¿Quién eres?

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Otro día normal en la tierra de la luz, el sol, las nubes, las flores. Todo se veía hermoso.

El castaño iba caminando por un sendero que lo llevaría a la escuela de magia. Todo a su alrededor era tranquilo. Las hadas lo miran de reojo pero no le toma importancia, lleva más de media hora caminando.

─Uff, todo seria mas fácil y rápido si pudiera usar estas alas y mas importante, si supiera como volar.

Ya llegando a la escuela, se dispuso a buscar el aula que le toca para su clase, pero sería un poco complicado por lo enorme del lugar, por suerte en el horario que le otorgaron el día anterior mostraba indicaciones de como llegar a cada uno de los cursos.

─Bien supongo que aquí es ─, se detuvo en la puerta de una de las tantas salas que se encontraban ahí.

Entro y se ubicó en uno de los asientos que se encuentran allí, pasaron unos minutos hasta que llegó el pelimorado que al verlo se dirigió a sentarse a su lado.

─Pits, hey freddy ─, susurra bajito el pelimorado porque el castaño está totalmente concentrado en su lectura, todavía no comenzaba la clase.

─¿Qué pasa, Bonnie? ─contestó aun leyendo en libro.

─¿No crees que es raro que los populares aun no hayan llegado?, faltan cinco minutos para que empiece la clase... ─dijo susurrando y observando al profesor que se encuentra en el aula.

─De seguro deben estar esperando el ultimo minuto para hacer su entrada ─, comentó mientras continua leyendo.─ como si me importara lo que hagan.

Ya faltando solo un minuto aparecen y entran al salón, siempre con las miradas centradas en ellos.

─Y ahí están, como te dije ─dijo sin apartar la vista de su lectura.

─Wo, me sorprende la certeza que tienes en todo ─, decía mientras los observa entrar.

─Si, si eso era tu inquietud, ya esta respondida.

─No, no era eso ─dirige la mirada al castaño.

─¿Entonces cuál, bonnie?

─Pues me preguntaba si me podrías ayudar en algo.

─¿De qué se trata?

─Pues... rompí la jarra favorita de mi mamá usando unos de mis poderes, fue accidentalmente.

─¿Y qué se supone que haga?

─Pues ¿no es obio?, me ayudaras a armarla como era antes y así no se dara cuenta, como mi amigo debes ayudarme en esto.

─Haa ─ suspira pesado─, esta bien ─lo mira de reojo.─ cuenta conmigo ─, reanuda su lectura.

─Sabia que podia contar contigo ─el pelimorado sonríe y presta atención a la clase que ya había empezado.

Después de un tiempo ambos se encontraban en una sala de la biblioteca de aquella escuela.

─Bien, aquí esta la jarra de mi mamá en pedazos ─, de su mochica saca un bolso de tela, lo abré y esparce todos los fragmentos del objeto.

El castaño observa cada uno de los pedazos y coge uno con su mano derecha

─¿Qué hiciste para que este de este manera?

─Cómo te dije antes, fue un accidente.

─Pero, ¿cómo ocurrió ese accidente?

─Ha eso, mi madre antes de irse puso unas flores en la mesa en donde estaba leyendo, al parecer las flores aun poseían esa fragancia embriagadora e hizo que estornudara y ¡Pam! Estornude y sin querer use un ataque de viento, me alegro que solo haya sido de fuerza pequeña de no serlo hubiera destruido mi casa y ahí mi mamá hubiera enloquecido je je je.

~ Seres Diferentes ~ (GOLDDY)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora