Enseñame A Ser Tu Hombre (Libro2) Terminado✔

No es lo que parece (parte 3/3)

Un silencio se hizo presente ante una mirada bastante profunda de ese moreno que acababa de presentarse como Daniel. Vaya problema, pues Daniel siendo amigo de Erick sería un obstáculo enorme, pero, ¿cómo Erick se enteraría si ningunos se han comentado nada?.

Abby no se sentía muy confiada y aseguraba que no quería ver a ese chico más en su vida. Sabía que su atractivo, su buen culo y su buena personalidad podría acabar haciéndola sentir cosas que ella no quiere sentir por el momento. Solo desea dedicarse en cuerpo y alma a su padre, así qué decidió mentir sobre quién era, para que el fuese un pato acabado de matar.

Ajá, pero este no era cualquier pato. Ella no sabe que cuando el don Daniel se propone algo, lo consigue.

-Me llamo Alba .-fue lo primero que se le ocurrió a Abby, sin notar que no había mucha diferencia entre ambos nombres.

Ay, los problemas la están dejando loca.

Daniel, el tremendo morochito, ojitos hermoso y cul... Bueno, es dificil no mencionar esto, porque el condenado es divino. En fin, Daniel, sonrió mostrando esa dentadura tan perfecta. ¿Es que no había nada de malo en él? ¿donde está la parte tonta de su personalidad?

Abby no lo podía creer y por más seria que quisiera parecer, terminaba nerviosa. Así qué, no soportando el silencio, se alejó de él caminando por las aceras.

-Oye espera, tienes un bonito nombre, todo es perfecto en ti. También quiero saber si me ayudará con las pastillas, prometo no molestarte.

Ella se detuvo en vista de que no sería tan dificil alejar esa cosa sexy de su lado. Así que asintió.

-Bien, te daré esas pastillas, pero no te quiero ver jamás, además, no quiero que me andes cobrando el dinero, porque dijiste que era un favor, y los favores no se cobran. Si piensas que yo te daré algo a cambio estás equivocado. Ah, y me alegro que no pienses en molestarme después de esto.

Él quedó boquiabierto y en vez de sentirse ofendido, se sintió mejor de que al fin encontrara una chica con carácter, una chica difícil, no como las que él conocía, que con solo decir "hola" ya las tenía en su cama.

-Waoooo -exclamó aplaudiendo y dejándola estupefacta.

-¿Qué? ¿por qué me miras como retrasado sorprendido?.

Ella no entendía nada, no sabía porque él lo tomó tan ligero.

-Oye, eres la primera mujer que me dice todo eso sin siquiera conocerme bien. Es increíble, las mayorías no son así -contestó sonriendo.

-Yo no soy la mayoría, y no te sorprendas conmigo, no tendrás ningún chance. Ah, por cierto, sigueme, te daré las pastillas.

-Bien, trataré de no molestar... Hasta nuevo aviso -susurró lo ultimo sonriendo.

¿Cómo podría dejar escapar tremendo partidazo?. Nadie lo haría.

La siguió caminando pensando que era más cerca, entonces se acordó que tenía un auto, pero de igual manera ella no aceptó subirse en ninguno. Pudo ver que tan insegura era ella. También llegó a la conclusión de que quizás ella tuviese algún novio, ya que alguien tan hermosa no podía estar tan sola.

-¿Tienes novio? -preguntó rompiendo el silencio.

-Si, vive conmigo en mi casa.

Se detuvo algo nervioso, tampoco quería problemas. Si ella tenía novio, no quería causarle algo que la lastimará. Así que su idea de conquistarla se había declinado.