Enamorado de mi Jefa

Mucho trabajo

Erick

Han pasado algunas semanas desde que soy el asistente personal de Alia. Para ser honesto, este trabajo es mucho mejor de lo que esperaba. Alia es increíble, muchas veces las celebridades muestran ser personas encantadoras y amables frente a la cámara, pero ella definitivamente es el ángel que le muestra al público... A excepción de estos días.

Esta semana ha sido especialmente sobre cargada de trabajo, se acerca el aniversario de la empresa y como cada aniversario se organiza una gran fiesta para celebrar. El detalle es que al ser el asistente de la anfitriona he estado más que ocupado, me he quedado horas extras organizando y modificando cada detalle de dicha fiesta. Obviamente no me molesta ya que estoy en compañía de Alia, pero últimamente me he sentido algo extraño al estar con ella, sé que es mi jefa y yo su asistente. No me gustaría provocar un problema por culpa de estos sentimientos.  

─Tierra llamando a Erick, ¿estas ahí? 

─¿Eh? ─levanto la mirada para observar a la dueña de esa voz.

─Andando muchacho, Alia necesita estos documentos lo más pronto posible ─dice Helen mientras sale del ascensor.

─Ah, lo siento. Me distraje un poco ─tomé con un poco de fuerza aquellos papeles para luego seguir a Helen.

─¿Está todo bien? ─se detiene delante de la puerta de la oficina de Alia mientras me mira.

─C-Claro... ─le miró un poco nervioso.

Helen me agrada, es como una abuela a la que le puedes contar todo.

─Sabes que huelo las mentiras... ─me mira con una cara de preocupación─. ¿Qué sucede?

Estaba listo para soltar toda la verdad, pero antes de que pudiera formar alguna palabra la puerta que da hacía la oficina de Alia se abrió, dejando ver a dicha castaña.

─¡¿Por qué tardaron tanto?! ¡Saben que necesito terminar con este papeleo lo antes posible! ─dijo con un tono de molestia.

La fiesta del aniversario es algo que tiene locos de trabajo a todos, pero sobre todo a Alia, no solo porque es la jefa de esta empresa; si no que también tiene que planificar la fiesta. El evento hace que todo tenga que terminarse antes de tiempo para poder estar libres y sin ningún problema. 

─Calma, cariño. Estábamos por entrar a tu oficina... ─responde Helen con tono calmado mientras observaba a la castaña, Alia se veía muy molesta.

─Sí, se nota ─dice con tono frío para luego mirarme y acercarse─. Para la próxima necesito que sean más rápidos.

Al estar frente a mi, toma los papeles que tenía, rosando sus manos con las mías lo que ocasiono que me pusiera algo nervioso y soltara todo de golpe. Cada copia y documento que sostenía ahora estaba en el suelo, Alia observó sorprendida aquel desastre que yo había ocasionado. Luego de algunos segundos simplemente soltó un suspiro de fastidio para luego dirigirse a Helen.

─No tengo tiempo para esto ─tomó las carpetas que llevaba Helen y entro a su oficina cerrando la puerta de golpe.

─Lo siento...

Genial, discúlpate cuando ya cerro la maldita puerta y no puede escucharte.

─No le hagas caso, es normal que este tan estresada e irritable ─suelta una pequeña risa mientras se arrodilla para levantar todo lo que tiré.

Sin poder ser capaz de decir alguna cosa, me limite a seguir la acción de Helen y levantar cada papel que había dejado caer. Sé que es normal el humor de Alia, esta bajo mucha presión, pero en lugar de poder ayudarle solo hago que tenga más trabajo, me hace sentir de la mierda.

Narradora

Luego de recoger aquel desastre, Erick necesitaba un pequeño descanso, por lo que decidió ir hacía la oficina de su hermana. Helen sabía que algo le pasaba desde hace algún rato y agregando el trato que Alia había tenido con él. Sin pensarlo dos veces entro a la oficina de dicha castaña, dejando la pila de papeles sobre su escritorio, esperando que esta levantara la mirada.

─Ya sé... Me he portado como una imbécil ─dice para luego soltar un suspiro y mirar a Helen.

─No lo pude haber dicho mejor ─asintió para luego sentarse frente a dicho escritorio.

─Perdón, de verdad lo lamento... Ya sabes lo loca que me pongo cuando se acerca este tipo de eventos. 

─Claro que lo sé, pero Erick no. Te has pasado con él. 

─No me lo recuerdes... ─colocó sus manos en su cara, de verdad se arrepentía por aquella actitud.

─Le dije que se tomara un descanso, y viendo la hora no tarda en regresar. Van a quedarse a planear la fiesta, ¿verdad? ─aquella mujer alzo la mirada mientras miraba a Alia.

─Se supone que sí, pero la manera en la que lo trate... me hace dudar que regresará. 

~

Sarah: Oye, no me lo tomes a mal, pero te veo todos los días en casa y ahora tengo que soportarte en el trabajo. El universo me de paciencia. ─dice la pelinegra en tono de broma mientras ordenaba algunos archivos.

─No seas así, Sarah... Cuando éramos pequeños estábamos juntos todo el tiempo ─se quejaba el ojiverde ante aquel cruel comentario por parte de su hermanita-

─Ya no tenemos 5 años, hermanito ─una vez terminó de ordenar su escritorio tomó su bolso y camino en dirección hacía su hermano─. Terminó mi trabajo, me voy a casa. Suerte con la jefa, travieso~ ─dice en tono pícaro.

─¡S-Sarah! No hagas ese tipo de comentarios... ─aquel chico estaba totalmente rojo de la vergüenza.

─Uyyy, que delicado me saliste ─soltó una pequeña risa para luego comenzar a caminar hacía la puerta─. Anda, largo de aquí. Mientras tú estas aquí de vago Alia esta muriendo de estrés, ve y sirve de algo.

─Eres muy cruel...

Sin alguna otra opción ambos hermanos salieron de dicha oficina. Luego de despedirse, Erick entro en el elevador presionando el botón del ultimo piso. Soltó un leve suspiro al notar que las puertas se cerraron, el chico aún se sentía algo incómodo por lo que había pasado con Alia. Intentaba sacarse aquello de la cabeza, pero era inútil. Al llegar al ultimo piso las puertas del elevador se abrieron nuevamente, al dar un paso fuera casi choca con dicha dama que rondaba en sus pensamientos.

...