El Libro De Las Puertas [Namjin]

22°

Namjoon no me había soltado la mano mientras caminábamos por la ciudad, podría decir que estaba incómodo pero la verdad no me molestaba la cercanía con él. Yugyeom estaba a mi lado, ajeno al tacto de nuestras manos, Rose y Lisa nos seguían detrás de nosotros conversando alegremente y riéndose como nunca las había visto, se notaba que estaban aliviadas por haber escapado de ese lugar.

Yo estaba impresionado, miraba a todos lados y sentía que se me iban a salir los ojos. Por fin estaba pisando con mis propios pies las calles que tanto había recorrido en los mapas.

- ¿A dónde quieres ir ahora Jinnie? No tienes dónde quedarte a dormir. - Namjoon apretó mi mano varias veces para que bajara de mi nube.

- Buscaré a Ji Sub. Él me acogerá en su casa. - Mi seguridad se esfumó al terminar de decir esa frase. ¿Él me cuidaría verdad?

Si iba a su casa estrecharíamos nuestra relación, pasaríamos más tiempo juntos, nos veríamos todos los días. Ahora sí iba a ser una relación verdadera.

No había notado lo tenso que se veía Namjoon ahora, ¿qué había pasado?

- Jinnie la ciudad es grande, no creo que lo encuentres...

- Lo buscaré.

La conversación se había vuelto densa y mis palabras habían sido más toscas de lo que había planeado.
Ya me sabía la calles al derecho y al revés podría buscarlo yo sólo si quería toda la noche. No me importaba si Namjoon me acompañaba o no, se veía a kilómetros que no soportaba a Ji Sub así que no iba a obligarlo a recorrer todas las calles en su busca.

- ¿Yugyeom tú tienes donde quedarte? - Soltó mi mano... Namjoon la soltó, ¿la había cagado? Ya no me miraba, estaba enojado, mierda... No era esa mi intención, ¿Cómo arreglaba esto ahora?

- Sí, Sanha vive sólo, me dijo que podía quedarme con él, tengo su número anotado en mi teléfono. - Sacó su celular del bolsillo agitándolo victoriosamente.

Si yo tan sólo tuviera uno para contactar a Ji Sub a cada momento.

- ¿Y ustedes dos? - Namjoon seguía evitando mi mirada y yo empezaba a volverme loco. ¿En serio había sido tan terrible?

Rose y Lisa se miraron y se rieron con un toque de rosa en sus mejillas. ¿Acaso era lo que pensaba? Ambas daban una vibra romántica al ambiente.

- Nosotras seguiremos viajando hasta encontrar un lugar para las dos. - Lisa tomó la mano de Rose con orgullo y ésta se sonrojo encogiéndose de hombros.

- ¡¿ESTÁN SALIENDO?! - Grité a todo pulmón y los ojos abiertos a más no poder.

Ambas sonrieron pícaramente y asintieron. ¡No lo podía creer! Rose y Lisa eran novias y iban a vivir juntas y felices. ¿Por qué yo no podía hacer eso? Tenía que encontrar a Ji Sub cuanto antes.

Yugyeom fue el primero en irse, Sanha lo esperaba en el cruce de una calle grande, donde mucha gente se reunía, la rodeaban muchos locales de comida y entretención.
Ellos también vivirían juntos como pareja y serían felices por siempre. Yo también deseaba vivir así, ¿Por qué rayos era tan difícil encontrar a Ji Sub en esta ciudad? ¡Estaba a pocos kilómetros de vivir el resto de mi vida con él y aún no era capaz de encontrarlo!

- Muchas gracias Seokjin... si no fuera por ti y Namjoon seguiríamos metidos en esa cárcel. - Yugyeom me abrazó con fuerza y una sonrisa que era imposible de borrar.

Sanha nos agradeció también, y antes de irse él y Namjoon intercambiaron sus números de teléfono, nunca se sabía si nos necesitaríamos más adelante.

Lisa y Rose nos siguieron hasta que llegamos a un gran supermercado en donde nos detuvimos a descansar, sentándonos en una de las bancas que habían frente al estacionamiento.
Ya había oscurecido y las luces de las calles alumbraban el camino.

- Seokjin, Namjoon... - Lisa se paró frente a nosotros e hizo una reverencia. - Muchas gracias por todo, gracias por preocuparse por nosotras y dejar que los acompañáramos.

- Seokjin, tienes un alma muy pura. - Rose siguió las acciones de Lisa y nos sonrió a ambos, pero se nos acercó agachándose un poco hasta quedar a nuestro nivel y tomó mi mano y la de Namjoon uniéndolas. - No estén peleados, dos personas que se quieren tanto deben hablar los problemas para poder resolverlos.

- Ahora seguiremos nuestro propio camino. - Rose se alejó y buscó la mano de Lisa, ambas sonrieron y se despidieron de nosotros con en beso en la mejilla antes de irse.

Nos quedamos solos, en silencio, viendo como ambas desaparecían de nuestra vista. O al menos eso creía, cuando me di la vuelta para ver a Namjoon, él me estaba observando fijamente, tan serio que daba miedo.

Una maraña de nervios me subió hasta la garganta y quise separar nuestras manos pero él las apretó más entrelazando nuestros dedos.

- Lo siento, Jinnie. - Tomó mi mano entre las dos suyas y las acarició suavemente. - Ya sabes como pienso de él, no siento que sea una buena persona y si permito que te haga daño no podría soportarlo... ¿No has pensado... en olvidarte de él?

Remojé mis labios con mi lengua, la conversación era demasiado agria y la cara de Namjoon lo mostraba triste y preocupado.

- Nam... - Pensé en decirle mentiras, para que no se preocupara por mí, pero necesitaba desahogarme y decirle todo lo que sentía a alguien. - Sí lo he pensado... también, hay veces que siento que sólo me utiliza, que sólo soy un juego... pero después viene conmigo y dice cosas tan lindas sobre los dos, que vuelvo a caer rendido por él. Aún así siento que algo anda mal, pero yo sé que no debería pedir más por que yo no valgo tanto para merecer a alguien mejor.

- Ni siquiera deberías pensar en algo así. Jinnie tu vales mucho, tienes un alma hermosa y te preocupas por los demás. Dices que no vales nada pero es por que no te das cuenta de lo bueno que eres, nadie es perfecto, las personas suelen cometer errores, pero de ellos se aprende y son los que te hacen crecer como persona. Si tu no hubieras tenido la fuerza para revelarte y salir de ese lugar jamás lo habríamos conseguido. Es por eso que yo... - Dejó de mirar mis ojos por unos segundos y los clavó en nuestras manos. Aún estaba procesando todo lo que me había dicho, ¿Él quería decirme que soy alguien importante? - Tú me...

Mi vista se perdió en los estacionamientos del lugar, no podía creer lo que estaba viendo.
Me levanté de la banca instintivamente y me separé de Namjoon, ya ni siquiera pensaba en lo que habíamos estado hablando segundos antes.

Era él, Ji Sub estaba aquí.