Al día siguiente, Ann no sabía si salir corriendo, o ir al trabajo saltando por la ventana.
Y así pasaron los días.
Se levantaba a la misma hora que los días anteriores, lo cual era malo porque se encontraba con Louis.
Aquel momento de valentía y desenfreno nunca debió de suceder, ¿cómo miraría a su cuñado? ¿qué iba a hacer? ¿qué iba a decir?
Así pasaron los días, hasta aquella mañana.
De momento Ann, fue al cuarto de baño para lavarse la cara ignorando por completo la mirada de Louis desde el salón, cuyo único sonido, era el de la radio.
-Ann.-Gritó Louis mientras se levantaba del sillón.
Ésta lo ignoró mientras se lavaba la cara impaciente por resguardarse en su cuarto como siempre hacía.
-Ann ¿podemos hablar?-Insistía Louis mientras la cogía del brazo para pararla, pues iba de un lado a otro intentando evitar sus palabras.
-No.-Respondió con tono serio.-No puedo porque estoy ocupada.-Prosiguió más relajada
-¿A las siete menos cuarto estás muy ocupada?-Preguntó con una sonrisa.
-Sí, no sabes las de cosas que tengo que hacer...-Respondió Ann dándose cuenta de que se estaba comportando como una niña pequeña y de que quizás, Louis le iba a decir que aquel beso fue maravilloso.
-Vamos... ¿qué tienes que hacer?-Insistió el chico de tan solo cuatro años más que ella.
Ann suspiró dándose por vencida en aquella conversación.
-Lo siento.-Titubeó mirando hacia un lado.
-Mira Ann, no dejo de pensar en lo que pasó hace dos días.
Por un momento Ann sintió un leve escalofrío por su estómago, un escalofrío no producido por miedo, sino por todo lo contrario.
-Yo tampoco.
-Pues ya somos dos.-Dijo Louis con sonrisa irónica pero con un deje de seriedad, como siempre desde hacía cuatro días.
-Yo creo que estarás de acuerdo conmigo en que lo que pasó hace cuatro días...fue un error.-Respondió Ann intentando parecer segura de sus palabras, incluso parecía que lo que decía, así lo sentía.
-No sé... no sé cómo pudo pasar...-Decía Louis mirando a todos los lados.
-Me dejé llevar.-Se excusó Ann, haciendo el mejor papel de su vida.
-Ann es que nunca te e visto como una mujer...-Declaraba Louis con la mirada perdida y pensando cuál sería su próxima palabra.-mujer.
Ann se quedó perpleja con sus palabras.
-¿A no? ¿y cómo me ves? ¿me ves como un hombre..?
-No, no...-Le interrumpió Louis.-pues... como una amiga.-Dijo con una sonrisa.-cada vez que tengo un problema con Bianca eres la primera en escucharme y entenderme.-Ann asentía con resignación.-Que al fin y al cabo eres como mi hermana.-Decía mientras reía.-y encima eres la hermana de Bianca, que eso tampoco se puede perder.
-No, no, ni yo tampoco quiero perder eso, además eso de ser hermanas no se elige...-Parloteaba Ann haciéndose la desinteresada.
-Hombre, tu sabes lo que quiero decir.
-Sí, sí.-Susurraba Ann con una risa falsa.
-En el fondo me alegro de que pensemos igual porque...-Dijo Louis al tiempo en el que se rascaba la cabeza y reía como si estuviese diciendo una tontería.
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La otra cara de los sueños
Romance1952. París, moda, lujos, dinero, glamour... y Ann, totalmente enamora de la persona menos adecuada. Louis; el novio de su hermana mayor. Cuando se mudó a París junto a su hermana, jamás se hubiera imaginado su asombroso destino, rodeada de lo q...