2. Ya no es tan secreto

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5 años después.

En siete años sucedieron un montón de cosas. La más notoria fue que tanto Kojiro como Genzo tenían 17 años y ambos cursaban el último año de escuela media superior, en distintas escuelas.

Sus hermanos, Taro y Tsubasa asistían a la escuela secundaria de Nankatsu. Ambos cursaban el 3cer grado de esta. Pronto llegarían las vacaciones de primavera y pasarían a la media superior.

Casi tres años atrás, cuando Kojiro y Genzo se enteraron que tanto Taro como Tsubasa irían a la misma escuela, pegaron el grito al cielo y peor aún, cuando se enteraron que ambos pertenecían al mismo equipo de fútbol se desmayaron. No era posible que sus hermanos se volvieran a juntar. Afortunadamente para Genzo, el mejor amigo de Taro, Hikaru, estaba en la misma escuela que él, al menos no lo dejaría sólo.

Kojiro, cuando se enteró del infortunio, le dijo a Tsubasa que lo mejor que podía hacer era ignorarlo.
Eso intentó, por casi todo un año escolar, no obstante, su vida dio un giro de 180 grados.

En la actualidad, las cosas iban viento en popa en la vida de Genzo, tenía buenas notas, era el arquero y capitán de su equipo, tenía una lista larguísima de admiradoras y su fama era nacional, pues había conseguido diversidad de premios.

En la vida de Kojiro todo marchaba como quería, su pasión por el fútbol lo había llevado a tener ofertas de becas universitarias, tenía una gran fama y un número grande de seguidores, su estilo de juego empezaba a ser una nueva moda. Su vida era perfecta.

Sin embargo, a pesar de tener una vida perfecta, había algo que arruinaba su paz. Ese algo era que aún los comparaban. Si bien, ellos tenían diferentes puestos en el fútbol, pero las personas encontraban algo para compararlos, esto hacia que su enemistad siguiera.

Es por eso que nunca se volvieron a tratar, pues al más mínimo provocamiento alguno de los dos explotaba. Cuando sus equipos se enfrentaban entre sí, sus entrenadores los tenían bien vigilados pues no querían que llegaran a los golpes.

En fin, a pesar de eso su vida iba bien. O eso creían, pues no sabían que su vida cambiaría ese día.

Por azares del destino, Genzo decidió que hoy sería un buen día para ir a buscar a su hermanito, no iría en auto, prefería caminar pues el día era bonito. Iba con toda la intención de encontrar a Taro e invitarlo a comer fuera de casa. Llevaba sus auriculares puestos escuchando su música favorita. Cuando llegó a la escuela de su hermano se quedó esperándolo en la entrada.

En otro lugar de la ciudad, en específico en la casa de los Ozora, Kojiro estaba tumbado en el sofá viendo la televisión, cuando su madre lo llamo desde la cocina. Sin levantarse del sofá le respondió gritando.

- Mande mamá.

- No te voy a estar gritando todo, Kojiro. Ven aquí a la cocina.

- Ya voy. - perezoso se levantó del sofá y se estiró antes de irse con su mamá. - ¿Para que soy bueno?

- Quiero que vayas por Tsubasa a la escuela.

- ¿Qué? ¿Para eso me levantaste?

- Si.

- Tsubasa tiene quince años, ya sabe cómo llegar a casa.

- Si, pero aparte quiero que lo vayas a buscar para que vayan juntos a comprar la despensa.

- ¿Por qué nosotros? ¿No puedes ir tú?

- No me contestes de esa manera. - regaño dándole con la cuchara en su brazo. - Yo no puedo ir, tengo que salir a otro lado, y tú y Tsubasa lo pueden hacer. Además es una orden.

¡Sht! Es un secreto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora