Capítulo 21

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Llegamos justo a tiempo para almorzar. Orlando y Todd prepararon carne, me imagino que es lo que los licántropos acostumbran a comer. Ya extrañaba tomar sopas.

Cuando todos estábamos sentados en la mesa, en el mismo orden que la noche anterior, Orlando dijo:

-Bonnie, mañana empezará tu entrenamiento como Eterna, no puedes desperdiciar tiempo, así que mientras James y Lindsay te enseñan como matar demonios-

Al parecer era un orden para los involucrados ya que los licántropos mencionados asintieron.

-¿Y si no quiero aprender a ser Eterna?- pregunté atenta a la reacción que iba a tomar Orlando, dejó caer el pedazo de carne que estaba llevándose a la boca y me miró no enojado sino más bien decepcionado.

-En algún momento te tendrás que defender porque alguien te querrá atacar, es mejor que lo aprendas ahora que después, será muy tarde para salvarte-

Todos siguieron comiendo como si ningún comentario se hubiera hecho. Terminamos de comer y Orlando dio la orden de que Josh y Vera lavarían los platos.

Subí a mi cuarto, me dejé caer en la cama, quería dormir, pero algo no me dejaba, algo me mantenía inquieta.

-¿Qué te mantiene despierta?- preguntó Vera que había acabado de entrar al cuarto junto con Lindsay.

-¿Qué las mantiene despiertas?- pregunté sentándome en el borde de la cama.

-Me imagino que lo mismo que a ti- dijo Lindsay sentándose en el centro de la cama y Vera se recostó en las piernas de ella, me volteé para no darles la espalda -Tu entrenamiento-

-Puede ser, aunque no me preocupa mucho, después de todo no quiero ser Eterna- dije.

-Sabes que ninguna de nosotras pidió esta vida, solo nacimos así, simplemente hay que aceptar nuestro destino tal y como es, porque después de todo, todo pasa por una razón, al destino no se le escapa nada- dijo Vera.

-Yo solo quiero que mi vida vuelva a ser como era antes de llegar a Toronto- dije en un tono caprichoso -Perdón, no es mi intención sonar caprichosa, solo que no se para qué ocurre todo esto-

-Se paciente, siempre hay una razón, por ahora solo preocúpate de cómo vas a matar demonios, aunque dicha técnica también funciona para los vampiros y sombras- dijo Lindsay un poco ansiosa, como si le agradara la idea de matar.

-¿Qué son las sombras? No he oído hablar de ellas- pregunté.

-Son nefilims, sino que versión malvada, son los que deciden seguir a los demonios ayudándolos a tratar de desnivelar el equilibrio que mantiene a los Eternos en paz- respondió Lindsay.

-Sabes deberíamos relajarnos, que tal un poco de diversión- dijo Vera.

-¿Qué podemos hacer en esta casa para divertirnos?- pregunté.

-Creo que Ana nos puede ayudar en eso - dijo Lindsay sonriendo.

Salimos de mi habitación y nos dirigimos al patio trasero, allí estaba Ana, meditando, no como lo hacían normalmente los humanos, si no que en realidad estaba flotando.

-¿Cómo ella nos va ayudar a distraernos un poco?- pregunté en medio de un susurro, sospechaba que si la despertaba de aquella meditación bruscamente le haría daño.

-Ella conoce muy bien Toronto, tal vez si salimos, pero a un lugar seguro sin chupasangres- respondió Vera.

-¿Ahora les dicen chupasangres?- pregunté pero nadie me respondió.

-¿Así que eso quieren? Diversión… - dijo Ana saliendo de su meditación, Lindsay, Vera y yo nos habíamos quedado paradas a cierta distancia -De hecho yo también he estado pensando en salir de aquí-

Eternos - Secretos del pasado [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora