Drabbles Keo

Aniversario

Jung Taekwoon se levantó temprano el día 25 de diciembre. Aunque era navidad, su objetivo era encontrar el regalo perfecto para su primer aniversario con Jaehwan. Cuando el pasado año, decidió confesar sus sentimientos, nunca pensó que el sensual y tierno chico lo aceptaría con tanta emoción; por eso él quería que su día fuera especial y le recordara lo bien que había hecho al elegir quedarse a su lado como algo más que un simple compañero de grupo.
Viajó por todas las tiendas de la ciudad hasta que encontró algo que estaba seguro de que sería un éxito: un enorme peluche de Chopper, el ánime favorito de su Ken. No lo pensó dos veces y lo compró junto con unas hermosas rosas blancas.
Cuando llegó al departamento de VIXX, se adentró en silencio en el cuarto del otro vocalista, que para su suerte, aún estaba profundamente dormido. Jaehwan yacía en la cama de lado, con el rostro relajado y las manos bajo la cabeza en forma de almohada; su respiración era pausada, como quien tiene un buen sueño.
Leo colocó cuidadosamente el peluche de Chopper al lado de Ken, puso las flores sobre el muñeco y anduvo con cuidado hasta estar frente su novio, del otro lado del colchón; se agachó a la altura del rostro de su amado y le propinó un dulce beso de buenos días.
El beso era lento y romántico. A medida que iban pasando los segundos, Jaehwan fue despertando y comenzó a corresponder delicadamente a la muestra de afecto de su novio.
—Buenos días, Jiani —dijo Taekwoon con voz seductora cuando rompió el beso.
—Buen día, mi hámster precioso —respondió Ken y le apretó los cachetes a su chico.
—Feliz aniversario. Si te volteas podrás ver tu regalo.
Jaehwan lentamente giró la cabeza y, al ver el peluche gigante, casi de su tamaño, acostado en la cama, abrazó a Leo con fuerza.
—Mi amor —dijo con asombro—, es el mejor regalo que pude haber recibido. Solo tú me conoces así. Te amo…y las flores son hermosas.
Taek lo abrazó con cariño y lo fue ayudando a levantarse hasta quedar sentado en la cama con los pies puestos en el suelo. Ken cambió su expresión a una pícara y le dijo:
—Creo que es hora de darte mi regalo.
De un salto, abandonó la cama y fue hasta su armario, de donde sacó una caja rosa con un lazo rojo.
—Ábrela, mi amor —dijo con malicia.
Taekwoon desató el lazo de la caja, levanto la tapa y se quedó estupefacto al encontrar una botella de sirope de chocolate y un conjunto negro de lencería; miró sorprendido a un muy colorado Jaehwan.
— ¿Qué es esto? —preguntó con vergüenza.
—Esto —dijo mientras comenzaba a quitarse la ropa—, es para que me comas.