Cuando ya estaba cambiada de ropa y lista para irme al piso de Max para comer con él y preparar el atuendo para la cita de esta tarde, me acerqué a Carla con su ropa.
-Gracias por prestármela.- Mi voz era dulce y agradecida. Le extendí su ropa bien doblada y ella me miró con recelo.
-No la quiero.
-¿Cómo?
-Qué no quiero esa ropa.- Me repitió con su acento gallego.- Puedes quedártela, romperla, quemarla o donarla a la Iglesia. Oh, no, espera. Que ahora no eres ninguna santa.
-¿Estás así por lo del beso?
-Te lo dije: Axel es mío y no voy a dejar que nadie me lo robe.
-Siento haberle besado delante de vosotras, está claro que no estaba pensando en las consecuencias.
-Ya, claro, lo que tú digas.
-¿Insinúas que lo he hecho para rabiaros?
-Yo lo único que sé es que tengo la mente libre de remordimientos. Te he devuelto el favor del otro día y ya no te debo nada. Tú haz tu camino que yo haré el mío.
Carla cogió su maleta y salió de la sala de caracterización. Observé durante un instante su ropa y suspiré con pesadez. ¿Ahora que se suponía que tenía que hacer con esta ropa que me iba enorme? Guardé la ropa de Carla en mi bolso y cuando estuve a punto de salir de la habitación, recordé que Melanie todavía tenía mi vestido. Me doy la vuelta y me acerqué hacía ella, quien también había terminado de cambiarse de ropa.
-¿Y mi vestido?
-En la basura.
-¿Qué?
-Ya me has oído, no pienso repetirlo.- Melanie cogió su bolsa y sus ojos verdes me escrutaron con odio.- Te has equivocado de rival, puta. Ahora vas a descubrir las consecuencias de ser una pretendienta de Axel.
La amenaza de Melanie me dejó sin palabras y me quedé congelada mientras ella abandonaba la sala. Súbitamente, escuché la voz de Erika detrás de mí. Mi amiga no percibió mi nerviosismo y la verdad es que lo agradecí. Empezó a hablarme de sus cosas mientras salíamos del edificio y nos subíamos en su coche.
Los próximos veinte minutos de camino a casa de Max ella comenzó a explicarme su plan genial para que la cita de Jairo con ella fuese un desastre esta tarde. No le presté mucha atención, solo me resigné a asentir con la cabeza y de vez en cuando a soltar algún “me parece bien”.
-¿Melanie te ha devuelto el vestido?- Ante la pregunta de Erika me mantuve en silencio mientras miré por la ventana. De lejos ya veía el portal del bloque de pisos de mi mejor amigo.- Júrame que ese silencio no significa que no.
-Erika…
-Mato a esa zorra.- Erika aparcó en la cera y puso los intermitentes.- El jueves cuando vayamos a plató a grabar se va a enterar. Voy a conseguir que Axel la eche del todo.
-No.
-¿Qué?
-No quiero que digas nada.
-Pero, Lina… ¿no te das cuenta de lo que quiere esa arpía? Primero quería fastidiarte, pero después de lo que ha pasado hoy, va a intentar echarte del trono de Axel.
-No lo va a conseguir.- Dije con voz segura.- Axel no confía en ella.
-Como se nota que no la conoces. Ha conseguido quitarse a un montón de rivales de en medio y sin ensuciarse las manos. Utilizará a otras pretendientas, las pondrán en contra tuyo y te atacarán mientas ella se lima las uñas.