El sol entraba por la ventana de mi salon de clases... la profesora de matemáticas entró al aula, dejó la libreta sobre el escritorio y se paró frente a todos.
-Bueno chicos, hoy llegó un compañero nuevo- dijo, se giró hacia la puerta e indico- Vamos, pasa y presentate-
Desvié mi vista de la ventana y miré con desgano a la entrada. Un joven de piel blanca, una tímida sonrisa, ojos con forma de gato , delgado, de cabello oscuro se inclino ante todos.
-Hola! Soy JungKook..- dijo con voz suave.
-Por favor, cuiden de él- dijo la profesora apoyando su mano sobre su hombro izquierdo.
-Bienvenido- dijeron el resto de mis compañeros.
-Vé y sientate junto a ______- agregó la profesora y comenzó su clase.
Volví mi vista a la ventana.
Noté que me observaban, me giré y me encontré con la tímida sonrisa del chico nuevo.
-Cuida de mi- dijo con voz alegre.
Bufé por lo bajo y e respondí con una falsa sonrisa. En mi clase no era muy conocida por ser sociable, solo tenía un par de conocidos y nada más, cada día era lo mismo para mi, tenía buenas calificaciones pero... a decir verdad, no se me daba bien tratar con la gente, siempre, aparecía cierto mal humor en mi.
-Ah! me olvidé decirlo! ______, enseñale el colegio luego de clases- agregó la profesora.
-Si- contesté con aún más mala gana.
Durante la clase me dedique a tomar algun que otro apunte y luego me dediqué a hacer tareas de otra materia cuando el timbre había tocado su receso.
A mitad de la jornada, una vez más sentí una mirada sobre mi, miré en dirección del chico nuevo. Ese horrible mal humor apareció de nuevo...
-Dime- dije con la poca paciencia que me quedaba.
-Es que...- se pausó- q... quisiera conocer el lugar, podría?-
-Si, claro- respondi con otra falsa sonrisa -Ahí está la puerta, vé-
Aquel tímido gesto en su rotro desapareció.
-Disculpa pero... he hecho algo que te disgustara?- preguntó.
-Nope- contesté y continué escribiendo en mi cuaderno.
-Entonces... porque me tratas así?-
-Por que no soy alguien... sociable, búscate a otra persona que te haga ese tour-
-Yo quiero que lo hagas tú- agregó decidido.
-Y yo que tengo que ver?- pregunté desconcertada.
-Eres mi compañera de banco- contestó.
-Y?- pregunté.
El chico se cruzó de brazos y me miraba. Apreté mis dientes y comencé a recoger mis cosas. Me dirigí a la puerta y lo miré:
-No tengo todo el día, apúrate-
Lo noté sonreír, sus ojos oscuros brillaban, sus redondas mejillas se habian tornado de un color rojizo...
Le mostré todo el colegio sin dar muchos detalles, cuando me dirigí a la parada del autobús, ya que mi turno había terminado, sentí sus pasos detrás de mi.
Me giré una vez mas y me crucé de brazos mirándolo desafiante.
-Ya terminó el tour, vete, ya es tarde- dije.
El hizo un leve puchero, por primera vez en el día sentí mi estómago revolucionarse.
El se alejo y al cabo de unos minutos volvió a parecer -Y ahora que?- pregunté resignada.
-Toma- me dijo tomando mi mano y dandome dulces. El roce de su piel y la mía, explotó la segunda sensacion en mi estómago.
