7 de Diciembre de 2050, 19:00 hs
Era uno de los dias más calurosos del año.
39° grados en la sombra anunciaban en las noticias de la mañana, y Jake debía ir al colegio como siempre. No era del todo cerebrito, y por suerte podía promocionar al siguiente curso. No es que no entendía nada de nada, solo que le costaba, y mucho más desde que le diagnosticaron Déficit de atención el año pasado. No era nada de qué preocuparse, iba a su psicóloga 2 veces a la semana, y su amigo Mike lo ayudaba bastante.
Mike era el ancla a tierra de Jake. Eran amigos desde que tienen memoria. Él nunca entendió como se hizo amigo de un chico tan inteligente, y que no pega nada con su actitud. Jake no es el típico chico malo de película, simplemente tiene sus cosas que hace que una persona lo mire dos veces cuando camina por la calle. Y ahí siempre entró él, para limpiar la imagen de su amigo, para hacerles entender a las personas que no es un chico malo ni nada por el estilo. Si lo conocieran, supieran la realidad de todo. Pero la gente es así, decide juzgar a otras personas simplemente mirándolas.
Jake estaba yendo a su casa de vuelta, con Mike al lado suyo. Un poco tarde para su madre, Taylor, que desde que reprobó 5 asignaturas le puso un toque de queda a las 18.30, pero no hizo la tarea de Biología así que se tuvo que quedar 30 minutos más para terminarla y mandarla al profesor a través de iLenses. Taylor es muy controladora con respecto a las notas de su hijo, porque la caída en picada de todas sus notas implica más visitas al médico, cosa que no le alegra del todo a ella, que tiene que pagar cada vez que entran al consultorio del prestigioso Dr. Muller, que tuvo la gran cortesía de recibir a Jake una noche en el que tuvo su primer ataque de pánico, sus primeros síntomas de depresión y muchas cosas más. Y todo esto ella lo tuvo que atravesar completamente sola, desde que Jake tenía 7 años.
Ya estaban llegando a la casa, una mansión que paga totalmente el padre de Jake. Lo único que mantenía en su vida. Ni siquiera supo mantener a su propia familia, pero al menos puede pagar la renta todos los meses. El rara vez va a su casa, y ahora es una de esas veces.
—Jake —le dijo Mike tocándole el hombro.
—Qué. —Jake ya vio el aparato flotando en la calle magnetizada desde que doblaron en la esquina
— ¿Ese no es el deslizador de tu padre? —Dijo Mike en tono dudoso. Sabiendo ya la respuesta los dos se quedaron callados y continuaron caminando a la entrada.
La casa de Jake era totalmente hermosa, y a Mike siempre le encantaba venir antes de volver a su departamento en el centro de la ciudad. Tenía una gran reja en la entrada, que solo es controlada desde adentro, o con el sensor especializado que solo deja entrar a algunas personas, el cual funciona de maravilla, como los chicos pueden observar ahora. El sensor estaba impidiendo la entrada, como siempre, al padre de Jake.
El hombre interceptó a los dos chicos caminando, con luces en los ojos. Ellos sabían que estaba tratando de hacer algo a través de sus contactos para poder entrar, pero lo único que sabía hacer era llamar una y otra vez a la madre de Jake. Lleva puesto una camisa y pantalones negros, la vestimenta típica de su oficina, y se dirige caminando a ellos dos.
—Jake, hijo, ¿Me dejas pasar? —Dijo, sin siquiera saludar.
—Qué quieres, Gary. —Dijo Jake, dirigiéndose al sensor para abrir la reja.
—Solo quiero hablar con tu madre, hubo un problema con Bitbank y les depositó dos meses en vez de uno.
— ¿Otra persona deseará entrar a la residencia, Mr Jake? —Dice la voz femenina del escáner.
—Sí, ven Mike. —Dice Jake, haciendo una seña al otro chico que estaba un poco alejado de lo que estaba pasando.
—Bueno. —Dice Mike, que pasa al frente del padre de Jake.
—Hola Mike —Dice Gary, rascándose la parte de atrás de su cabeza nervioso, porque no notó que el chico seguía ahí.
—Otorgando entrada a Jake Alwyn y Mike Jennings
Los dos chicos entraron, y Gary al ver la puerta abriéndose y los chicos entrando, trató de cruzar corriendo pero el campo de seguridad lo detuvo.
—Hey, Gary. Deja de intentarlo. Haz tu vida. —Dijo Jake, lanzándole el dedo una vez que la reja se cerró.
— Dile a tu madre que pasé a saludar.
—Como si no lo supiera.
—¿Qué dijiste? —Dijo Gary, que casi no escuchaba debido a que el campo insonoro se estaba activando. Jake le hace una seña que no dijo nada, y se dirige al interior de la casa, donde su madre los estaba esperando en el umbral de la casa.
Mike antes de empezar a caminar vio al padre de Jake subir a su deslizador con lágrimas en los ojos, y Jake le dijo que lo siga.
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7/12
Mystery / Thriller7 de Diciembre, Buenos Aires, Año 2050 Jake y Mike son dos amigos inseparables. Los dos viven en su propio mundo perfecto, pero al final todo cambiará en un abrir y cerrar de ojos. Y nunca más. Repito, nunca más. Nada volverá a ser igual