Humpty Dumpty

El Testigo

- El pasado: jueves 31 de enero, 2013 -

El día de Luke comienza como cualquier otro. Se despierta solo en la gran sala subterránea, lava las actividades de la noche anterior de su cuerpo y saquea la nevera para el desayuno. Con el estómago lleno, pasa el tiempo limpiando, leyendo y mirando en silencio un par de las viejas películas en blanco y negro que se apilan debajo de la televisión. Es mundano en todos los sentidos y un poco aburrido después de un tiempo, pero es todo lo que Luke sabe. Así es como es su vida y la aceptó hace mucho tiempo.

Pero luego, cuando se acercan las seis de la tarde y Luke se prepara la mesa para que él y su maestro cenen, se da cuenta por primera vez de que este día es diferente de la rutina que ellos mismos han establecido.

La escotilla se abre y su amo desciende la escalera. Al principio, como siempre, solo se ve feliz de ver a Luke, su rostro rompiéndose en una sonrisa dentuda. Pero cuando Luke mira más de cerca, puede decir que esta felicidad no es del todo real. El gran hombre está preocupado por algo, su apariencia no es tan estilizada como suele serlo. Su pelo no está bien peinado y su ropa está arrugada.

Luke ignora toda esta evidencia de que algo está mal. No es bueno cuestionar a su maestro, no es su lugar, así que se sienta en la pequeña mesa de la cocina y espera, los aromas de gofres recién hechos y jarabe de arce llenan sus fosas nasales.

Si el alfa quiere actuar como si todo estuviera bien, Luke no tiene ningún problema con eso. Ha tenido mucha práctica jugando a fingir. A su maestro no le gusta cuando hace algo que destruye la verosimilitud de la relación amorosa que se supone que deben tener. La mejilla de Luke picó y sangró durante semanas cuando las garras afiladas lo ayudaron a aprender a mantener la fachada en todo momento. Era más seguro de esa manera, incluso si su maestro parecía genuinamente arrepentido de haberlo lastimado.

Luke observa al alfa desde la pequeña mesa de la cocina y examina la comida. Luke sabe que los waffles con jarabe de arce son los favoritos de los glotones del hombre lobo, pero en cada comida que comparten, le preocupa que haya hecho algo que a su amo no le gustará. Siempre se siente insoportablemente tenso, preparado para recibir un castigo similar a la última vez que la jodió. Esta noche no es diferente. Pero luego su maestro deja caer la actitud fresca y su rostro se calienta de placer, por lo que Luke deja escapar un suspiro de alivio y se relaja. Sigue sentado tranquilamente, con las manos en su regazo desnudo, hasta que el alfa ha dado su primer bocado.

"¡Mmm! ¡Esto es delicioso!" El hombre salta, su boca llena. "Gracias cariño."

Luke le ofrece una sonrisa que no quiere decir. Él nunca los quiere decir.

Comen, pero en lugar de la conversación de la cena que Luke está acostumbrado a recibir (charla insana sobre los miembros de la manada de su maestro que nunca ha visto), no obtiene más que silencio.

Esa es la pista #2.

Incapaz de simplemente salir y preguntar qué pasa, Luke sigue fingiendo.

Cuando llega el momento de retirarse a la cama, su maestro trae consigo dos vasos de agua. Como todos los días, Luke contempla no beberlo, sabe lo que le hará, pero como todos los días, se rinde y se traga el líquido frío.

Con las sábanas apoyadas en su pecho, Luke yace allí mientras las luces se apagan una por una y el colchón se hunde a su lado. Se deja arrastrar hacia los lados con grandes brazos, hasta que su espalda se presiona contra la parte delantera redondeada de su maestro y las respiraciones cálidas soplan en la parte posterior de su cuello. Se le aprieta más fuerte de lo normal, lo suficientemente fuerte como para que sea difícil respirar. Es casi como si el alfa tuviera miedo de que él desapareciera, lo cual es ridículo porque no podría estar más atrapado. Luke puede sentir el rasguño del vello púbico grueso contra su culo desnudo y una longitud rígida entre sus muslos.