Cuento 1

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Era una noche lluviosa y fría, mi respiración empañaba la ventana y le daba un aspecto fantasmal, el calor del fuego era mínimo y los inviernos en esta ciudad eran muy fuertes. Usualmente sufrimos de sequías en verano y otoño, por lo cual la comida era escasa.

                                                                     Miraba a la calle serena, relajada y dormida, ni una persona caminaba por esas veredas, ni un auto sonaba por esa calle ya hacia muchos años y era normal, la fama de este barrio era de lo peor y no porque fuera un barrio pobre y sin recursos, es mas es uno de los mas ricos de la ciudad, sino porque en este barrio se encontraba una estructura, un edificio  al cual llamaban ¨ EL EDIFICIO DE LAS MENTES PERVERSAS ¨, según se cuenta en ese recinto habitan los mas perversos asesinos, canibales, violadores y todo tipo de criminales.

          Y aunque muchos quieren que encierren a las personas que allí habitan, solo son teorías que carecen de pruebas.

                      De repente el sonido de unos pasos me distrajo de mis pensamientos, unos pasos que cada vez eran mas y mas altos, sonaban como si la persona estuviera intentando no ser escuchada, pero era evidente que no estaba solo, me levante de mi silla y fui a buscar a ese ser que sonaba por la zona de las habitaciones; tome mi escopeta y me moví muy despacio, luego me detuve a pensar que una escopeta haría demasiado ruido y llamaría la atención así que la arrastre debajo del sillón y tome mi hacha de mano. Estaba planeando un plan en mi salón, la parte de entrada de mi casa, la verdad que se encontraba muy sucia ahora que lo pienso, pero como nadie me visitaba no me preocupaba, mi salón tenia una vieja alfombra roja, las paredes tenían un papel tapiz negro los agujeros de este los cubría con cuadros de mi madre, ademas tenia colgadas toda clase de armas, eso porque las voces de los ángeles me lo pedían, me pedían que tuviera armas para matar a los demonios que había en mi casa, me hablaban y decían que era parte del plan de Dios, parte de su plan sagrado. Ademas estaba mi sillón pegado al la venta empañada y mi hogar que no tenia fuego, junto a este estaba la puerta del pasillo de las habitaciones en las que se escuchaban los pasos.

                                                                        Las voces me hablaban me decían que debía matar a ese ser que estaba en mi casa, que era un ente maligna que podía afectarme, así que obedecí, abrí la puerta y comencé la búsqueda; había unas 15 puertas de madera, todas daban a cuartos, cuartos oscuros que nadie habitaba hace ya años, y todos eran posibles escondites.  Decidí entrar habitación por habitación, tome mi hacha lo mas fuerte que pude y me aventure en la primera , era muy lujosa, tenia una cama matrimonial, con una cabecera llena de tallas en madera, una lampara de techo llena de telarañas y con la mayoría de sus focos rotos, una ventana que tenia un ruptura hecha por una piedra y nada mas, el resto de la habitación estaba serena, sin señales de alguna presencia mas que la mía. Cerré la puerta y recorrí cinco habitaciones mas las cuales no tenían ningún objeto dentro, como si nunca hubieran sido usadas. Era hora de entrar en la séptima puerta, el que había sido el cuarto de mis padres, en especial de mi padre, ya que este mato a mi madre cuando yo era chico, era un cuarto oscuro como mi padre, si mi padre era muy oscuro, eso forjo en mi un carácter duro cuasi militar, aun tenia las marcas de sus feroces pero justos castigos, las marcas de esos cuchillos que desgarraban suavemente mi piel, no lo consideraba malo solo estricto, yo lo comprendía, estar sin esposa, con cuatro hijos malcriados, debía ser terrible, aunque el amor de su esposa le faltará al menos podía saciar sus hambree sexual con mis hermanas, no era raro que frecuentara sexualmente con ellas, pero un día, en julio, cuando me encontraba cenando con mi hermano, mi padre las asesino a ambas, literalmente las quemo vivas, y eso me lleva a la habitación de al lado, la de mis hermanas, era una habitación negra, llena de cenizas, no quedaba nada, mas que un simple tocador de mármol, todo sucio y manchado por el fuego, la verdad es que yo estuve muy de acuerdo con mi padre, el les dio la vida, las cuido, les dio comida y las malditas no lo quisieron satisfacer. En ninguna de las habitaciones había nada  ninguna señal de un espectro maligno, continue recorriendo hasta llegar a la habitación numero doce, mi habitación de pequeño, no entraba allí desde  los 17 años, que fue cuando las voces comenzaron a hablarme, era una habitación azul, todos los muebles eran de madera, madera que estaba rota o cortada o con marcas debido a mis enfrentamientos anteriores con demonios, en esa habitación si sentí algo, una respiración asustada, temerosa y agitada, todo me llevaba a pensar que provenía de debajo de la cama, y yo cual arcángel me acerque lentamente en busca de ese ente del diablo, me agache, sostuve fuertemente mi hacha, estaba listo para levantar las sabanas, mi respiración se aceleraba y mi corazón palpitaba cada vez mas rápido, las manos me sudaban, y la tensión terrorífica se podía sentir en el aire, la adrenalina, estaba listo, y de un arrebato levante las sabanas y nada, no había nada, me puse de pie rápidamente pero me quede inmóvil, de repente vi una figura salir corriendo y cerrar la puerta de un portazo, entre en un pequeño shock tal vez de diez o quince segundos hasta que reaccione y salí de la habitación, pero ya era tarde, ya se había escapado. Entonces solo quedaban dos habitaciones, porque las otras las había cerrado con  llave, me abalance ante la penúltima puerta, era la habitación de mi hermano mayor, la habitación era blanca, moderna a comparación del resto, se encontraba rodeada por una gran estantería llena de libros de psicología, anatomía, enfermedades y trastornos mentales, mi hermano tenia una obsesión con esto, el también escuchaba voces, y pensaba que era esquizofrenia, que su problema era una enfermedad mental, pero yo sabia lo que el no, el empezó a escuchar voces un año después que yo, para ese momento los ángeles ya se me habían revelado, y me habían dicho que yo era el elegido para proteger esta casa, así que en ese momento lo supe: mi hermano escuchaba voces demoniacas, y el es la causa de los problemas que tengo en estos tiempos con los entes malignos. Pero en cuanto a su habitación, se complementaba con una cama y un escritorio lleno de libros, solo una pared estaba vacía y tenia una mancha roja, la mancha del suicidio de mi hermano, que yacía en el suelo junto a una escopeta, se había volado los sesos, y yo nunca lo toque debido a que los ángeles me dijeron que a el lo rodeaba muchísima maldad demoniaca, a pesar de esto tampoco había nadie en esa habitación, cerré muy despacio la puerta de mi hermano y abrí la ultima, para mi sorpresa, no solo estaba el demonio en fuga, sino que también había cuatro mas, ninguno media mas de un metro cincuenta, y me gritaban todo tipo de insultos.

                                                               Cerré la puerta y me quede adentro junto a los seres, ninguno me ataco, así que pedí consejo a los ángeles, quienes me dijeron que los degollara y que luego para limpiar el mal me los comiera que ellos me habían bendecido; y así lo hice, moje mi hacha con agua bendita y la arrastre muy lentamente por los cuellos de cada uno, así hasta que me dejaron de insultar, para luego comerlos en nombre de Dios padre...

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⏰ Last updated: Dec 07, 2018 ⏰

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El edificio de las mentes perversasWhere stories live. Discover now