Capítulo Único.

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- Mi niña ¿Qué haces tan temprano por aquí? ¿No deberías de estar en la escuela? - La anciana dueña del lugar acomodaba con dificultad un macetero.

- como dijo, aún es temprano, además quede en esperar a Gowon aquí y de paso también puedo ayudarla a usted.- La chica de cabellera negra dejo su mochila sobre un estante para seguir con el trabajo que se le dificultaba a la mujer de edad.

- Hyejoo eres muy amable, pero vas a ensuciar tu uniforme.- La de cabello negro ni caso le hizo a las palabras de la mujer, siguiendo con el recorrido a la parte trasera de la tienda.- Y testaruda.- La anciana negaba con una sonrisa. No tenían parentesco alguno, pero a Hyejoo le gustaba ayudarla, pues era una buena amiga de sus padres.

- Olivia!! - Llegando con gran estruendo a la florería entró Chaewon, de cabello tintado de rubio y su uniforme tan prolijo.- Hola señora Kim!

- Gowon... Detesto cuando despiertas con tanta energía.- Hyejoo regresaba por su mochila para irse a la escuela, no sin antes despedirse de la anciana con un beso en la mejilla.

- Es que tu eres una amargada, no es mi culpa que te la pases con una cara de poker todo el día, hace buen tiempo y estamos a mitad de semestre, es algo por lo que deberías estar feliz.- La rubia se adelantó unos cuantos pasos aparentando estar molesta, cosa que era mentira porque sabía que Hyejoo le daría un abrazo y hablaría tierno para que la perdonase.

- Yah! Gowon, no seas así.- Y como arte de magia, la pelinegra hizo exactamente lo que esperaba la rubia.- No te enojes conmigo, prometo comprarte lo que quieras.

Fue un día lento y demasiado aburrido para Hyejoo y es que The Edén High School era exageradamente normativo, muy pocos seguían el semestre, siendo poca cosa para Hyejoo, quien siempre seguía al pie de la letra cada reglamento, claro que eso siempre era en la escuela y por otro lado estaba Chaewon quien de milagro seguía en la lista de estudiantes. No era desordenada, pero era muy alegre y de vez en cuando olvidaba que debía comportarse como según lo denominaba la directora "una señorita" al ser una estudiante destacada era perdonada, injusto, pero así estaban las cosas.

El sol todavía no se escondía, por ello Hyejoo decidió pasarse a la florería, encontrándose en el camino con la nieta de la señora Kim, que frecuentemente asistía para ayudar a su abuela.

- Hey Hye ¿Qué tal? - La chica la recibió con una enorme sonrisa.- Si buscas a mi abuela, ella se fue temprano, se sentía algo cansada.

- ¿Esta bien? - Se mostraba preocupada, pero sus facciones se calmaron al ver que Jiwoo le afirmaba con su cabeza.- ¿Puedo quedarme?

- Nunca esta de más una ayudita, pero como sé que mi abuela me mataría si ensucias tu ropa.- Le dio la espalda a la pelinegra para comenzar a buscar algo en un cajón.- Ten, creo que eso servirá como protección.- Jiwoo dejó en sus manos un delantal de cuero color negro.- Manos a la obra! - A Hyejoo le causaba gracia la forma de ser de la chica, a pesar de ser mayor, actuaba muy infantil y en cierto punto lograba colmar la paciencia de cualquiera, pero ya estaba acostumbrada por lo que solo le quedaba reírse de las ocurrencias de Jiwoo.

De regreso a su hogar, lo primero que hizo fue lanzar sus zapatos y dejar su mochila en la entrada. Encendió la luz, no le causaba sorpresa el no encontrar a sus padres en casa, eran policías y de seguro tenían doble turno como cada día, fue a la cocina y alistó lo necesario para preparar un poco de ramen instantáneo. Subió a su habitación quitándose su uniforme, colgandolo sobre la silla cercana al escritorio, de esta forma no tenía que planchar nuevamente el traje.

Volvió a bajar por sus fideos, como no tenía tareas pendientes, tal vez se quedaría jugando unas partidas de Lol y luego dormir.

Era jueves, sus ojos pesaban al trasnochar a causa del videojuego que la entretuvo más de lo esperado, era de mañana y le quedaba tiempo de sobra para alistarse y desayunar.

You'll be fine Donde viven las historias. Descúbrelo ahora