Winter Halbarry Week- Day 1: Because we're connected.
En medio del jardín nevado, los rayos del sol crepuscular arrojan matices rojos sobre el hielo del lago congelado.
Un pequeño árbol de ciruelo rojo está floreciendo entre la blancura invernal. Sus ramas son oscuras y delgadas, se retuercen con elegancia apuntando hacia todas las direcciones. Las hojas de colores malvas y borgoñas, asoman entre gotas de agua cristalizada y las flores, rosas y pálidas, se abren poco a poco desafiando al invierno.
Debajo del ciruelo, dos figuras pasean con calma. El emperador y su consorte imperial se mueven lentamente contemplando la belleza del jardín esmeralda.
El emperador tiene una capa grande y cálida, bordada con dragones de oro y escamas verdes. No acostumbra sonreír, excepto cuando su consorte imperial le dedica una mirada amorosa y tímida.
Hay eunucos y doncellas vigilando sus pasos desde una distancia respetuosa. El consorte imperial percibe con agrado la brisa fría, su largo cabello rubio está peinado de manera perfecta con una horquilla de jade que el emperador le obsequió como parte de un desfile de mil tesoros el día de su boda.De pronto, el suave soplo de aire frío se convierte en una ráfaga y el emperador se apresura a envolver a su consorte entre los pliegues cálidos de su capa.
— Debemos volver —El emperador indica, preocupado y fascinado porque el aire frío a pintado un enrojecimiento en la punta de la nariz de su consorte— Si llegaras a enfermar, tendría que mandar a azotar a alguien.
El consorte no puede evitar reír, aferra sus manos a la ropa del emperador y con movimientos dulces y llenos de confianza esconde el rostro contra su pecho para respirar su aroma— Me encuentro perfectamente, no hace falta castigar a nadie — Poco a poco, levanta la cara de nuevo y al final de su gesto, los labios del emperador se encuentran con los suyos en un beso que arde por el calor atrapado entre sus bocas y que llega directamente desde sus corazones.
—Si algo llegara a pasarte...
El emperador murmura. Su consorte siempre ha sido enfermizo.
— Nada va a ocurrirme y si algo me ocurriera, volvería a ti. En cada sueño, en cada vida.
Un montón de copos de nieve comienzan a caer sobre ellos y cuatro eunucos caminan hasta ellos para extender un refugio de tela roja que los protege del clima.
El emperador no ha respondido a las palabras de su amante, en cambio ha cortado una flor del ciruelo rojo y la coloca con cuidado en el cabello rubio del consorte. Luego, lo toma en brazos y comienza a caminar con él, hacía el palacio.
La figura del emperador y su consorte, se difuminó poco a poco en la distancia, al mismo tiempo en que los ojos azules de Barry Allen se abrían.
Durante un instante le costó trabajo enfocar su realidad. Aquel sueño de invierno se había vuelto recurrente y cada día tenía más detalles. Además, el emperador y su consorte tenían un tremendo parecido con Hal y con él.
— Levántate y brilla, rayo de sol.
La voz animada de Hal le hizo sonreír y mirar de inmediato hacía la puerta que se abrió. El castaño entró, llevando en sus manos una charola con un desayuno perfecto recién preparado.
— ¿Te sientes mejor? — Hal puso el desayuno en una mesita de cama sobre las piernas de Barry y de inmediato se inclinó a tomar un beso de sus labios. Luego, le besó la frente— Ya no tienes fiebre.
Barry asintió con docilidad, aún sin hablar.
— ¿Estás bien, dulzura? — Hal frunció el ceño y esta vez le tocó la frente con la mano solo para asegurarse de que la fiebre realmente se había ido.
— Me siento mejor, gracias. Solo es un resfriado.
— Un súper resfriado nivel intergaláctico, sector estelar 5640. Lo siento, cariño, no sabía que podías contagiarte de un virus extraterrestre. Es mi culpa, así que te preparé este maravilloso desayuno — Hal señaló un par de pancakes ligeramente quemados, jugo de naranja y fruta en trozos.
— ¿La cocina sobrevivió?
— Está agonizando, si te das prisa y te curas, quizá puedas salvarla.
Barry volvió a reir y se movió hacia un lado porque Hal se metió en la cama con él.
Durante un instante, no hicieron otra cosa más que besarse. Barry podía sentir que esos labios tenían un sabor que parecía sacado de sus sueños, del sueño del emperador y su consorte.
— Hal, ¿Crees en las vidas pasadas?
Jordan asintió— Desde que supe que Batman es real, ahora creo en todo.
Barry le dio un golpecito en la pierna— ¡Hablo en serio!
— ¡Y yo también! — Hal le atrapó la mano y se la besó con adoración, en el dorso y sobre la palma. Luego, respondió con una voz más controlada— No estoy seguro de que existan las vidas pasadas, pero si existen, espero que tú hayas estado a mi lado en todas y cada una de ellas. No tengo demasiados motivos para vivir Barry, pero tú, eres el más importante de todos.
El velocista sintió sus mejillas arder y en un acto sin planeación, aferró sus manos en la ropa de Hal y escondió el rostro contra su pecho.
— Oye, cariño. ¿Estás seguro que te encuentras bien?
Barry levantó el rostro y Hal no dudó en besarlo otra vez.
En medio del beso, Barry sintió que los dedos de Hal jugaban con su cabello. Cuando se separaron, los ojos del velocista se abrieron con impresión al sentir una pequeña flor entre sus cabellos.
Hal apartó con cuidado la charola del desayuno y lo atrajo en un abrazo protector y amoroso.
— Estamos predestinados.
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30 Días de HalBarry
FanfictionColección de historias cortas sobre Hal Jordan y Barry Allen, para cumplir el reto de pasar treinta días escribiendo sobre la OTP.