En aquella sala oscura.

2 0 0
                                    

Cuando llegue,abracé a su madre,y en parte la regale uno de los pocos trocitos de corazón que aún conservaba.
Compartimos el dolor,y en cierto modo nos sirvió a ambas para aliviarnos.
Luego,sin prisa,y con el corazón entre los dedos,fui a verle,entré en aquella oscura y horripilante sala de tanatorio,la sala dieciocho.
No sabía si conseguiría adquirir el valor suficiente como para atreverme a cruzar aquella línea,y asomarme para verle.
Pero era el,y tenía que hacerlo.
Me arme de valor,y crucé la línea roja,ahí estaba,rodeado de rosas rojas,y de flores alegres,que intentaban teñir de algún modo, el dolor que conservaba aquella sala negra.
Estaba guapo,muy maquillado y con su inigualable sudadera roja.
Aquella sudadera me la prestó el día que nos conocimos,fue muy amable.
Tenía los ojos cerrados,y unas pestañas kilométricas,siempre había envidiado aquellas pestañas,eran increíbles.
Choque las manos y la cabeza contra el cristal que nos separaba y mostré mi rabia al completo,aún no podía creer que se hubiese marchado de esta manera,no se lo merecía,él no.
Le quería,con todo mi ser,pero aquí acabo nuestra historia.
Dolía demasiado,y decidí marcharme.
Era tarde,y estaba vacía y cansada,me fui a casa.
Por supuesto sabía,que dormir era imposible,por lo que me limité a recordar, todo lo que habíamos vivido juntos,y termine dormida,con nuestra ultima foto de new York entre los dedos de la mano derecha.

Junto a ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora