Different [Miss Peregrine]

Capitulo 16 (corregido)

La imponente catedral se hallaba frente a nosotros, ganándose exclamaciones de todo el grupo. Mi mano sujetaba aún la de Enoch, plácidamente.  Mis ojos buscaban por alguna señal, alguna pista que nos liderara al paradero de Miss Wrench. Estaba tan centrada en buscar algo complejo que había pasado por desapercibido lo más simple, una paloma que se acercaba más y más a mi pie.

—¿Sucede algo?—cuestionó Enoch, confuso por mi comportamiento.

—Chicos, creo que quieren que las sigamos—indiqué manteniendo mi mirada en la paloma y ganándome un asentimiento de su parte, dándome la razón. El resto me hicieron caso y seguimos a las palomas a la zona de atrás de la catedral. Nos señalaron una especie de trampilla oculta, por la que bajamos y encontramos un pozo. La única paloma restante, la cual se me había acercado en primer lugar, me miró con dureza y ordenó: "Entrad". No dio explicaciones. Me iba a ofrecer a ir primera cuando mi hermano se interpuso entre mí y el pozo.

—No. No después del susto del tren—sentenció para seguidamente dar un paso, cerrar los ojos y saltar, todo simultáneamente. Esperé a oír el impacto en el agua pero nunca llegó.

—Creo que es un bucle—sugirió Millard. Después de indicarnos eso se subió al pozo y saltó, copiando a Jake. De uno en uno fuimos saltando. Luego Emma, después Hugh, después Alec de la mano de Ethan. Quedábamos solo Enoch, Sebastian y yo. Enoch tomó iniciativa, al ver que ninguno de los dos hacíamos nada, y saltó él.
Internamente había esperado quedarme con Sebastian a solas.

—¿Le quieres mucho verdad?—cuestionó entras se colocaba al borde del pozo, desconcertándome. En ese momento sentí como si el pozo no fuera un bucle, y como si mi de respuesta dependiera que Sebastian saltara o no. "Sí, le quiero con toda mi alma, a tal punto que me consume" quise decir, pero las palabras no salían. No delante suya.

—¿Saltarás solo?—pregunté sin saber muy bien a qué me refería.

—Sabes que siempre puedes saltar conmigo—afirmó con una sonrisa, mientras extendía su mano hacia mí. Estiré entonces yo la mía y entrelacé ambos de nuestros dedos, lista para saltar a su lado. Me sentía hipnotizada, fuera de mi control total. Cerré los ojos, temerosa de lo que mi mente pensaba y dando por hecho de que todo pensamiento se apagaría de tal manera. Pero la mano de Sebastian seguía ahí, unida a la mía, ninguno de ambos aún dispuesto a saltar.

—Yo- Rylin—comenzó él haciendo reales todos mis temores. Abrí desesperadamente los ojos para demostrarle que no deseaba que continuara, no ahora. No ahora que por fin Enoch confiaba en mí.

—Confía en mí—dije para callarle, y salté tirando de su cuerpo. Cerré de nuevo los ojos, dejándome caer y sintiendo el peso del aire sobre mi cuerpo. Sebastian se aferró más a mi mano y de pronto ambos caímos en la oscuridad, sintiendo un fuerte golpe de realidad.

Caí de rodillas, acabando con estas destrozadas. No veía absolutamente nada, todo estaba oscuro, silencioso, sin rastro de vida. No se sentía bien. Había algo en aquel lugar que transmitía una sensación de asfixia. No había luz alguna, así que generé una llama en mis manos. Entonces me percaté de que Sebastian ya no sujetaba mi mano. Estaba sola, en un oscuro pasadizo escalofriante.
Mi ritmo de respiración aumentó drásticamente, sentía una opresión en el pecho. No podía dejar de preocuparme. "Tú les dijiste de saltar el pozo, Rylin" "Es tu culpa si les pasa algo"

—¡SEBASTIAN!—grité desesperadamente, sintiendo como me ahogaba. Un nudo se formaba velozmente en mi garganta, consumiendo toda mi energía y trayendo todos los malos pensamientos posibles. "Todo esto es tu culpa. Están pérdidos, muertos y es por tu culpa. Si tan solo no fueras tan imbécil"