ALIOSHKA WILLIAMS , SEBASTIAN VILLALOBOS.
No tenían muchas cosas en común, sus edades eran distintas, sus maneras de caminar no coincidían y mucho menos la estatura.
Nunca pesaban igual, tenían ideas muy diferentes. Él era el dueño de sí mismo, ella una niña insegura.
Sus manos parecían haber sido hechas como piezas exactas para encajar una con otra, con los dedos entrelazados y mirando a la misma dirección.
Ella era su pequeña.
