No es fácil vivir en Arratahc, aunque siempre he pensado que seguramente podría ser peor. Por lo menos tenemos agua potable y un par de comidas al día, así que no me puedo quejar demasiado.
Mi nombre es Sylvan y Arratahc no es precisamente una ciudad. Según cuentan, años atrás sí lo fue pero actualmente no es más que un vertedero en el que los supervivientes nos hemos ido construyendo nuestros hogares y hemos aprendido a vivir a nuestra manera.Seguramente estaréis pensando que por qué no hemos intentado escapar de aquí y empezar una vida lejos. El principal motivo es que aunque seamos considerada la zona de la basura por nuestros gobernantes, no dejamos de ser una de sus zonas y como tal está totalmente protegida. Nadie puede entrar ni salir de Arratahc sin su permiso y si alguien lo intenta emprenderá un viaje de no retorno.
A pesar de todo esto, no es que vivamos infelices ni mucho menos. Yo mismo tengo 20 años y pertenezco a una generación que nunca ha visto la vida fuera de aquí, por lo que no conozco nada que envidiar. De pequeño me contaban historias sobre reinos más allá de nuestras fronteras, tecnología avanzada y muchas riquezas que siendo sincero, nunca terminé de creerme. La única realidad que conozco es que nuestro pueblo se pasa el día trabajando para poder pagar el impuesto semanal a nuestro gobernante y así evitar tener problemas.
Sobre mí mismo no hay mucho más que contar. No tengo una familia que recuerde ya que, según me dijeron, mi padre era un alcohólico que intentó cruzar la frontera una noche de borrachera y mi madre murió trabajando para poderme pagar una comida que llevarme a la boca. Por desgracia no recuerdo ni sus caras debido a que murieron cuando yo aún era demasiado pequeño.
¿A partir de aquí? Me acogieron en una especie de orfanato en el que nos ponían a trabajar en cuanto teníamos la edad suficiente para poder sujetar una herramienta y así podernos pagar la alimentación que recibíamos. Cuando cumplí los 16 años me echaron del orfanato por ser demasiado mayor y me tuve que buscar la vida. Tras unos meses deambulando en búsqueda de un hogar, conocí a un chico dos años mayor que yo llamado Jazz que me consiguió un trabajo junto a él. Desde entonces, hemos podido pagar un techo y la comida.
Él es un tipo alto, con barba y pelo largo. La verdad es que de primeras intimida, pero en cuanto le conoces es la persona más amable y comprensiva que he tenido el gusto de conocer. En cuanto a nuestro trabajo, consiste básicamente en arreglar aquellos vehículos rotos que vienen a parar aquí o, por lo menos, intentar recuperar aquellas piezas que puedan ser útiles para poder venderlas como recambios en un futuro.
Y aquí es donde empieza esta historia, en un día como cualquier otro levantándome para ir a trabajar junto a Jazz.
[FIN DEL PRÓLOGO]
Si has llegado hasta aquí te informo que esta historia solo acaba de empezar. Seguramente a mucha gente no le atraiga el género, pero aún así os aseguro que va a tener de todo (Acción, amor, traición, drama, etc).
Soy totalmente consciente que mezclar tantos géneros es muy peligroso y no suele salir bien, pero os prometo que lo tengo tan claro en mi cabeza que estoy convencido de que no será así. Ojalá en un tiempo os pueda sorprender para bien :)
Tanto a las personas que se quedan aquí como a las que desean seguir esta historia: Muchas gracias.
Dentro de muy poco subiré el primer capítulo.
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Caminando con fuego
Science FictionViviendo entre basuras, sin sueños y con el único propósito de sobrevivir, la vida de Sylvan no se puede considerar fácil en absoluto. Su vida cambiará radicalmente al encontrar un objeto que le hará explorar un nuevo mundo distinto al que conocía m...