Llegué a casa super cansada sólo teniendo en mente tirarme en la cama luego de un relajante baño.
-Hola Elena-dije saludándola.
-Hola Ginger-de la cocina salió un hombre y fruncí el ceño. No lo conocía.-Ah, él es Francisco. Es nuevo en el barrio-el hombre sonrió y se acercó a mi.
-Hola, estaba ayudando a Elena con un tema de gas en la cocina-asentí-Un gusto conocerte Ginger-dijo y sonreí.
-Voy a mi habitación-dije
-Espera Gin, ayuda a Francisco a llevar esas bolsas por favor-la miré y rodé los ojos sin que el tal Francisco me viera.-Se amable-dijo dándome un beso en la frente.
-Oh gracias Ginger-dijo Francisco-Sólo estoy a dos casas, no te preocupes-sonreí-Le diría a mi hijo, pero si te ofreces a ayudarme...-largó una risa
-Parece que has comprado mercadería como para meses...-dije
-Si, me conviene comprar así.
El tal Francisco abrió la puerta.
-Si, entiendo. Las mujeres necesitamos un super completo.
-Si, igual cocino yo-dijo
-Ah, repartición de tareas. Es bueno eso-dije dejando las bolsas en la mesa.
-No...yo soy viudo-maldecí internamente.
-Oh dios, lo lamento...yo soy una entrometida... sólo intentaba sacar conversación... lo siento-dije
-Está bien, no te preocupes.
Se escucharon pasos bajando las escaleras.
-Bueno, creo que ya me voy...
-¿Conseguiste las...?-oh por dios.
Adam Turner acababa de bajar las escaleras, ahora sin su chaqueta de cuero, dejando ver sus increíbles tatuajes que resaltaban debajo de su camiseta gris.
Mierda. Reacciona Ginger.-¿Vos?-largó
-Yo...
Sonrió maliciosamente.
-¿Se conocen?-preguntó Francisco que aparentemente tengo ciertas sospechas que es su maldito padre.
-Es mi compañera...-largó Adam.
-¿Es tu hijo?-pregunté
-Eh...si-dijo Francisco
-Ya me voy...-di los pasos que me faltaban para llegar a la puerta y la abrí.
-¡Nos vemos mañana Gin!-dijo Adam. Rodé los ojos y me fui.
Caminé a casa a pasos agigantados. Me apoyé en la puerta y largué la respiración acumulada.
-¿Qué pasó?-preguntó Elena-Parece como si alguien te hubiese corrido...
-¡Es su padre!-dije y subí las escaleras.
Me metí en el baño y me miré en el espejo.
Bien, tengo a un puto acosador lleno de tatuajes a dos casas de aquí. Mierda.
Me metí en la ducha y me relajé.
Una vez terminé de bañarme, me puse el pijama y me quedé sentada en la cama.-¡Gin!-gritó Elena-¡La comida está lista!
Rodé los ojos y bajé aún con la toalla en mi cabeza.
-Mmm-dije-Huele...
Divisé a Francisco y Adam sentados en mi mesa y a Elena por servir la comida.
Me quedé parada sin entender esto.
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Adam.
RomanceÉsta no es la típica historia de amor juvenil, ni la típica historia del chico malo y la chica buena. Ésta es la historia de cómo un amor puede hacerte vivir de nuevo. Cómo puede hacerte sentir cosas que nunca habías sentido, ni experimentado. Cómo...