Capítulo III.

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Me sentía como todo un inútil; regresaba a casa sin éxito.. Me acaban de rechazar en una entrevista de trabajo, y me sabe mal tener que dejarle todos los gastos de la casa a Mely. No encontraba respuestas de el porqué no se había cansado de mí y me dejaba, realmente no he sido de mucha ayuda en nuestra relajación, y peor desde que nos mudamos. Pues le he tenido que pedir prestado para poder hacer las compras, para que pagar la renta del piso e incluso de las flores que le he "regalado", pues ya que salió de su cartera el dinero.

Al borde del llanto por el estrés, la carga que impone ser alguien inservible, el ser una carga para esa hermosa que amo y no poder hacer ni la mitad de lo que ella hace por mí. Me siento en el sillón ya que las nauseas se apoderan de mi estomago y el tambaleo de mis piernas. ¿Cómo no sentirse así cuando sabes que eres una carga para alguien que te importa demasiado y no quieres perder; aunque sabes que le estás haciendo daño?, las manos me estaban empezando a temblar, mi pulso se volvió loco.

Hago el mayor esfuerzo para sacar y sostener el celular en mis manos, pues la debilidad impide casi por completo el movimiento de mi cuerpo. Entro al registro de llamadas, sólo faltaba oprimir el botón para intercalar las lineas telefónicas y nuestras voces se encontrarían en una danza con la que esperaba sentirme mejor. Pero justo antes de oprimir el botón mi mente se creo infinidad de preguntas en mi cabeza, y había una de ellas me carcomía: ¿qué pasaría durante y después de la llamada?, lo más probable es que ella se preocuparía y le daría problemas en su trabajo, así que prefiero guardar este problema para mí solo.

Si esto fuera un juego de ajedrez claramente estaría en jaque, y con todas las de perder, pero de momento no me voy a rendir.

—¿Cómo saldré de este lio? —inicio una conversación con mi propio ser —. Antes que nada, preguntate si es que mínimo puedes salir de esto —empiezo a caminar en círculos —. Pero claro que sí, no sé cómo, pero lo haré —vuelvo a responderme —. Entonces hazlo, pero no metas a Mely en esto, quiero ver que tan capaz eres por ti solo.

Me percato de que empiezo a comportarme tal cómo un verdadero psicópata y paro para reflexionar acerca de lo que me he dicho. Camino a la habitación y decido tomar una ducha para calmar estos nervios que me matan.

Deslizo mi dedo indice por la orilla de la copa que sostengo entre las piernas; el vino se mese ligeramente, su tono rojizo es cómo un hipnotizante para mí, me llevaba a un viaje por todos mis errores en el pasado. Levanto la copa y con el meñique arriba doy un sorbo al liquido que se relaciona con la alta sociedad. Y para terminar con esta escena del borracho melancólico en mi celular sonaba la melodía Almohada del compositor José José.

—Te lleno de besos y caricias mustias —en ese momento cruza la puerta Mely y me desconcentra de mi cantar —. Hola amor, ¿qué tal tu día? —los efectos del alcohol no me dominaban aún.

—¿Qué haces ahí?, ¡Dame esa copa! —me la arrebata de las manos —,¿vino, en serio? , ¿Tan mal te sientes?

Me conoce tan bien, sabe que ahogo mis penas más serias en el vino. Cada vez me sorprende más esta hermosa mujer.

—Evidentemente —encorvo mi postura y pongo mis manos en mi rostro —, o dime, ¿cómo te sentirías al saber que esa persona que amas hace todo por ti, pero tú eres un egoísta por o sin voluntad de ello y no le has podido dar ni la mitad de lo que te da ella; y te das cuenta que te comen la duda del por que no se ha marchado, ya que el trato que le das no es el mejor —contengo un sollozo en mi garganta a la vez que me muerdo los labios para poder proseguir —, y me autodestruyo por dentro sabiendo que soy solamente una carga más para esa persona? —hago una pequeña pausa para retener las lagrimas en mis ojos—, además de qué no sé qué hacer para que te enamores de mí como la primera vez — suelto un suspiro, agacho la cabeza y las lagrimas empiezan a brotar.

No te vayas.Where stories live. Discover now