Capítulo 24. Fiesta de Pijamas Segunda Parte

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Llevo a Vegeta tomado de la mano y llegamos a la habitación donde están los demás. Todos comienzan a vociferar.

―¡Bulma, es todo tuyo! ―dice Maron.

―Hazle como la última vez ―agrega Ángela.

―Oye, Vegeta. No te dejes dominar ― le grita Goku.

Lo siento en la silla y las chicas apagan las luces, quedan luces tenues y la música. Yo salí un momento para usar algo. Les ordene a las chicas que ataran sus manos atrás de la silla. Ellas colocaron una música. Motivation (Explicit) de Kelly Rowland. Llevo puesto un antifaz y he alborotado un poco mi cabello.

―Bulma, lee estas tarjetas aquí salen poses que puedes hacer ― ellas ríen.

―(Risas) no chicas, no necesito eso. ―deshecho las tarjetas a un lado.

Rápidamente entran y ponen la música. Yo me dispongo a entrar y a caminar sensualmente hasta donde está Vegeta. Tiene una sonrisa ladina mientras arquea una ceja. Sé que está disfrutándolo. Me acerco a él para decirle algo:

―Esto es solo para ti y para nadie más. ―le doy un beso a mitad de sus labios y retrocedo.

Tomo una silla y la sitúo a pocos metros de él. Me siento en ella y comienzo a girar mi cabeza con sensualidad, no aparto mi mirada de él en ningún instante. El muerde su labio inferior sin darse cuenta, y eso hace que yo me apodere de lo que estoy haciendo. Mi cuerpo se mueve como el de una serpiente. Abro mis piernas y me inclino hacia adelante haciendo que mi cabello baje completamente, subo mi cabeza para mirarlo y esa mirada tan oscura y profunda me indica que quiere algo más. Me levanto y a la vez tomo la silla de una mano y la hago girar a un lado, luego la suelto. Le doy la espalda y muevo mi trasero de un lado a otro, los dedos de mis manos se entrelazan en mi cabello hacia arriba. Por un momento había olvidado que los demás estaban ahí y me doy cuenta ya que hacen gestos como de querer toser y otros hacen silbidos. Yo río internamente. Bajo hasta el piso en cuclillas y meneo mi trasero con mi cabeza ladeada sin apartar mi mirada de la suya.

*Vegeta*

Casi estoy sin respiración. No sé cómo ella logra esta reacción tan fuerte en mí. Tiene el cuerpo más perfecto que haya visto jamás. Además; es muy sensual en todo lo que hace. Quisiera poder levantarme de aquí y poseerla. No dejo de mirarla y debo confesar que eso me tiene muy excitado. Ella sabe que cada movimiento que realiza hace que mi sangre hierva. Es mía.

*Bulma*

Subo inmediatamente y camino hasta él mientras voy soltando los botones de mi pijama, quedo con la parte de abajo y el sujetador. Apoyo mi rodilla entre sus piernas me inclino hacia él mientras me sostengo de su silla y con mi otra mano lo tomo por el mentón y le robo un beso. Luego, mi mano comienza a bajar por su cuello, su pecho, su abdomen hasta llegar a su miembro que está dando muestras de inquietud. Todos comienzan a gritar. Y él me sorprende de improvisto soltándose de sus amarres. Su sonrisa esta vez es traviesa. Sus manos recorren mis senos y bajan a mi cintura y hace que mi piel se erice. Todo se ha salido de control. Me carga mientras que lo abrazo con mis piernas y me lleva hasta la pared más cercana, hunde su rostro en mi cuello y yo disfruto sus besos. Hemos olvidado por completo que todos estaban ahí y la música aún suena y se repite. Al abrir mis ojos ninguno de los chicos estaban. Me dejo llevar por sus besos. Sus manos sostienen mis piernas. Él separa un poco mi ropa íntima y siento su miembro rozarme, no sé en qué momento ha sucedido. Y pronto, él se introduce en mí. Nuestros labios y respiraciones tibias se encuentran y nos sumergimos en la pasión.

―Me has enloquecido, mujer. ―me susurra al oído mientras se mueve lentamente.

Entre gemidos siento venirme en él.

―Rayos... ―un orgasmo invade mi cuerpo.

―Oh, sí... ―jadea oprimiendo mi cuerpo contra la pared y lo siento estallar en mi interior.

Ambos nos besamos intensamente. Mientras me baja lentamente y la música termina al mismo tiempo que ambos.

―Demonios, Vegeta... ¿Qué hemos hecho? ―musito intentando retomar el oxígeno. ―Rayos, todos se han ido. ―digo observado a mí alrededor

―Al parecer esto se salió de control. Tú comenzaste. ―sonríe con esa mirada que tanto me intimida.

―Vamos afuera. ―lo tomo de la mano y salimos. Bajamos y ahí estaban todos sentados en el sofá.

―Vaya, vaya... si ahí vienen los tórtolos picarones. ―dice Milk riendo.

―Oigan, perdonen. ―digo avergonzada.

―Eso, ambos están muy sonrojados ―bromea Goku.

―Bueno, no importa. Si era para que una pareja como ustedes volvieran a unirse, eso no importa. Por eso preferimos dejarlos solos ―dice Milk.

Nos sentamos con el grupo y aun no puedo creer que acabábamos de hacer el amor. Vimos una película y comimos palomitas entre otras cosas.

***A la mañana siguiente***

Son las 10:00 a.m. y los chicos duermen, e incluso; mi amor desatormentado. Camino a la cocina y ahí están mis chicas preparando desayuno.

―Ahí viene nuestra stripers número uno. ―dice Maron ―Ey, Bulma. Tienes que enseñarme ese paso que es algo como así ―dice imitándolo.

―Ah... ¿Dices éste? ― le enseño y todas reímos.

―¿Quién demonios te enseñó bailar así? ―pregunta Ángela.

―¿Me creerías si te digo que nadie? ―digo sonrojada.

―No lo puedo creer. ¿No será que en las noches te escapabas a un night club sonámbula? ―ríe.

―Ah, quizás. ―cubro mi rostro sin parar de reír.

Los chicos despiertan y nos invaden en la cocina. Hemos pasado una estupenda fiesta de pijamas. Preparamos la mesa para comer. Me siento al lado de Vegeta, él toma mi mano en mi pierna y me brinda una hermosa sonrisa.

Un Amor Inesperado en InviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora