-- !Ya llegué! -- Grité escaleras arriba a mamá que, como siempre, cuando llegaba de la escuela, se encontraba en su cuarto, ya que después de haber limpiado la casa de arriba a abajo mientras Yania y yo estábamos en la escuela (que era el único momento en el que podía limpiar a gusto y sin el estrés de por medio. Palabras textuales de mi madre), se sentía completamente agotada.
--¡Okay hija! ¡¿Cómo te fue en la escuela?! -- Respondió mamá de regreso mientras entraba en la cocina por algo de comer.
Ya era una costumbre hablar a gritos en la casa, ya que ni a mi le apetece subir en estos momentos, ni a mamá bajar.
-- ¡Bien!
Mi teléfono zumbó en mi pantalón lo que me hizo recordar desactivar el modo silencio que siempre ponía antes de entrar a clase para evitar los "incidentes" mientras me dirijo hacia el refrigerador.
Una vez comprobé que no había nada de fácil acceso, que no tuviera que cocinar o lavar, cerré las puertas y comencé a revisar la alacena abriendo las gavetas en busca de algo con las mismas características.
-- ¡¿Llegó Yania contigo?! -- Escuché gritar a mamá desde su cuarto
Cerré las gavetas y volví a comprobar el refrigerador.
-- ¡No! ¡Recuerda que es miércoles! ¡Se fue con Edgar al gimnasio!
Yania y yo asistíamos a la misma universidad, que aunque eramos de grado y carreras diferentes, tuvimos (por decirlo de alguna forma) la suerte de nuestros horarios, en cuestión de salida, fueran casi similares.
Algo totalmente contrario a nuestros horarios de entrada, que Yania, al ser de un grado superior, tenía menos materias, y pareciera que el cielo estaba de su lado porque también entraba bastante tarde todos los días; no como yo, que si no entraba a las 7 AM, entraba a las 8, algo que agradecía bastante ya que en primer semestre me había tocado la desgracia de que que a mi grupo le tocara entrar a clases a las 7 todos los días.
Y luego estaba Edgar.
Ese era un tema bastante tenso de tocar.
Pero lo había superado.
O al menos eso es lo que me repetía cada vez que lo veía.
O lo mencionaban.
O pensaba en él.
Él, al igual que nosotras, asistía a la misma universidad.
Sin embargo no coincido tanto con el dentro de la escuela; ni con el ni con Yania de hecho. Algo totalmente contrario a fuera de ella, ya que como era costumbre, él y Yania pasaban bastante tiempo juntos después de clases como hacía años. Tres veces por semana iban al gimnasio y regresaban a casa después de este, que al ser la mamá de Edgar enfermera, tenía unos horarios bastante apretados y a él no le gustaba estar en una casa vacía.
//Para haberlo superado tomas nota de todos sus comentarios ¿no es así?//
Ruedo mis ojos ante mi propia conciencia recriminándome, al mismo tiempo que renuncio a encontrar algo que picar y pellizco un poco de la comida que mamá tiene guardada para cuando lleguen los chicos, aprovechando que no está para verme hacerlo y golpear mi mano por "manosear la comida."
una vez habiendo cumplido la misión "que no te cachen agarrando comida" me quité la mochila de la espalda que siempre olvidaba cuando tenía tanta hambre //Oh vida injusta// y la dejé al lado de las escaleras para subirla en cuanto fuera a mi cuarto.
Para que pasara el tiempo un poco más rápido me decidí por ponerme en la sala a ver mi Kdrama del momento; nunca me llamó la atención la sinopsis de este, un ser inmortal y "su novia", por lo menos no me imaginaba que se desarrollara así, pero viendo el trailer y los edits en Pinterest... simplemente me enganchó desde ahí.
Sin ser muy consciente de en que momento me entró el sueño, comencé a volver a la conciencia por un sonido lejano de trastes y cubiertos chocando, pero lo que realmente me despertó fueron una ligeras cosquillas en el rostro que, conforme mi cuerpo intentaba arrastrarme de nuevo a la inconsciencia, las cosquillas se volvieron más como algo tratando de dejarme agujeros en el rostro.
ESTÁS LEYENDO
Yo seré tu primera vez
RomanceA ella no le importaba nada, lo único que quería era dejar de ser virgen, así que dejaría que cualquiera (con experiencia, claro está) se encargara de ello lo antes posible. El lo sabía, había sido varias de sus primeras veces, así que no la dejaría...