schizophrenia ☹ l.h. (Español)

nueve; ¡déjalo!

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Ya habían pasado unos días desde lo que pasó con Carmen y desde entonces, desde esa pequeña situación, las cosas empezaron a tener sentido.

Todo, simplemente todo empezó a tener sentido para Carmen.

El día que 'Luke' encontró el arma de fuego, en realidad era ella. Lo recordaba. Recordaba haber ido a través de los cajones y encontrarla.

Lo que era una locura es que sus pastillas la hacían recordar. La hacían recordar todo.

La última vez que vio a Luke fue ayer por la mañana y él estaba gritando. Gritando cosas que ella no podía entender y parecía muy enojado.

Corría alrededor de ella, en círculos, gritando y gritando cosas que sonaban a algarabías.

Todavía estaba confundida. Luke no podía ser imaginario, simplemente no tenía sentido para Carmen.

Él era real, no podía ser real. Había estado a su lado durante muchos años, así que eso solo ponía a Carmen pensar mucho más.

Pero lo que sí sabía era que todo lo que Luke hacía, en realidad era ella. Eso hacía que su confusión solo creciera y le hiciera girar la cabeza.

Era tan confuso para Carmen que no quería pensar más en ello.

Últimamente había estado tomando sus pastillas pero no todo el tiempo. Cada vez que las tomaba, solo lo perdía y todo se volvía borroso, sus palmas sudaban y todo lo que podía escuchar era a Luke gritándole al oído. Era espantoso, realmente.

Cuando sus padres adoptivos entraron, un par de días atrás, mientras ella se estaba volviendo loca, inmediatamente escondió la pistola debajo de la almohada.

No quería que encontraran un arma en su habitación. Podrían sospechar. Después de todo, no tenían ni idea sobre el paradero de Carmen y no sabían a cuántas personas había matado en realidad.

Pensaban que solo mató a sus padres.

El día en que mató a sus padres la perseguía. Al ver que la sangre cubría todo el suelo y verlos sin vida. Le dolía tan solo pensar en ello.

Inesperadamente apareció Luke. Sentado en su cama, mirándola muy tranquilo. La calma de Luke calentaba su corazón, porque últimamente había sido más que una pesadilla viviente. Al menos eso era lo que pensaba Carmen.

―No pienses en tus padres, Carmen ―habló en tono sereno.

―Luke, solo déjame en paz ―susurró, abrazando sus piernas y colocando su rostro entre las rodillas.

No la dejó sola. Se puso de pie, sentándose cerca de ella, pero sin tocarla. Se le quedó mirando.

―Estás pensando en cosas que no quiero que pienses ―dijo.

Levantó la vista hacia él, pero no estaba allí.

―Basta, Luke ―dijo, cuando lo vio de pie junto a la ventana. De repente desapareció y lo vio sentado en el suelo.

Estaba desconcertada, mirando a Luke que estaba por todo el lugar.

―Luke, para ―dijo, un poco más fuerte que antes. No se detuvo.

Luke inesperadamente estaba cerca de ella, sentado cerca de la cama. La miró fijamente.

Señaló a su almohada.

―Carmen.

Ella frunció el entrecejo y se limpió la cara, que estaba roja y cubierta de lágrimas.

Movió la almohada y vio el objeto que estaba en frente suyo.

Era el arma.

Solo que estaba realmente desconcertada.

―¿Qué? ―dijo. Luke siguió mirándola.

―Agárrala.

Sin pensarlo, Carmen cogió el arma. Lo miró.

Luke señaló el gatillo y entonces ella lo agarró. Era como si estuviera controlándola.

―¡Luke, déjalo! ―gritó.

No podía controlarse más. Era como si estuviera en su mente, controlando cada movimiento que hacía.

Comenzó a llorar cuando sintió la mano moviendo la pistola hacia sí misma.

Carmen no podía hacer nada al respecto. Luke la miró y sonrió mientras Carmen seguía sollozando.

Comenzó a gritar cuando la pistola fue puesta en su cabeza.

Sus padres adoptivos estaban de repente ahí y Luke siguió mirando a Carmen.

―Hazlo, Carmen. Por mí.

Carmen no podía oír nada pero sí a Luke. Todos los gritos que fueron causados por los padres adoptivos, todo. No era audible. Miró a Luke y él le devolvió la mirada. Ella no sintió nada.

Se sentía como si Luke estuviera en su mente, pero no le importaba. No podía hacer nada. Solo miró a Luke.

Se disparó a sí misma.

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Solo un capítulo más):