CAPITULO 31

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Maria

Cierro los ojos cuando me abre bien las piernas para recolocarse entre ellas.

Ni si quiera se imagina cuanto tiempo llevo esperando esto. Joder, creo que desde nuestro primer beso.

-Puedo?- la oigo susurrar y abro los ojos. La miro totalmente seria. Lo esta diciendo enserio, de verdad?
-Estas de coña?- se ríe y niega con la cabeza- por dios Marta, haz lo que sea pero hazlo ya porque me va a dar un jodido infarto.- asiente, y veo su cara de perdida.

Le tiro del brazo para que se pongo encima mío y besarla de nuevo. Creo que está mas nerviosa que yo incluso, asi que intento calmarla con mis labios.
Pero me lo esta poniendo muy difícil. No para de frotar su pierna entre las mías haciendome jadear contra su boca.

-Voy- dice riéndose cuando nos separamos y ve mi cara de desesperación.

Me quita totalmente las bragas y me obliga a taparme la boca cuando siento sus dedos acariciarme muy suavemente mientras me lame el cuello.

Joder, es exactamente tan perfecta como lo esperaba.

Pongo mi mano sobre la suya para obligarla a aplicar mas presión y aliviar la tortura tan deliciosa que me esta haciendo pasar.
Sin dejar de tocarme, desciende sobre mi cuerpo.

Hay muy muy pocas probabilidades de que no nos esté escuchando nadie, y mañana nos vamos a someter a un interrogatorio de fijo.

Me tengo que morder la palma de la mano para no gritar su nombre al sentir sus dedos dentro de mi y sus labios besándome al rededor.

-Dios, Marta...-gimo y me agarro a las sabanas.
Ella sube la cabeza para mirarme pero le agarro del pelo para que baje y vuelva a besarme como antes.

A cualquiera que me diga que esta chica no lo había hecho nunca antes, le daría una hostia en la cara por gilipollas. No es creíble.

Subo y bajo las caderas para ayudarla a impactar su lengua y sus dedos contra mi.
Abro los ojos por fin y la miro moviéndose entre mis piernas como una puta diosa.

Y ya no puedo mas.

Agarro la almohada y me la pongo encima de la cara para desahogarme mientras tengo en orgasmo mas bestia de mi vida.

Intento recuperar la respiración normal y cuando me quito la almohada de la cara la veo tumbada junto a mi mirándome.

-Que tal?- pregunta muy seria.
-Tu que crees?- le digo y señalo mi cuerpo incapaz de recuperarse por lo que acaba de pasar.
Tan solo sonríe con ternura y sube los hombros.
-Increible nena, lo digo en serio, muy bestia- sube las cejas y pone cara de ilusión.
-De verdad?- joder, como puede parecer una niña pequeña y adorable después de lo que acaba de hacer?

Le doy un ultimo beso y la acurruco contra mi pecho.

-Te quiero Marta- le susurro al oído y ella me lo devuelve.

Marta

-De verdad que no- niego rotundamente con la cabeza.
-Me estas llamando loca?- Nat se hace la ofendida y me río.
-Loca no, pero escuchas cosas que no son...
-Marta- me corta- si no pasa nada joder. Yo solo quiero que me lo cuentes todo que me muero de la curiosidad.
-No tenga nada que contarte- miento de nuevo, pero me pone esa cara tan autoritaria y los barzos en jarra y me tapo los ojos.
-Venga, vamos a la terraza que voy a fumar- me coge de la mano y yo, sin recoger el desayuno ni nada salgo con ella.

Suspiro y sonríe sabiendo que lo ha conseguido o lo va a conseguir.

-Vale, si. Eramos nosotras- Admito refiriéndome a los gemidos que escuchó anoche, y se pone a corretear por toda la terraza dando palmas. Me río pechá de su reacción y la obligo a sentarse para no llamar la atención.

-Y que tal? Como fue?
-Pfff, yo que sé. Supongo que un desastre tía, yo no tenía ni idea y...
-Pero que dices?! No seas tonta, seguro que fue genial- me anima.

La puerta de cristal se abre de repente y aparece Noemí.

-Marta, sabes que no podéis estas dos personas fuera si una está fumando. Venga, para adentro- me señala la casa y yo le doy un beso en la mejilla a Natalia antes de entrar corriendo.



MARTÍA *She used to be mine*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora