Jardín de Rosas Negras

°Capitulo 13°

Namjoon caminaba apoyando sus manos el las paredes intentando no caer.

Tenía esa hora libre y no sabia muy bien que hacer.

 No podía irse a su casa así como así, y dudaba mucho que los profesores le dejaran irse. No tenía fuerzas para continuar su tarea con el jardín, apenas podía caminar. Pero tampoco podía quedarse bagando por los pasillos sin rumbo por mucho tiempo, si se encontraba con algún profesor lo más seguro es que se llevara un sermón innecesario. Bum seguramente estaba dando una clase, y los chicos seguían sin salir de estas.

 Normalmente lo que haría en esta situación seria encerrarse en un cubículo del baño a esperar a que se hiciera la hora de salida mientras escuchaba música, o ir al jardín para disfrutar de la brisa fría de invierno, o...Irse a leer a la biblioteca.

Namjoon se acordó de todas las veces en las cuales la biblioteca había sido su único refugio. Cuando apenas empezaba a ganarse el odio de los alumnos le gustaba pasar tiempo allí, casi siempre se encontraba con personas las cuales no habían estado muy al pendiente de lo que se hablaba de él y podía mantener una conversación normal con ellos o mantener amenas conversaciones con la bibliotecaria. Pero con él tiempo eso cambio drástica mente, ya todos sabían de él, aun que no supieran nada realmente.

  <<Seria bueno echarle un vistazo>>.

Hace mucho que no iba a ese lugar, el ambiente que estaba el la biblioteca siempre lograba tranquilizarlo. 

Namjoon no sabia el por que, pero con el tiempo todos empezaron a evitar la biblioteca, las únicas personas que se encontraban allí, normalmente, eran la bibliotecaria y él. La biblioteca  siempre le dio resguardo a Namjoon. No recordaba la razón por la cual dejo de ir.

Camino un poco más por los largos pasillos, encontrando al fin la puerta que daba a la biblioteca. La abrió con un poco de esfuerzo (era algo pesada), entrando por completo y cerrando esta tras de si. 

Namjoon respiro profundo, llenando sus pulmones de ese exquisito olor a libros, cerrando los ojos para grabar muy bien ese olor en su memoria; muchos recuerdos llegaron a su mente, manifestándose como fotografías antiguas en su cabeza. Algunas capturando buenos momentos, otras no tanto. 

Abrió los ojos para dirigir su mirada al gran escritorio de madera oscura en donde siempre estaba sentada la bibliotecaria, normalmente leyendo un libro mientras tomaba café, o resolviendo un crucigrama. Namjoon tomo rumbo hacia donde se encontraba la agradable mujer. Era alguien de edad bastante avanzada, de estatura bastante baja, siempre que Namjoon la veía por alguna razón le recordaba a su madre.

 La mujer era de origen extranjero, provenía de Europa exactamente (por lo que le había contado al moreno), Namjoon siempre recordaba con cariño las conversaciones que tenia con esta cuando solo quedaban ellos dos en la inmensa sala. Su nombre era Muriel. Las conversaciones que tenían eran normalmente sobre la infancia o juventud de esta. A Namjoon siempre le gusto ver como Muriel contaba sus anécdotas con nostalgia, y una sonrisa en sus labios.

Su cabellera era totalmente blanca, adornada de vez en cuando con algún sombrero discreto de época, tenía unos grandes anteojos, algo parecidos a los de Namjoon a decir verdad, pero mucho más antiguos, su vestimenta siempre era impecable, al igual que su maquillaje, tan solo conformado por un leve color rosa en los labios, sus ojos eran de un hermoso color miel, que a veces reflejaban todo lo vivido en tan largo tiempo. Namjoon siempre se decía a si mismo que quería envejecer con toda la gracia de esa mujer.

Namjoon llego al gran escritorio, apoyo sus brazos en este y espero a que la mujer se diera cuenta de su presencia, cosa que no tardo mucho. la mujer subió la mirad. Al principió pareció no reconocer al moreno, forzó un poco la vista para luego colocarse sus anteojos. Abriendo los ojos con algo de asombro.