El Presente.

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Sugawara iba y venía de un lado para el otro. Ushijima le pedía cuanta cosa le apareciera en el camino, que copias, que reportes que una cosa, que la otra. El doncel solo anotaba en su pequeña agenda y lo hacía lo más rápido y lo mejor posible. Era su tercera semana y ya estaba acostumbrado a la carga laboral en la cual su jefe directo le tenía. Por eso no se molestó cuando le mando a hacer un reporte sobre el alza que habían tenido las ventas, eso se lo había enseñado el mismo Ushijima quien era muy meticuloso en ese sentido, cuando terminó suspiró relajado, lo imprimió para pasarlo al castaño. Golpeó la puerta y cuando le confirmaron su permiso entró un poco nervioso.

-Ushijima-san, aquí esta el reporte que me mando a hacer. - dijo con la frente en alto, con voz seria y sin un ápice de duda. Aunque si bien se mostraba de esa forma por dentro temblaba como un chihuahua, le había quedado claro que a su jefe no le gustaban las personas débiles. El castaño solo estiró la mano y recibió el documento, terminó de firmar unos papeles y luego miró seriamente a Koshi. - ¿Esta todo? -preguntó y a cambio recibió una respuesta afirmativa. Empezó a revisar el documento y luego lo dejo en la mesa sin mostrar interés alguno. - Siéntate. - Koshi lo dudo un poco, pero al final se sentó.

-¿Qué has pensado de estas últimas semanas?- preguntó mientras se recostaba un poco en la silla.

-Eh? - murmuró Koshi un poco confundido.

- Si...es decir, esto va a ser así siempre. - le miró.

Koshi entendió ahí que Wakatoshi le estaba probando. - Es mi trabajo y mi responsabilidad con usted y con la empresa, pero además de eso...Quiero salir adelante por mi y por...por mi hijo... - susurró la ultima parte.

Si bien Ushijima se sorprendió por lo ultimo no lo quiso demostrar, no era nadie para juzgar a otras personas, claro si no se trataba de algo laboral, pero no cabía duda de que Koshi era alguien especial y le ayudaría, había aguantado bien y no había huido como los demás. - Bien entonces, sigue con lo tuyo. - le pasó el trabajo que había hecho y se concentro nuevamente en sus documentos. - Bienvenido. -

Koshi le miró confundido y recibió el documento que había hecho hace poco. ¿Qué más quieres? ¡A trabajar! - exclamó Ushijima. El doncel se sobresalto más sonrió, le había aceptado como su secretario, hizo una reverencia y salió de la oficina.

Tan pronto Ushijima escuchó la puerta cerrar dejo lo que estaba haciendo y sonrió sutilmente. Aquél joven...Sugawara Koshi era especial y lo quería para él.

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Daichi sonreía y saludaba a cuanta persona se le apareciera, agradecía que fuera tan bueno en aparentar, no estaba para nada contento. Hace menos de una hora había contraído nupcias con Michimiya Yui y estaba más que frustrado, no hallaba la hora de salir de allí y encerrarse en su habitación para ahogarse con un poco de alcohol.

-¡Hijo! - exclamó su madre acercándose a él y pronto terminó la aburrida conversación con un viejo gordo que no hablaba sino de negocios.

-Madre. - le respondió aliviado. Ella sería la única mujer a la que enserio amaría de manera honesta, la que sabía todo...y todo era todo. Desde su odio a Michimiya, hasta las interminables discusiones con su padre y de Koshi.

La mujer lo abrazó tratando de apoyarlo. - Querido, ¿Cómo estás? - le preguntó preocupada.

-Aparte de estar casado con alguien a quien no amo y de no saber dónde coño esta Koshi, estoy bien. - susurró con una sonrisa disimulando.

Me cuesta olvidarte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora