Ella...una historia, herencia...un baluarte ❤

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Despertó un día
saboreando un anhelo
que añoraba desde su niñez,

mientras envolvía en sus brazos
ese tierno muñeco,
que no despegaba de sus manos
ni a la hora de dormir,
era su mayor reliquia
un regalo en ese momento
ajeno
que carecía de corazón
que no sentía.

Ese recuerdo
fue su primera reflexión
al despertar,
sentir la misma ternura
de su niñez,
palpable y ansiosa
dentro de su corazón
y memoria,

ese día se sintió más contenta,
completa al doble, como si algo
dentro de su ser,
aumentará su manera de sentir
y ver la vida.

Al pasar los días
aumentó su alegría,
su manera de ver el alimento
y la proporción de su cuerpo,

algo dentro suyo
empezaba a iluminar su vientre
a robarle el corazón
sin necesidad de una mirada.

Mientras se bañaba,
acariciaba su vientre fructífero,
mientras curiosas
pataditas,
le rodeaban el alma
y le provocaban
ternura y sonrisas.

Consintió cada capricho
cada reposo,
que su anhelo y regalo,
le hacía sentir,

paso un largo tiempo,
para su ansioso corazón
pero también la cita
más esperaba
para su primer y único
amor.

Después de un poco de inquietud y dolor,
se encontraron sus miradas
hasta aquellos meses ausentes,
para ser para siempre un código
y alianza hasta la muerte.

Ese amor no veía horas
ni limitaba instantes
ambos lo sentían
con tan solo mirarse
y abrazarse.

No había mayor orgullo
ni premio,
para ese ser indispensable,
que poder alimentar y amar,
mientras le miraba
con la sinceridad y entrega más verosímil.

Mientras creció su mayor bendición,
creció con ella el más orgulloso amor,
pero también los años,

no atesoró para sí,
en ningún momento,
quizó siempre su solvencia
y su mejor futuro.

Fue feliz con cada triunfo logrado
y cada obsequio material,
que por insignificante
que fuera siempre le traía
una sonrisa y lágrima
a su rostro,
mientras cubría de besos
y abrazos a la razón de su existencia, su mayor regalo.

Pasaron los años,
para ella instantes retratados,
que mientras se miraba en el espejo,
acariciando su pelo encanecido,
le trajeron a la memoria y al rostro,
una satisfacción incontable.

Antes de dar camino,
a su recorrido heroico,
a su descanso merecido,

llamó a su tesoro,
ahora exitoso y agradecido,
tomó su mano
la besó con ternura,
le agradeció su existencia,
su felicidad en la tierra,

Contempló por última vez,
su regalo y vivencias,

apagó para siempre
 mientras le besaba y albergará
en sus brazos su hijo,

su mirada y episodio
cumplido durante toda su vida.

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⏰ Última actualización: Dec 06, 2018 ⏰

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