Cap. 23 -. Solo tu y yo

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¿Como es posible estar tan enamorada que parece casi imposible ser feliz si no tienes al amor de tu vida cerca? Eh comenzado a descubrir que en realidad si lo es, incluso eh comenzado a sentir que mi vida pareciera ser como una telenovela barata en donde la protagonista se la pasa llorando a cántaros, valla sí que me afecta está situación... Como es que mi vida paso de una cosa a la otra sin darme cuenta, es decir; hace algunos meses pensé que todo estaba bien pero ahora me doy cuenta que siempre eh sido yo sola contra el mundo.

Es asombroso que con cada mísero respiro que mi cuerpo exhala una parte de mi alma se quiebra, estoy aquí sentada en mi sala, sola... Dándome cuenta que está no es la vida que yo habría querido para mí, siempre quise hacer algo con mi tiempo, siempre desee encontrar el amor y cuando lo hice resulta que él no me ama...

Mi estómago duele y me doy cuenta que no eh comido nada en todo el día, odio comer sola, pero dada la resiente situación creo que es mi única opción, reviso la hora en mi móvil, las seis de la tarde... Valla ya es tarde. Me pongo de pie y tomo mis cosas, salgo de casa y coloco mis auriculares en mis oidos, voy por la calle caminando, pensando en la nada cuando del otro lado me topo con una imagen que me destroza lo que queda de mi corazón, es Darién con Michiru y ella... ¡Ella está embarazada!, Rápidamente me oculto tras un poste de luz, mis ojos los siguen hasta que entran en una boutique de ropa y artículos para bebés, siento una tibia lágrima recorrer mis mejillas, no puedo seguir observando pero está curiosidad es mayor que mi dolor en este momento, los sigo con la mirada y puedo notar como sonríen al ver la ropita.

Me harto de esto y corro lejos de ahí, llegó a una cafetería muy linda donde me siento frente a la ventana, la lluvia cae de repente.

-. Hola Seré hacía tiempo que no te veía por aquí... ¿Como estas? -Alice una chica muy dulce se hacerca y me entrega el menú, sonrió para tratar de ocultar mi triztesa.

-. Hola Alice, estoy bien, gracias por preguntar... Sabes solo quiero un capuchino y un emparedado, gracias. -juro que sólo quería estar sola, no quise portarme mal, pero ahora no estaba de humor.

-. Ok. En seguida te lo traigo. -ella se alejó rápidamente y mientras yo seguía inmersa en mi miseria, el hambre me había abandonado pero debía comer así que si, haría un gran esfuerzo.

Estaba por terminar mi sandwich cuando volví a verlos, entraron al restaurante cargados con bolsas de artículos para bebé, ¿Que hago? ¿Dónde me escondo? Lo único que puedo hacer es ocultar mi rostro, por fortuna la mesa en la que estoy es poco visible así que tengo fe en que no me verán.

-. ¿Serena te traigo la cuenta? -quize asesinar a Alice pues cuando hablo Darién volteo a mirar en mi dirección, su rostro era casi indescriptible, me miraba con los ojos llenos de terror, no sabía que hacer lo único que se le ocurrió mientras nos mirábamos fue bajar la cabeza y desear salir de aquel sitio. Michiru también se dió cuenta de lo que pasaba y creo que para hacerme la vida aun más miserable decidió coquetear con él, tomo su mano y la poso sobre su panza de embarazo, Auch... Sentí horrible.

Pagué y no pude seguir siendo testigo de aquella escena, tome mis cosas y salí del lugar a toda prisa pasando por delante de ellos, camine bajo la lluvia lo cual no me importó, de pronto sentí un par de manos que detuvieron mi andar, mis lágrimas iban mezcladas con la lluvia que mojaba mi rostro, voltee de prisa, era Darién.

-. Serena... ¿Podemos hablar? Por favor. -pedia sin soltarme de los brazos.

-. No tenemos nada de que hablar, Darién me mentiste, Michiru está embarazada, ¿como pudiste hacerme esto? -al borde de la histeria y sin poder parar de llorar trataba de soltarme de su agarre.

-. Serena no te hice nada, es lo que trate de explicarte, no se lo que tú pensabas, era esto lo que quería decirte. Ella me dijo del embarazo el mismo día que fui por mis cosas, yo... No supe cómo manejar la noticia y me emborrache.

