-"Buenas tardes"- Sí, creo que es así como se saludan. ¿Será la forma correcta de presentarme? Ni siquiera se si soy "correcto", es decir, mi reflejo es, bueno, algo diferente a lo que él está acostumbrado.
Continuo practicando mi saludo en el reflejo de los charcos formados por la lluvia sobre el frío e irregular asfalto. Pero ni siquiera el asfalto de la ciudad contiene tantas fallas humanas como las que existen en mi ser: Despreciado incluso por la persona que me dio la vida, ¿qué me queda? Mi apariencia no es lo suficientemente animal como para vivir en un bosque, ni lo suficientemente humana como para convivir con ellos, soy simplemente lo que llaman "monstruo".
Escondido en un callejón de esta fría y monocromática ciudad, decidí realizar mi viaje. Cerré los ojos y viaje a aquel lugar. Mi lugar especial al que solo podía ir cuando cerraba los ojos, allí donde era alguien, yo mismo, y eso estaba bien.
Era una especie de cápsula de cristal, de un color celeste puro y brillante, donde no existia más ruido que un suave tintineo, como de campanas, campanas muy pequeñas, contrario a lo que podía escucharse desde los campanarios de la iglesia de la ciudad. Ese era mi lugar.
A veces en ese lugar, solo a veces, aparecía una mujer. Una joven similar a mí, como un reflejo, pero a pesar de que eramos lo mismo, ella era hermosa y me sonreía de forma amable y radiante, como nadie jamás lo había hecho. Pero esta joven desaparecía cada vez que intentaba acercarme, y ese solía ser el fin de mi viaje.
Abrí mis ojos y me quede observando la lluvia. Al parecer hoy no podría viajar, y solo me quede observando las gotas de agua golpear contra el suelo, formando nuevos charcos. A veces podía ver a la gente pasar por las calles cercanas, cubriendo su ropa para no mojarse. Yo, con mi cuerpo creado y empapado, no sentía nada.
¿Es acaso por eso que me rechazaste, Maestro? ¿Porque no puedo sentir, no te entiendo? ¿Por que soy un monstruo? ¿Es eso? ¿Es por eso que ni siquiera esa chica que es como yo, pero hermosa y radiante, por eso no puedo tocarla? Quisiera poder hablarle, sonreirle como ella me sonríe, hablar sobre el amor. Una vez escuche del amor,¿Acaso un monstruo no puede amar?. Tal vez el hecho de que no pueda sentir el frío o el calor, el sol o la lluvia, ¿es eso lo que no me permite amar?. No lo entiendo. Realmente no lo entiendo.
Pero vuelvo a saludar a mi reflejo. "Buenas tardes" y trato de sonar amable. He conseguido finalmente la ubicación del Maestro. Tal vez si me muestro calmado y arrepentido, si logro que vea mi mundo, como yo lo veo y que él vea que yo estoy en su mundo, que soy como un niño humano que necesita un guía, un maestro, quizás él me ame, me enseñe a amar, podría volverme un ser capaz de amar finalmente.
Tal vez, pueda viajar otra vez, para siempre, para encontrarme de una vez con aquella chica de dulce sonrisa. Y a ella poder decirle también "Buenas tardes".