Ya no podía seguir con eso.
Reposando sobre el lavabo del sanitario miraba con repulsión los pétalos que ya descansaban allí; los tonos rojos permanecían mas no sabía si por su sangre o por el característico color que tomaban.
Se miro en el espejo notando los rastros en hilo de linfa; Remojo sus manos y con algo de cuidado limpio, dejando su mentón con su tonalidad normal y sin rastro del color rojo. Sus ojos cansados se llenaron de agua.
Hanahaki.
Lo que al inicio comenzó como un simple malestar fue intensificando conforme sus sentimientos crecían y evolucionaban; dejo de asistir a los entrenamientos y procurar clases donde él heterocromatico se presentaba e incluso a todo aquel que cuestionaba su estado. Lo último que quería es dar a conocer tan penoso secreto.
No anhelaba la lastima o la repulsión que podría tener el de color borgoña.
Las arcadas regresaron con fuerza y esta vez no pudo resistirlo; los pétalos rasparon su esófago y parte de su garganta, dado paso a lo inevitable. El sabor metálico inundo sus papilas, asqueado abrió el grifo y curvo sus manos.
No tenía derecho de llorar; las opciones para su curación son más que claras y se negaba.
No renunciaría a sus sentimientos por una estupidez juvenil. Quizás y si los engañaba saldría librado de tal enrollo... tal vez.
La ansia volvió y con ello un descubrimiento inesperado.
Seijuro lo admiro por varios segundos antes de cerrar la puerta de un golpe. Escandalizado se acerco a él cuando las corolas se desvanecieron en el suelo esta vez.
— ¡Kōki!
Pasmado se dejo caer sosteniéndose solo del pretil, permitiendo que las saladas gotas bajaran por su mejillas y cubriendo su boca; como si pudiera ocultarlo ya.
—Akashi-san —Soltó. Su voz sonó como un murmullo lastimero, como si su voz fuera puro aire —L-lo siento... podría salir un poco... —No pudo resistirlo. El vomito floral volvió junto a una opresión en pecho.
No supo como lo hizo pero logro cubrir su boca, tragándose el dolor y con ello lo que venía. Su mente se ocupo en su permanecer y no en la presencia que admiraba horrorizado su situación.
Su sudadera se encontraba teñida de rojo al igual que sus mangas y gran parte del sanitario.
Cuando volvió en sí pudo limpiar con sus muñecas su colorada boca dejando vestigio de lo que sucedió volvería.
—Furihata-kun...
Aun sin quitar la palma de sus labios alzo la cabeza, mirando con espanto a Seijuro.
Lo que faltaba. Casi una semana de evitar verlo en los pasillos y se lo encontraba en la situación menos querida y esperada. Estaba seguro que no de ser por la notoria condición se encontraría riñéndolo cual crio en plena travesura o peor.
—Akashi-san... —Otro agudo aplastamiento lo hizo doblegarse para a calmar la tortura a la cual su propio cuerpo lo sometía; los sonidos se volvieron lejanos y la oscuridad amenazaba en cubrirlo todo, el ardor inestable en su pecho izquierdo comenzó y supo lo que vendría. Si lo sometían a operación, entonces gritaría sus emociones.
Me gusta Seijuro-san...
Fue allí donde cayó rendido.
....
Cuando despertó fue inundado por inconfundible olor a cloro y medicamento; un total desagrado para Kōki. Paseando la vista noto borrosamente una colorida dalia en su buro, rebosante de vida, y fueron sus pétalos lo que llamo su atención.
ESTÁS LEYENDO
Sencillamente
FanfictionLos escenarios entre ellos podian ser de los mas caotico, insufribles o un batallon de ser posible; Por que asi sucedia, por que sus personalidades se completaban cual rompecabezas. Sencilla y paulatinamente. Por que ellos eran Furihata Kōki y Akash...