Katerina, era una chica tímida aunque la gente pudiera llegar a pensar todo lo contrario. Todo era nuevo para ella, el trabajo, los compañeros pero de algo estaba segura el destino la puso en ese lugar porque era lo mejor.
-Vaya que nervios, se dijo para si misma mientras ingresaba al área de producción.
-Hola, me llamo Bonnie le dijo una pelirroja que se encontraba a su costado. También soy nueva en el trabajo es mi tercer día.
-Hola me llamo Katerina, le sonrió aquella chica de talla grande pero de bellos ojos verdes y cabello rizado.-Pues yo tengo 1 semana y estoy nerviosa pero motivada.
-Sí, no es tan difícil el trabajo, de donde eres Katerina? Y así comenzó lo que fuera la primera amistad dentro de aquella fabrica y llena de misterios para esta chica.
-¿Tú sabes como se llama aquella chica de allá? le pregunto Kate a Bonnie, sus ojos brillaban expectantes al ver aquel cuerpo contonearse a una velocidad increíble mientras empacaba aquella mercancía. Wow, mira que habilidad la de ella ¿Tendrá mucho trabajando aquí? seguía preguntando Kate, su corazón estaba acelerado y no se percato que sus mejillas se tornaron de un color carmesí hasta que sintió que la cara le ardía como los pensamientos que le producía ver a esa chica.
Los días pasaban, y sin darse cuenta Katerina dedicaba la mayoría de su día en observar a esa chica misteriosa que hasta el momento no se había presentado, la pena era muy grande y a pesar de que Bonnie ya era la mejor amiga de Kate, guardaba un gran secreto que prefería no contarlo por el miedo que le causaba el rechazo de las personas. Todos los intentos de Kate por llamar la atención de aquella chica que hasta el momento, sólo el nombre sabía: Elena; quién se destacaba por ser muy entregada a su trabajo, lo cual llamaba mucho la atención de Kate. Para su suerte Bonnie fue más astuta y comenzaba a charlar en sus tiempos libres con Elena para después contárselo todo a Kate, quien con el paso de los días le causaba más misterio, para ella era de lo más intrigante pues la rutina de esta chica siempre era la misma, cada mañana al inicio de turno siempre se encontraba al teléfono; lo cual parecía ser un problema pues tal vez era su pareja. El interés por Elena fue aumentando, por lo que Kate se vio obligada a confesarle a Bonnie su más grande secreto:
-Bonnie, lo que voy a contarte es algo muy personal, y no se como lo tomarás o si acaso me seguirás hablando después de ello-dijo Kate mientras el rubor se apoderaba de su rostro lo cual era muy visible en su tez blanca.
-Estuviste en cárcel? mataste a alguien? decía en tono burlón Bonnie mientras seguían el ritmo de la cadena, la cual hacia bastante ruido, lo que era perfecto pues solo ellas podían escuchar lo que platicaban entre sí.
-No seas tonta, Bombom. Dijo Kate mientras le soltaba tremendo zape a Bonnie quien de inmediato dejo de reírse, para decirle. -Bueno que puede ser tan malo que después no quiera hablarte, desembucha ya, no empieces con rodeos. Igual me quedaría mi amiga Elena, mientras le guiñaba el ojo.
-¡Ya para!, dijo Kate mientras el rubor abandono su cara y ahora era pálido su color. Realmente es importante para mí, cual va ser tu reacción pues no todos son, no sé como decirlo. Bueno la cosa está así, recuerdas todas esas historias que te he platicado de mis parejas, y tú siempre pues has asumido que es con un chico,-Paso un trago enorme de saliva, y ante la mirada expectante y las pupilas contraídas de su amiga, soltó en su tono más serio- Bueno pues Bombom, resulta que no es un él, sino un ella. Al fin lo había dicho y un silencio seguido de una risa de nervios de Bonnie.
-Tonta, no te dejaría de hablar por eso. Ya es muy normal en estos tiempos; además a mi no me hacen idiota nena, jajaja, crees que tanto interés por Elena no me había hecho sospecharlo ya desde antes, solo esperaba a que de tu ronco pecho saliera eso que es más que obvio, ahora admite que mueres por Elenita. Mientras la abrazaba y apretujaba contra su pecho Kate dijo:
