[18] »Un día con papá | Parte 2

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—¿Puedes explicarme? Quiero que por una vez confíes en mí —la voz de Ava se escucha quebrada; la miro y por un segundo creo ver sus ojos cristalizados, aunque lo disimula bastante bien

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—¿Puedes explicarme? Quiero que por una vez confíes en mí —la voz de Ava se escucha quebrada; la miro y por un segundo creo ver sus ojos cristalizados, aunque lo disimula bastante bien.

Confío en ella. Siempre lo hice.

Su mirada está perdida en algún pensamiento de nuestra niñez, la conozco demasiado. Toda mi vida he sido reservado con mis cosas y ella más que nadie sabe eso; puedo llegar a contarle hasta mis más íntimos secretos pero por alguna razón no quiero revelar mucho.

—Confío en ti, Ava —mi voz se escucha dudosa y ella lo nota.— Sólo es complicado.

—Tú siempre haces las cosas complicadas —sisea cabreada.

Suspiro ante tal afirmación. Tiene razón, siempre la tiene.

—Créeme, cuando digo que es complicado; es porque es así —me apoyo sobre el banco de la plaza y me cruzo de brazos. Hago contacto visual con Wendy que me sonríe, y por algún motivo, le devuelvo la sonrisa.— Se llaman Wendy y Alexander. Tienen siete años, por lo que sé. Son mellizos, aunque muy distintos. Hace menos de una semana que me entere sobre ellos, y todavía no sé si quiero cumplir el rol de padre. Debo confirmar si son míos, esto es como una prueba; la madre quiere que pase con ellos un día entero y poder dejarme hacer los estudios.

—¿Cómo que no sabes si quieres cumplir el rol de padre? —escupe con odio.— Siempre creí que eras idiota pero no lo suficiente como para decir esas cosas. Ahora en este momento no estás cumpliendo tu rol como hermano.

—¿Qué rol? —Cuando Ava se pone así de intensa me dan ganas de mandarla a París de nuevo.

—El rol de hermano mayor, mi ejemplo a seguir.

Aprieto mis dientes y masajeo mis sienes fuertemente. Es frustrante cuando nadie quiere ponerse en mi posición; entiendo a Luke, a Ava, a Emma, hasta Ana me dio un sarmón sobre la caída del cielo de los mellizos. Pero nadie me entiende a mí.

—Nunca quise ser tu ejemplo a seguir —demando.

Alterno la mirada entre Wendy y Alexander, siento que son mis hijos pero por alguna razón me cuesta entregarme a eso.

—¿Quién es la madre?

Ava y sus preguntas filosas.

—Emma. 

—Ashton, queremos un helado —ambos niños aparecen en nuestro campo de visión y agradezco por ello. No quiero hablar de Emma, no con Ava.

Wendy se saca la arena que quedó en su remera y para mi sorpresa, Alex es quién la ayuda.

—Deberían llamarlo papá —mi hermana nos mira a los tres como si estuviera diciendo algo normal.

—No es nuestro papá —asegura Alex, luego de quitarle una hoja de la cabeza a la pequeña. Se pone a la defensiva igual que yo cuando hay algo que no me gusta.

—Mamá dice que lo es —admite al lado su hermana acariciándole el hombro.

Son muy compañeros entre sí, eso me agrada. Con Ava jamás fuimos así.

—¿Y dónde estuviste todo este tiempo? —cuestiona Alexander.

—Touché —mi hermana me dice por lo bajo.

Prefiero no contestar y empezar a caminar hacia la heladería. No creí que los chicos a esta edad hicieran demasiadas preguntas, si quiero que Emma me deje hacer las pruebas más me vale caerles bien.

Una vez que llego a la heladería me abro paso para dejar pasar a los tres. Para mi sorpresa ambos vienen de la mano de Ava, fue buena idea traerla conmigo.

Soy el encargado de pedir todos los helados y cuando el chico termina de servir el último me acerco a la mesa. Apoyo la bandeja y cada uno ataca el suyo.

—Mamá también toma helado de menta —Wendy me mira con una sonrisa en su rostro.

 — Lo recuerdo — me limito a decir. 

—Yo me parezco a ella, por eso soy tan lindo —su hermano aparece en escena, como siempre.

Y no dudaba de eso; si bien tiene mi color de cabello, en lo demás es igual a Emma.

—¡Empecemos a conocerlos! —Ava me susurra en el oído.

—¿Qué?

—¿No quieres saber nada sobre ellos?

—Bueno, sí; supongo, pero... —la voz de la pequeña interrumpe nuestra charla.

—¿Eres la novia de papá?

—Me encanta que lo llames así —grita Ava emocionada.

Ruedo los ojos por el comportamiento de mi hermana. No sé si quiero que me llamen así, ese es el problema aquí.

—Suena raro —comento.

—No, soy la hermana. 

  — ¡Entonces eres nuestra tía! — exclama contento Alexander.—  ¡Como el tío, Luke!

Uh niño, ni me lo recuerdes. 



NOTA:

Holaaaaaa, ¿cómo andan?

Creo que nunca me presenté (mal hecho) ante ustedes, los que me leen, los que comentan y los que votan. Me llamo Ornella, tengo 22 años y soy mamá de una niña; no sé si debería decir algo más así que dejo que me pregunten lo que quieran. Por otro lado, andaba sin internet porque me mudé (a nadie le interesa) y buuuuueno, no pude subir porque tenía el capítulo repartido por todos lados.

¿Qué les pareció Ashton compartiendo el día con sus hijos?

Otra pregunta: ¿les parece que haga un pequeño juego en cada capítulo?

La idea sería algo así: en cada capítulo publicaré como un reto de preguntas, adivinanzas y demás. Comenten si les copa y que preferirían que haga.

Adelanto de los próximos capítulos ¿sí o no?

¡Nos vemos en el próximo capítulo!


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