Caí en cuenta de que yo me había presipitado, esto era lo que Darién quería decirme aquella noche, ¿pero acaso esto quiere decir que me ama?.

-.¿Porque no solo me lo dijiste?, ¿Porque ocultarlo? Yo... Crei que estabas así porque amabas a Michiru, yo... Pensé cosas que me hicieron daño.

-. Te amo a ti Serena, te amo solo a ti, pero debo apoyar a Michiru, debo estar con ella ahora y con mi hijo, pero solo a ti te amo por favor permíteme hablar contigo. -de pronto me di cuenta que ambos estábamos empapados, moría de ganas de hablar con él, de dejarlo decirme todo lo que tanto había anhelado estos últimos meses.

-. Vamos a mi casa, a menos que debas ir con Michiru, si es así no te preocupes. -por dentro deseaba que él corriera conmigo, aunque pensar en ella esperando un bebé de Darién me estaba matando, ella podría hacer lo que yo jamás y eso era lo peor que podía sentir.

-. Ella decidió irse, le dije que tenía que hablar contigo y antes de correr hacia ti ella se fue en un taxi, vamos a tu casa... -llegamos corriendo pues ningún taxi quería parar por la lluvia que caía.

Abrí la puerta y entramos a casa, Darién y yo estábamos completamente empapados, así que me dirijo a mi cuarto a buscar un par de toallas, volteo y me topo con su mirada que me escudriña por completo, él toma las toallas de mis manos y las arroja a la cama, me toma del cuello y acaricia con sus dedos mis mejillas, me mira con los ojos inundados en lágrimas, mis manos suben y acarician las suyas, lo miro a los ojos y mi cuerpo se tensa y mi piel se calienta por su presencia, Darién baja las manos y me quita el abrigo, la blusa y desabrocha mis pantalones bajandolos hasta que los saca de mis piernas, ninguno dice nada, se pone de pie dejándome solo en ropa interior, hago lo mismo por él dejándolo en boxer, nos miramos el uno al otro con evidente deseo, con ganas de estar entrelazados, Darién me abraza y fusiona sus labios con los míos, su lengua entra en mi boca buscando la mía, mis manos suben por su espalda desnuda acariciando su piel, él me abraza y me levanta en brazos llevándome a la cama, se que esto es demaciado pronto pero es que mi cuerpo realmente lo extraña, mi piel exige su toque y mis labios sentir los suyos.

-. Te eh deseado tanto, te amo Serena, en verdad eres tú y solo tú la dueña de este corazón que palpita por tu amor. -sus labios recorrían mi cuello haciéndome sentir dichosa.

Darién bajo mis bragas y desabrochó mi sostén, tomo su erección y se undio en mi haciéndome soltar alaridos de placer que retumbaban en mi habitación, no pensé en nada más que en nosotros, quería un instante de gloria para mí, para los dos, sus movimientos sobre mi pelvis me exitaban, sus manos recorrían mi piel hasta llegar a mis pechos y mi boca seguía devorando la suya, así hasta que nos corrimos en un lento y glorioso orgasmo.

Nos recostamos uno alado del otro y mientras acariciaba sus manos con las mías pensaba en todo lo que quería, me dolía que ella si pudiera darle una familia y no pensaba siquiera por un momento en pretender separarlo de su hijo, ese bebé que no tiene la culpa de nada y que merece una familia.

-. No quiero arrebatarle a su padre a ese bebé... Darién yo... Jamás podré darte una familia y ese pequeño te va a necesitar. -Darien me obligó a darme la vuelta y mirarlo a los ojos.

-. Jamás dejaré a mi hijo, siempre me tendrá para él, pero no puedo dejar ir a la mujer que amo, siempre me haré cargo de él, lo amare y lo y cuídare por siempre pero también quiero cuidar de ti, amarte siempre. -lo amaba tanto, tanto que no pude dejar escapar un par de lágrimas de felicidad.

-. Te amo Darién, te juro que te amo con todo el corazón y te prometo que te apoyaré siempre, vamos a salir adelante. -nos abrazamos y llenos de pasión nos amamos toda la noche.

No puedo dejarlo ir, lo amo tanto que sin él mi vida no tiene color, es quien hace de mi mundo un maravilloso y glorioso paraíso.

El Amor es... tu y yo juntosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora