El Diablo En Mi •Michael Langdon X (Tn)•

Amigos

(Tn) estaba completamente desorientada, perpleja por lo ocurrido. Apenas y podía caminar apoyada de Michael, quién la sujetaba de la cintura mientras caminaban juntos a la nueva casa del chico.

La chica se dio cuenta de la ruta diferente en la que iban ambos, pero estaba demasiado cansada para pensar en ello. Cuando llegaron a la casa del crimen, Michael abrió la puerta, pero (Tn) tuvo problemas, la energía en aquel lugar la abrumó en cuanto puso un pie dentro, causando que se desmayará en los brazos del rubio, quién ágilmente la atrapó antes de que cayera al suelo.
 
 
- ¿(Tn)?- Llamó el ojiazul.

- Michael...- Ben apareció frente a él y observó a la chica en sus brazos.
- ¿Qué hace ella aquí?-

- Es mi amiga, necesita ayuda.-

- Hay que llevarla arriba.- El hombre se acercó para ayudarle a Michael a cargarla, pero este se negó.

- Yo la llevo.- Sonó un poco posesivo.
 
 
Ben decidió no insistir y se limitó a guiar a Michael a la que sería su nueva habitación. Una vez ahí el rubio dejo con cuidado a (Tn) en la cama, Ben comenzó a revisar si estaba herida. Al no ver ninguna herida punzante se dio cuenta que la sangre no era de ella.
 
 
- Solo tiene un golpe en la mejilla, tal vez se inflame un poco.- Indicó la zona roja de su mejilla.

- ¿Y su abdomen?- Preguntó angustiado.

- No hay fractura.- Checó las costillas.
- Solo tendrá un moretón, eso es todo. Puedes estar tranquilo.-

- Gracias.-

- ¿Preparo otra habitación para ti o te quedarás aquí?-

- Me quedare con ella, gracias.-

- De acuerdo. Descansa Michael.- Se despidió del ojiazul.

- Igualmente.-
 
 
Ben salió de la habitación dejandolos solos. Lila estaba echada a un lado de las piernas de (Tn), como siempre cuidándola, Michael se cambió en el baño y regreso a la habitación ya con su pijama puesta. Y así se acostó a un lado de (Tn), se quedó un rato mirando el rostro de ella.

Desde el primer día que la vio llegar le pareció muy linda, mientras su abuela se presentaba con ella él la observaba desde la ventana. No sabía con certeza que es lo que la hacía especial de entre todas las otras chicas a las que había visto, quizás era su peculiar cabello lo que llamó su atención, la gentileza con la que lo trata o su encantadora voz. Sin duda algo había cautivado al corazón de Michael Langdon.

 

♦♦♦

Al día siguiente...
 
 
 

La luz del sol que entraba por la ventana despertó a (Tn), parpadeo un par de veces antes de acostumbrarse al brillo del lugar. Se alarmó al no reconocer el lugar en donde se encuentra y también porque su fiel compañera no estaba con ella, intento levantarse, pero un dolor en sus costillas la regreso a la cama.
 
 

- Hola, bella durmiente.- La chica fantasma apareció frente a (Tn).

- Violet...- Se sorprendió al verla, entonces supo dónde estaba. - ¿Cómo llegué aquí?-

- Michael te trajo.-
 
 

Los recuerdos de anoche regresaron a (Tn) en forma de flashes. Lo último que recordaba era la voz de Michael llamándole desde la oscuridad.
 
 

- ¿Por qué me trajo aquí? ¿Dónde está él?- (Tn) consiguió ignorar un poco el dolor y sentarse en la cama.

- Mi padre lo invito a quedarse aquí, ahora que está solo.- Violet no sabía del todo lo que ocurrió ayer, pero había visto al fantasma de Constance anoche.

- ¿Solo?-

- Será mejor que le preguntes a él, está afuera.- Y con eso último desapareció.
 
 

(Tn) se levantó de la cama, con un poco de incomodidad en su abdomen, pero podía soportarla. Observó por la ventana y efectivamente ahí estaba Michael jugando con Lila.

Buscó sus zapatos, pero los había dejado en su casa, aún traía puesta su pijama manchada de sangre, hasta su cabello tenía sangre seca. Necesita darse un baño con urgencia, pero primero debía ir con su amigo. Se asomó por el pasillo y llegó a las escaleras, las bajo con cuidado, tardó un momento en encontrar la cocina y la puerta que da al patio trasero.

Abrió la puerta y Lila de inmediato corrió hasta ella, seguida del rubio.
 
 

- ¡(Tn)! ¿Te duele algo?- Preguntó alarmado al verla ahí de pie.

- Estoy bien Michael, gracias.- Le sonrió para que se calmará.

- Me preocupe mucho cuando te desmayaste.- Admitió.

- Si... No sé que me paso realmente.- Frotó su cabeza un poco frustrada por la jaqueca. - Estoy tan sucia, incluso me dan ganas de vomitar.-

- Te llevo al baño.- Se alteró un poco.

- No, así está bien. Es solo que necesito bañarme, pero... No quiero regresar a casa.- Cubrió su cara, de solo pensar en la sangrienta escena de su casa se sentía mal.

- Yo puedo acompañarte. No te dejare sola.- Ofreció Michael con una sonrisa.

- ¿En serio?-

- Si, tú me ayudaste antes (Tn). Déjame regresarte el favor.-
 
 

La chica sintió un calor inundar su pecho, era la primera vez que alguien le ayudaba. Sin duda Michael es diferente a todas las personas que ha conocido, él es especial.
 
 

- Gracias.- El calor subió hasta sus mejillas, provocando un tierno sonrojo. - Vamos de una vez, no quiero seguir apestando a sangre.-
 
 

Su comentario hizo reír a Michael, para él, el olor a sangre no le desagrada. Ambos chicos salieron por la puerta principal seguidos de Lila, caminaban con cuidado de no ser vistos, entraron a la casa de (Tn).

(Tn) casi vomita en la entrada por el olor a sangre, no quería imaginarse como apestara el lugar cuando los cuerpos comiencen a descomponerse.

Ya en su cuarto, tomo dos mochilas grandes y empezó a empacar su ropa, mientras Michael estaba en la cocina guardando la comida en otra mochila y también las croquetas de Lila. (Tn) aprovecho para guardar sus libros de brujería.
 
 

- Termine.- Michael llegó junto a (Tn).

- Salgamos de aquí.- Abandonaron el lugar y regresaron a la nueva casa de Michael.
 
 

(Tn) llegó directamente a bañarse, cuando esté limpia le preguntaría a Michael por qué estan ahí y no en la casa de Constance. El agua se tornaba roja cuando caía por las piernas de la chica, llevándose la suciedad, pero no la sensación de asco en ella. La repulsión de recordar a aquel sujeto.

Algo que nunca olvidará, su cuerpo sanará con el tiempo y los golpes desaparecerán. Pero ella no sería la misma.