0

211 20 2
                                    

Abrí mis ojos y me encontré rodeado de oscuridad, eso no era un problema, ni siquiera de pequeño le tuve miedo. Comencé a caminar entre la espesa niebla que dejaba ver entre brechas los altos árboles, el viento soplaba entre ellos y se oía un silbido perturbador, podrían parecer aterradores a la vista de cualquiera, pero, para mí eran maravillosamente hermosos. Seguí caminando entre la niebla y los árboles, hasta que me sentí observado, una mirada penetrante, que parecía quemarme, un temblor me recorrió. Miré a todos lados, y, nada, de todas formas no es que pudiera ver mucho con toda esta niebla.
Todo era familiar, había estado antes en este lugar, levanté mi vista al manto oscuro que me cubría, no había luna, ni estrellas.
Siento una conocida presencia detrás mío, aunque no haya escuchado pasos, sé que está ahí, entonces, un ancho y familiar pecho se apoya en mi espalda, un escalofrío me recorre de pies a cabeza, el cuerpo detrás mío despide calor, pero me siento helado, como si la temperatura hubiera bajado súbitamente cientos de grados. Garras negras acarician mi cuello, firmes, pero no bruscas, trazando patrones espiralados a lo largo de mi garganta, me apoyo en el familiar toque, y las garras se detienen en mi pulso, otra mano con garras se desliza a mis muslos y comienza a hacer cortes en la delgada tela de los pantalones de mi pijama hasta que caen, siento que una helada y mojada humedad deja un rastro por mi cuello, una lengua como de reptil pasa por mi latente pulso, entonces, una suave y melodiosa voz dice "Adiós mi dulce Jiminie" justo antes de deslizar una afilada garra.

-¡Jungkook! Grito levantándome de golpe en la cama.

-Jiminie que ocurre. Dice él asustado. Un escalofrío recorre mi cuerpo al escuchar ese apodo. Mi mejor amigo duerme conmigo hace casi un año, desde que tengo estas patéticas pesadillas, fue la única manera de conciliar el sueño, menguaron un poco, aunque de vez en cuando las seguía teniendo, el último mes, parece que decidieron empeorar.

-Lo mismo de siempre Kookie, lamento despertarte. Veo la hora y ya es momento de levantarme para ir al trabajo, aunque él tiene que salir recién dentro de unas cuantas horas.

-Sabes que no me molesta, y que fue mi idea que vengas a dormir a mi habitación. Esta vez, te, te, ¿Te hizo daño? Dijo con voz suave y preocupada.

-No, solo, solo desperté antes de que pasara algo. Mentí. Jungkook sabía todo acerca de mis pesadillas. El bosque, la niebla, el hombre -si es que le podía llamar así- que me acechaba, que no le había visto el rostro, y siempre había estado de espaldas a él, lo único que le había ocultado, es que la melodiosa voz que llamaba mi nombre en los malos sueños, era la suya.

-Bueno, eso está bien. Dijo dejando un beso en mi frente. -Voy a preparar el desayuno. Dijo saltando fuera de la cama, sin preocuparse por estar en delgados bóxers. Somos amigos desde que tengo memoria, nunca me había molestado, hasta que los sueños comenzaron a tornarse raros, y, el extraño Jungkook de mis sueños comenzó a acariciarme y, ser algo sexual conmigo, no se supone que tenga esta respuesta en mí, son pesadillas, no un estúpido sueño húmedo.

Me levanto de la cama y tomo una toalla para dirigirme a la ducha, tal vez eso ayude con mis confusos pensamientos.
El agua relaja mis músculos, cierro mis ojos y paso las manos por mi cuerpo recordando la sensación de las garras sobre mí, el musculoso pecho, la humeda y fría lengua, bajo una de mis manos a mi creciente erección deseando saber cómo se sentirían las afiladas garras sobre ella. Una helada lengua recorriéndola, acelero el movimiento de mi mano, y me corro rápidamente con estos últimos pensamientos, como si fuera un adolescente hormonal, estoy dejando que el agua corra mientras me recupero, hasta que un grito me saca de mi transe.

-¡Jiminie el desayuno va enfriarse apúrate se te va a hacer tarde! Gritó Kookie desde la cocina. Que mierda me esta pasando, no puedo tocarme pensando en el Jungkook de mis malos sueños, es mi jodido mejor amigo. A mi me gustan los hombres, sí, pero, nunca me sentí atraído a él, el amor que siento por el es fraternal, inexplicable y especial, además Kookie no es, no sé que es él, nunca hablamos de su vida amorosa, porque siempre evade el tema, nunca lo ví con mujeres, o hombres, quizá... ¡No! Es mi jodido mejor amigo, deja de pensar ridiculeces Park Jimin.

Sweet Bad Dream KOOKMIN [OS #BroNoHomo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora