—¡Draco Malfoy!
Hermione Granger estaba agitada, su pelo indomable ahora estaba mas despeinado y, a opinión del ojigris que la observaba, parecía una loca desquiciada, pero adorable.
—Pero, Granger, ¿está vez que hice?— preguntó con inocencia, y con una sonrisa ladina. Hermione entre cerró los ojos, pues durante todo el tiempo que llevaban juntos, él aún seguía llamándola por su apellido. "Siempre serás Granger, hasta que tu apellido sea Malfoy" le había dicho en alguna ocasión, aunque ella no cree que lo dijo con seriedad. Ahora, estaba demasiado molesta con él, como para tomar sus palabras en serio. Así que, al verlo acercarse a ella, retrocedió un par de pasos.— Ya, ¿qué te pasa?— preguntó él, esta vez serio.— ¿Es por lo que pasó con la comadreja?
—¡No le digas así, hurón!
Hermione agradecía estar en la torre de astronomía, pues podía gritar con libertad, sin que nadie pueda escucharla. El paisaje era hermoso, sin duda. La puesta del sol podía observarse perfectamente, como el cielo se teñía de color naranja, y algunos haces de luces comenzaban a desaparecer. Incluso, se podía observar como el calamar gigante emergía por momentos, junto con sus tentáculos, para después volver a sumergirse en la profundidad del lago negro.
—¿C-Cómo pudiste hacerle eso?— Hermione apenas y podía hablar. Él parecía sereno, como si no hubiera hecho nada, pero por un momento, en su rostro se reflejo dolor—. ¿Por qué?
—Se lo merecía... Él... La estúpida comadreja... Lo escuché hablar de ti. Escuché como dijo que solo estabas conmigo por lástima, que pronto te cansarías de mi y volverías a sus brazos.— el flequillo platinado le caía por los ojos, ocultando parcialmente su rostro, aunque no lo suficiente para que pudiera ocultar su dolor. El pensar que esas palabras fueran verdad, hacia que una pesadez se instalara en su pecho, provocándole un dolor agonizante. No podría tolerar que ella lo dejase, porque después de tanta lucha interna, después de negar lo evidente, había aceptado que amaba a Hermione Granger. La amaba.
—Draco... Sabes que eso no es verdad. Yo te amo. Jamás te dejaría. — ahora ella fue la que se acercó a él, y sin pensarlo mucho, lo abrazó, escondiendo su cabeza en su pecho. Draco la estrechó mas a él. Su cuerpo irradiando calor, junto a él, era una sensación indescriptible. Ese sentimiento de que todo tu mundo, todo tú estas bien si ella está contigo, era lo mejor—. No vuelvas a creer ninguna palabra de lo que Ron diga, yo te elegí a ti.
—Lo sé... Pero...
—Sin peros, Malfoy.
—Te amo.
—Lo sé.
Él sonrió y levantó la barbilla de ella, separándose solo un poco para poder ver esos ojos castaños que lo volvían loco.
—¿Ya decidiste dejar de ser Granger?
—No. Primero, dejemos que acabe nuestro ultimo año, y luego... Ya veremos.— Ella sonrió, al igual que él.
Y sin más, unieron sus labios en un beso anhelante y lleno de amor.
—¿Moco murciélago, en serio? Que infantil...