POV KENDALL
Seguro que pensaron que mi vida es color de rosa, y sí, yo también lo llegué a pensar, como ha pasado todo estos últimos meses; Dylan, la academia, mamá, la decisión que tomé de dejar de ser "la hija antipática y egocéntrica del alcalde" a Kendall James.
Estoy sentada en el restaurante, no hay nadie más, hasta los chefs se fueron, lo meseros igual, solo queda el recepcionista y yo, que por décima vez me pide que me valla, que ya tiene que cerrar, le pedí que me dejara y lo entendió.
Debo dar lástima, mi vestido rojo corto está hecho mierda, mi maquillaje y peinado igual; mis zapatos están destruidos al igual que yo.
En mi rostro hay restos de rabia, tristeza y rencor, quedan las marcas de mis lágrimas acompañadas de manchas negras y un poco de sangre entre mis dedos.
No tengo novio, ni padre, ni siquiera me tengo a mí misma y tenìa que darme cuenta de esta manera.
Dylan era la persona perfecta... si, lo era.
Nunca pensé que iba a salir así de destrozada de este restaurante, con el que llegué con una gran sonrisa, ahora no quiero ni salir de aquí y no pensé que esa maldita cita iba a ser el fin de todo esto, o mejor dicho... el inicio.
No hubiera venido, pero creo que era necesario.
Hace unas horas
Ya habíamos llegado a un elegante restaurante: "Miiel". Dylan iba muy apuesto, como siempre.
Entramos cogigos de gancho y yo por esta vez llevaba el cabello recogido en una trenzaque terminaba en un rollo elegante; todos nos miraban y nosotros nos sentamos en una mesa junto a una cascada artificial.
...
En medio de la cena, al rededor de las 9:30 pm, Dylan se pone extraño, como nervioso, mira para todos lados y me pregunta constantemente cosas como si tengo que ir al baño o si mi comida está caliente.
Pero lo hacía con un tono algo... suspicaz.
-¿No notas algo raro?- me preguntaba mirando a todos lados con su mirada un tanto perdida y maliciosa, como había estado últimamente, agìtaba la pierna debajo de la mesa.
-A parte de tí, nada- le respondo mirandolo fijamente, como lo he hecho hace rato, él se detiene un momento y me voltea a mirar lentamente, me detalla y noto por primera vez, que sus ojos no están iguales que hace unos meses; se ha venido comportando extraño y sus ojos que de por sí son un tanto oscuros, se oscurecieron más de lo normal, ya no tienen brillo- ¿Pasa algo?- le pregunto y él está solo allí, sentado, mirando fijamente mi rostro, con la mirada perdida y sin reacción alguna- ¿Está todo bien?- le pregunto por segunda vez y le tomo la mano (que estaba encima de la mesa) un poco desesperada, le doy unas pequeñas bofetadas- Dylan, ¿Estás bien?- le digo alterada.
Al ver que no reaccionaba en lo absoluto le tiro un vaso de champán que estaba servido, era lo único que tenía cerca, se escuchó el coro de sorpresa e indignación por parte de los espectadores de otra mesa, Dylan por fín reaccionó y me mira de nuevo, con su mirada sofocante, suspiro de alivio al ver que por lo menos sigue vivo.
Él toma mi muleca con fuerza, con la mano con la que yo sostenía la suya, con mucha fuerza aprieta y me obliga a pararme, aprieta su mandíbula y sus ojos color oscuridad me miran con ira y maldad.
Yo chillo de dolor pero él no reacciona, aprieta cada vez con más fuerza; yo miraba sus ojos que me reflejaban que no era él pero yo simplemente tenía miedo, no conocía este Dylan, este no era Dylan.
Cierro mis ojos con fuerza y aprieto mis dientes, al abrir mis ojos están mojados de las lágrimas acumuladas, empañando mi campo de visión, pero logro notar todas las personas presentes que se hacían a nuestro al rededor, algunas con miedo, tomaban un par de fotos e incluso llamaban a la policía.
Mi mano se encontraba blanca totalmente, tan pálids como papel, en cambio mi brazo y probablemente mi rostro, como el de Dylan estaban rojos.
Luego, como impulso mecánico de un robot (uno asesino) coge el cuchillo con el que hace media hora cortaba la carne, vi su intensión y claramente no era buena.
Mi otra mano que estaba dormida o más bien paralizada al igual que yo reacciona, en ese momento podía reaccionar bastante bien, pero no pensaba con claridad.
Alejo el cuchillo que se dirigía a mi cuello y en ese forcejeo me pego un poco más a mi cuerpo, Dyl solo me miraba fijamente, no había mirado otra cosa que no sea yo, estabamos demasiado cerca, y eso sería normal, pero me daba miedo.
Volteé mi rostro y cerré mis ojos con fuerza; estaba inclinada un poco hacia atrás, no podía evitarlo, él es más fuerte que yo.
Lloraba, no podía más, las lágrimas simplemente salían; él conseguía sostener el cuchillo y llevarlo hacia mí con fuerza al igual que mi muñeca.
Tenía control total de mí.
Estaba perdida.
-Timadashi- exclamé por el dolor, tal vez fueron los nervios y el miedo, nunca había dicho eso antes, ni siquiera sabía si esa palabra existía, probablemente fué de un ánime que me ví de niña.
Pero bueno, lo que importa ahora no es la palabra. Lo que importa es que cuando estaba a punto de ser asesinada en manos de un psicópata que inevitablemente amo, este reaccionó y me soltó.
Sí, me soltó, justo cuando ya estaba rendida. Cuando ya había perdido la batalla, sus ojos se aclararon nuevamemte volviendo a ser canela, su piel dejó el tono rojizo por la rabia y fuerza provocada.
Su mirada se suavizó inevitablemente, estaba confundido, al igual que yo, pero yo aún seguía asustada, simplemente lo miraba y las lágrimas aún se derramaban al igual que la sangre de mis dedos, producto del forcejeo entre ambos.
Dylan miró al rededor, me miró a mi, el cuchillo y posteriormente sus manos.
Dylan estaba asustado, tal vez igual que yo, con rremendo susto que pasé hace rato, era como si Bruce se hubiera convertido en hulk por primera vez, como si hubiera rencarnado, quizá sin morir aún.
Sé que estoy diciendo estúpideces y es que la sangre que se posa en este momento en mi cabeza no me deja pensar con claridad.
Me asombra el hecho de que pese a la circunstancias se ha conservado la calma, tanto Dylan, como los espectadores y como yo.
El primer nombrado aún en shock me mira y susurra un "perdona" antes de huir de la escena.
Intento de homicidio, lo llamarían los demás; pues yo lo llamaría como cualquiero cosa menos eso, y se que suena algo loco y complicado de entender, pero no lo culpo.
Yo mientras tanto sigo con la mirada perdida de donde se había ido para mi la víctima, para los demás, el.
Al ver a mi alrededor aún atónita, pude notar un hombre alto un tanto familiar en medio de esas personas, llevaba lentes oscuros y me miraba fijamente.
Salió del restaurante acompañado de dos hombres también familiares para mi, estaban bajo mi curiosa mirada y lo único que hago cuando se alejan de mi vista es sentarme con la mirada perdida y dispersa.
¿pero que acaba de pasar?
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Mi Sueño Es... Mi Sueño Eres Tú
Genç KurguSiempre he querido ser una modelo pero al entrar en el mundo de la moda y al ver a las verdaderas modelos decidí renunciar a este sueño y empecé a divagar a mi al rededor y a notar en lo que era buena. Al final terminé siendo totalmente distinta a l...