Después de un largo día de vigilancia, Hermione y Harry bajaron de sus escobas y se dirigieron al Ministerio de Magia.
- Estoy realmente aburrido amiga, llevamos dos semanas de vigilar y vigilar la Mansión de los Parkinson no hemos encontrado ninguna prueba de que Redil Parkinson este tratando de juntar a los pocos mortífagos que aún quedan sueltos.- comentó Harry mientras abría la puerta del Cuartel General de los Aurores.
-Tienes mucha razón Harry, desde la muerte de Voldemort los pocos mortífagos que quedaron o fugaron a tierras lejanas o se mantienen apacibles para evitar sospechas. Yo francamente dudo que alguno quiera volver a las andadas.- le contestó la chica cogiendo una silla y sentándose ruidosamente y aventando su capa lejos de ella.
- ¿Pero que podemos hacer entonces, yo la verdad ya estoy empezando a hastiarme de esta misión, pensé que sería más emocionante. Y se está convirtiendo en algo demasiado tedioso...- repuso fastidiado.
-En eso te doy toda la razón. Quisiera poder sentir de nuevo la adrenalina correr por mis venas cuando nos enfrentábamos a los mortífagos, la emoción de acechar a la presa. Pero ahora todo eso ya no existe. Y no me estoy quejando, le respondió a su amigo al ver la cara que ponía Harry. No estoy diciendo que quiero que vuelva Voldemort o algo parecido. Sólo que esto se está convirtiendo en una rutina y yo la verdad...
-Te entiendo perfectamente amiga- repuso Harry. Yo también he llegado a sentir lo mismo.
-Por lo menos tú tienes alguien que te espera en casa y que te ayuda a "liberar tensiones" amigo- le respondió la joven, con una sonrisa pícara en el rostro. Y por lo que Ginny me ha contado pues parece que tú las liberas muy bien eh?... continuó liberando una estruendosa carcajada.
-Oh vamos Hermione, deja de molestarme - repuso Harry riéndose alegremente, mientras le aventaba su capa por la cabeza- Ginny y tú están cuchicheando mucho juntas últimamente. Creo que voy a tener que "prohibirle" a mi linda esposa que visite tu departamento....
-Que gracioso eres, como si pudieses prohibirle a Ginny algo...- continúo Hermione aún riendo.
-¿Cómo que no? - dijo Harry tratando de parecer ofendido a pesar de la gran sonrisa que tenía en los labios. Ginny haría lo que yo le pidiera, porque me ama y además....
Pero el chico no pudo continuar porque alguien entró en la habitación. Un chico alto y de cabello como el fuego hizo su aparición.
-¡Hola Harry como va todo por aquí!- Preguntó alegremente Ronald Weasley.
-Hola amigo. Siglos que no te veía. ¿Cómo va todo por San Mungo?. Oí que habían ingresado a un mago de Perú aquejado de un mal muy extraño...
-Si es absolutamente increíble... primero tuvimos que hacerles muchas pruebas para determinar cual fue la sustancia que había ingerido. Fue emocionante, tuve que examinar por 2 días seguidos todo lo que el infeliz arrojaba para determinar si era belladona en esporas y era sólo crisopo....
Hermione a quien ya se le había borrado la sonrisa del rostro interrumpió la conversación para decir:
-Bueno muchachos ya es hora de que me retire. Me siento muy cansada y deseo darme una ducha caliente y meterme a mi cama. Si no les molesta me....-
-Espera Hermy, yo venía a invitarte a salir- dijo presuroso el pelirrojo.
-Gracias de veras Ron, pero la verdad estoy muy cansada y sólo deseo ir a mi departamento y leer un poco.
-Entonces hecho. Cogió la capa de Hermione que estaba en el suelo y se dirigió a la puerta. Vámonos de una vez y alcanzaremos a ver el programa de las 10 pm. He escuchado que pasarán un especial de las sustancias alcaloides de las plantas venenosas del Brasil....