Esdra Pov's
- Checate morro ¡Velazquez llegó!
- Muestrame lo que tienes - se inclina un poco.
Pateo el balón, tiro de ángulo...
- ¡GOOOOOL!
- Suerte de principiante - Fede se tira al suelo abrazando el balón.
- Ya he jugado, tu tuviste suerte a los dieciséis.
- Ahora soy un profesional de diecinueve añotes - infla su pecho orgulloso.
- Tas' viejito.
- Me tengo que ir, Esd. Me van a regañar si me ven contigo, mamá se enteró de que te emborrache.
- Sigo sin entender el porque lo hiciste.
- Luego me lo vas a agradecer.
- Lo dudo mucho, vato ¡Saludame a mi tía!
Se va en su auto, me quedo parado en mitad de la cancha, solitaria, falta una hora para la media noche, tengo que volver a casa antes de que me regañen. Del suelo recojo mi mochila y el balón, en las gradas se sienta un tipo alto y flacucho, lo distingo.
- Carlos Pasquarelli.
- Esdra Velázquez, esperaba encontrarte por aquí o borracho en el patio de la vecina.
- Yo esperaba verte en tu casa o siguiendo a tu hermana, como siempre.
- A ella no la metas - gruñe - vengo por otra cosa.
- ¿Y ahora que? Me tengo que ir, y no quiero perder el tiempo contigo.
- Ni yo, pero no te conviene estar con Karma, mi tío es muy celoso respecto a ese tema, ella nunca te querría, ni ella ni sus padres.
- Para que te enteres, sus padres fueron de rodillas a pedirme que me le confesará mis sentimientos, Michael no te quiere con su hija. Y debes pensar en como te diriges a una persona, decirle tío al padre de la que te gusta suena feo, incesto diría yo.
- ¿Ellos que?
- Mide tu vocabulario, unas veces las palabras se te van a ir de la boca, nos vimos, italiano de cuarta, ni a tu padre le llegas a los talones.
- ¿Y tu sí? - sonríe burlón.
- Nunca dije que yo sí.
Baja de las gradas furioso, se planta frente a mí y su puño se choca con mi mejilla, me mantengo firme.
- Nunca se resuelven las cosas con violencia, me retiro.
Lo más apurado que puedo avanzo hasta la calle, acaricio mi mejilla, ya no está ahí.
Me dolió.
- Ma', no quiero ir.
- Tienes que ir, órale, vaya a ganarse la Universidad que tanto quiere, no llegues tan tarde.
- Nos vemos - beso su mejilla.
- ¡No olvides recoger a Jeanine y Karms!
Asiento, enciendo el auto, manejo hasta la cuadra que sigue que es donde vive nuestra reciente amiga, dejamos su mochila atrás, unas cinco calles más adelante vive Karma. La gran casa blanca, de dos pisos se eleva frente a nosotros.
Sueno el claxon, nadie sale, a esta hora Karol se va a trabajar y tengo el permiso de Michael pues venir por ella.
- No sale, iré a averiguar - Jeanine baja.
Toca la puerta, y Malena y Ana se asoman sonrientes, las tías. Intercambian palabras entre ellas, niegan. Jeanine niega, vuelve.
- Carlos y Charlie la recogieron, se fue con ellos.
- Maldito italiano, sabía yo que con eso no bastaría.
- ¿Qué pasa con vos? - sube.
- Anoche hable con Carlos, me esta pidiendo que le de chance con Karma.
- Deberías dejarlo - se encoje de hombros, se pone el cinturón.
Frunzo el ceño. Se volvió loca.
- Digo, si él se le declara, ella simplemente lo va a batear, como dicen ustedes, por el tubo, ella lo ve como un primo.
- Tienes razón - sonrío - eres inteligente, aguas que te sale humo de la cabeza.
Aparco cerca de la entrada, desde atrás agarramos las mochilas, a un lado de la entrada hay muchas personas reunidas, Leandro esta mirándolos, tiene una mueca en el rostro. Nos acercamos más a ellos, todos se ríen, de un segundo a otro todos se callan, vuelven a reír, los aparto de mi camino, Jeanine se escabulle.
«No lo hagas»
Dos chicos se apartan y en eso veo lo que ven todos, están los mellizos riéndose, en medio de ellos esta Karma, el italiano me localiza de inmediato, ella no. Todo pasa tan rápido.
La toma de la cintura.
Su mano en su nuca.
El sonriendo.
Ella sorprendida.
Ambos besándose.
Yo herido.
«Cliché»
Mantengo mis postura recta, Jeanine se planta mi lado, Karms se separa de una manera muy brusca, entrelazo mis dedos, siento mis ojos escocer un poco, no debo llorar por más que quiera, se enoja, hasta Charlie lo esta.
- Carlos Pasquarelli Molfese - dice una voz más madura.
Hasta parece que lo oí tragar, tengo miedo.
- Carlos, Charlie, Karma, Esdra, Leandro. Vengan para acá.
- Yo no hice nada - susurra Leandro.
- Que vengan - gruñe. Señala un Pick Up.
Los mellizos y ella recogen sus mochilas del suelo, murmuran cosas ininteligibles. Todos los demás se alejan, ella se coloca a mi lado.
- Perdón - susurra - fue él...
- Lo se, no tienes porque pedirme perdón, estamos bien - su mano toma la mía - todo va a estar bien, Michael no se va a pasar de la raya.
- Dices tú - dice su padre - suban. Yo justificare sus faltas.
Lanzamos las mochilas dentro, Carlos sube en el asiento del copiloto, los demás atrás, mejor para mi.
¿Qué nos va a decir?
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Daughter of Micharol
Short StoryQue malo es que una pareja de casados, se divorcie. Pero es aún peor es que Micharol se divorcie después de diez años juntos. Hay una niña de por medio. Su hija. @ Todos los derechos reservados.