Mi padre solía decir: "Algunas veces es mejor estar solo y recorrer el camino por ti mismo." Él decía muchas cosas pero no todas eran de todo ciertas, además ¿que peso tienen las palabras de un hombre muerto? Ahora, nada podía hacerlo sola, terminaba en un desastre. No era un camino que podría recorrer sola, no era lo suficiente. Por mucho tiempo no lo acepte, pero hoy me he dado cuenta. Yo no puedo sola...pero tenía que ser fuerte.
Estaba encerrada en esas cuatro paredes de mi cuarto a oscuras con aquel nudo en a garganta con el que vivía constantemente. No podía dormir, no podía comer, no podía vivir. Sentía que no podía, no por más tiempo. Al oír cosas caerse, salí de mi trance. Salí por la puerta hacia la cocina para encontrar a mi madre en el piso temblando con todos los cubiertos esparcidos en el piso.
—¡Mamá!—corrí hacia ella empujando los cubiertos. Ella temblaba en el piso, murmuraba cosas y se jalaba el cabello. Me acerqué a ella para abrazarla.
—Samuel, Matt, no. ¡No!—gritó empujándome al piso. Solté un quejido al golpear mis codos contra el piso que usé como protección. Me incorpore enseguida, me acerqué a ella de nuevo con precaución. Tome sus brazos para que no me empujara.
—Mami, soy yo. Katie. Tu hija.—dije con mis ojos aguándose. Dolía ver a mi mamá así.
—Aléjate, ¿dónde está mi hijo y mi esposo?—reclamó enojada intentando liberar sus brazos. Mis ojos se empañaron por completo y solo quería echarme a llorar. No era ella, era la enfermedad que hablaba. Pero aún así las palabras dolían.
—Suéltame. ¡Quiero ver a mi familia, ahora!—exigió.Yo soy tu familia...
La sujete más fuerte para evitar que se lastimará. Siguió forcejeando un rato hasta que comenzó a aceptar mi abrazo y a llorar. Intente sonreírle, pero lo único que logré fue una mueca.
—Tengo miedo, ¿y si no los vuelvo a ver?—lloró mi mamá en mi hombro. Sobé su cabellera suavemente.
—Tranquila, mamá. Todo va a estar bien, tú vas a estar bien. Vamos a superar esto. Vas a estar bien.—dije decidida. No estaba segura si me lo decía a mi mamá o a mi misma.
—Ven, ma. Vamos a ver tus medicinas.—dije alzándola del piso. Mis piernas tambaleaban al no poder soportar todo su peso. La apoye en mi hombro, intentando llevarla a su cuarto. Subí con dificultad las escaleras, estando cerca de caer más de dos veces. Llegamos a su habitación y para mi suerte la puerta estaba abierta. La pateé con el pie para que se abriera más. Suavemente la posee en su cama. Seguía temblando pero se veía tranquila. Tome la medicina del frasco naranja y se la pase con un poco de agua. Ella parecía haberse calmado y después de unos minutos se durmió.En puntitas salí de su cuarto cerrando la puerta con cuidado. Baje a la cocina y empecé a recoger todos los cubiertos en el piso. Al levantarme entendí el porqué el episodio de mi mamá: las gafas de Matt estaban en la mesa. Estúpida, Katie. Debí haberlas dejado ahí cuando hacía la limpieza. Recordaba cuando me las había dado, Garrison había corregido su vista y ya no los necesitaba más. Iba a ir a una misión, estaba tan emocionado. Tome los lentes en mis manos y sonreí melancólica al recordar con la emoción que hablaba sobre Kerberos. Cuando me dio las gafas faltaban un par de semanas para que fuera a Kerberos como oficial de comunicaciones pero el destino tenía otros planes. Hubo un incendio en Garrison, que se llevó la vida de muchas personas ese día incluyendo a mi papá y a Matt. Unas gotas saladas cayeron en los lentes de Matt. Los presioné con cuidado contra mi pecho.
Tuvimos una última cena familiar que recordaba claramente, fue divertida como todas. La recuerdo claramente porque fue la última vez que vi a Matt y a papá. Y la última vez que vi a mamá reír. Cuando perdí a Matt y a papá también había perdido a mamá. Porque hacía ya un tiempo que la mujer que lucia y hablaba como ella no era mi mamá. Había manejado su situación por cinco meses y cada vez empeoraba. Pensé muchas veces pedir ayuda, pero cuando aún estaba lúcida me suplico que no la llevara a un hospital y pensaba cumplir su deseo. Todo comenzó cuando Takashi se fue.
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Cuando el león deja de rugir||Shidge
FanfictionKatie era feroz, brillante. Difícil que algo la opacara. Era una Holt después de todo. Un misterioso fuego acabaría con la vida de Samuel Holt, reconocido científico de Garrison Labs, un gran esposo y padre. Matthew Holt se identifica desaparecido...