestas, como en el instituto.

La ceremonia de graduación fue genial, todos teníamos los nervios a flor de piel, se derramaron lágrimas y obviamente tuvimos una cena en la cual ya empezamos a beber. Cuando llegamos al club nos quedamos flipando. Nos habían decorado la sala especialmente, aunque había mucha más gente que no pertenecía a nuestra graduación. Era el club mas prestigioso de la ciudad y por eso mismo era el más grande, mucho más grande que el aula magna de mi universidad, obviamente. Todos sentimos un subidón de energía cuando escuchamos la música, vimos a toda la gente y sabíamos que ya habíamos acabado los peores y mejores años de nuestra vida. Empezamos a bailar, yo con mis mejores amigas de la universidad; Anna, hija del alcalde de Chicago y Alissa, hermana del dueño del restaurante más cotizado de la ciudad. Y yo que gracias al gran esfuerzo de mis padres como cirujanos cardio-vasculares, había podido conocer a gente tan especial como ellas y muchas más.

-¡Por la nueva generación de médicos!- Gritó Alexander por encima de la música.

-¡Por todos nosotros!- Alzamos el vaso al unísono y dimos un gran trago a nuestra copa.

Llevábamos como una hora bailando sin parar y decidimos que teníamos que salir a tomar el aire a la terraza un rato, o nuestro cuerpo caería redondo en mitad de la pista de baile. El viento de aquella noche fría de Chicago me abofeteó la cara, pero era una bofetada agradable, mis mejillas ardían.

-¿Jaden?- Me volteé al escuchar mi nombre y al sentir una mano cálida el mis hombros desnudos. Me quedé sin palabras.

-¿Jack? ¡No me lo puedo creer!- Me tiré a sus brazos y me dio un abrazo tan fuerte que creía que me iba a romper una costilla, pero me daba igual, la alegría que sentía en ese momento no se podía medir.

-¡No sabes lo que me alegro de verte pecosa!- Su sonrisa era enorme, al igual que la mía.

-¡Y yo a ti rubio!- Le volví a dar un abrazo y como no le tuve que preguntar por el otro Jack.- ¿Donde está G?

-Ah...- Se quedó pensativo, como si no quisiera contarme algo- Creo que está con alguna chica bailando en la pista pero no sé.- A Jack siempre le ha dado corte contar si alguno de sus amigos estaba con alguna chica.

-¡Vamos a verle! Tengo ganas de hablar con él.- Dije muy feliz.

-Bueno, no sé si está par...

-¿Jaden?- La misma pregunta que me habían hecho no hace menos de diez minutos, la voz me sonaba muy familiar pero casi no salía de su cuerpo, como si no fuera capaz ni de hablar. Justo un segundo antes de darme la vuelta supe quien era.

-¡G!- Su cara seguía igual, aunque estaba mucho más delgado de lo que algún día lo conocí. Su sonrisa estaba ahí, también sus dientes relucientes y alineados por los que todo el mundo le conoce. Aún así no trasmitía el resplandor que solía tener hace unos años.

-¡Jacky!- Me acerqué para darle un abrazo, él no dio ni un solo paso. Le abracé y sus brazos me envolvieron, pero no era la calidez con la que me envolvieron allá por el 2014, cuando empecé la universidad y nos separamos.- ¿Que tal estás?

-Muy bien, ahora mejor, pensaba que no volvería a verte nunca más.- Me sonrió.- Menos mal que estaba equivocado.

No sabía como sentirme, estaba tan abrumada... Jack parecía un esqueleto. Su cuerpo estaba consumido, cualquiera que pudiera leer mis pensamientos pensaría que soy una superficial, pero para ser sincera, este no es el Jack que dejé atrás hace cinco años. Mi mente se negaba a reconocer que este era Jack, daba y daba vueltas con la esperanza de encontrar algún recuerdo en el que pudiera verle tan demacrado.
Los tres nos sentamos en un banco que había en la terraza, no sin antes presentarles a Anna y a Alissa que decidieron que debían de darnos algo de tiempo para ponernos al día y recordar viejos momentos, aunque estuviéramos algo borrachos. Después de muchas risas, recuerdos y dos casi escapadas de lágrimas por mi parte, Jack J entró al baño y solo quedamos G y yo. Miré como se encendía otro cigarrillo, ya había perdido la cuenta de cuantos llevaba.

-Te he echado de menos,- G me miró y pude sentir una tristeza enorme en sus ojos, se inclinó hacia mi, no podía ni moverme- no sabes como te he necesitado todo este tiempo, pequeña. Nunca me he olvidado de nuestros momentos juntos, en especial los que pasamos en el instituto...

-Yo también os he echado mucho de menos Jack, no sabéis como me habéis hecho falta en estos 5 años, en especial t...

-¡Gilinsky!- Una chica pelirroja preciosa, alta y con uno de los mejores cuerpos que había visto en mi vida interrumpió lo que podía haber sido una declaración en toda regla, por una Jaden borracha.

La muchacha se acercó a Jack y le plantó un beso en los labios, lo que me dejó algo atónita. No sabía como reaccionar, si decir algo, si irme porque estaba claro que aquí ya no pintaba nada o si quedarme. Me levanté de golpe sin decir nada esperando que la amiga o novia de Jack se dignara a presentarse.

-Hola, soy Eloïse.- Cuanto habló noté un acento que me era extraño. Jack se levantó de inmediato.

-Jaden, ella es Eloïse, una amiga de Francia y Eloïse ella es Jaden una conocida.- Mi corazón se rompió en añicos cuando escuché lo que dijo Jack, miles de agujas puntiagudas y muy finas se estaban hincando en mi cuerpo sin ninguna piedad, aún así no me enfadé, sabía que G no estaba en su cuerpo.

-Hola Jaden, encantada de conocerte. Nunca había escuchado hablar de ti.- A pesar de que no fue muy educada al principio, contestó con dignidad y me extendió la mano.

-Igualmente, Eloïse.- Sonreí sin ganas.

La noche pasó rápido, G se fue con su amiga francesa y J y yo disfrutamos de la pista de baile y del reservado de los chicos junto a Anna y a Alissa, a parte de todos mis compañeros. Jack me dio su nuevo número, el que solo utilizaba para hablar con las personas más cercanas y quedamos en que nos veríamos al día siguiente para aclarar muchas cosas...


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