Single chapter

1.4K 132 20
                                    

Fue cuando el reloj marcó las doce a.m. que ya no pude contenerme más. No era la primera vez que sentía la extraña necesidad de salir en medio de la noche, considerando que me dedicaba a tomar fotografías nocturnas. Sin embargo, esa vez fue diferente. No fue mi amor por la fotografía lo que me incitó a salir, y ahora lo comprendo. Aquella solo había sido una excusa, porque no quería admitir que una misteriosa melodía había captado mi atención varias horas antes.

Me divierte recordar que, por culpa de mi estúpida curiosidad, había terminado considerablemente alejado de mi hogar en la aldea, y peor aún, perdido, y sin saber exactamente qué era lo que tanto estaba buscando. Aunque tenía el leve presentimiento de que, después de ese día, mi monótona existencia ya no sería la misma.

La verdad, me siento realmente agradecido de haberme dejado llevar por aquel caprichoso impulso, porque así fue como te conocí, mi querido Yoongi.

Y juro que no encuentro las palabras correctas para describir lo que sentí cuando mis ojos presenciaron tu belleza por primera vez. Lucías tan delicado, tan casto e inocente que de solo verte temí corromperte. Tus blancuzcos cabellos brillaban a la luz de la luna que resplandecía con fulgor, y se mecían al compás de la suave brisa del bosque junto a los sueltos ropajes que vestías.

Tu piel fue lo segundo que más me sorprendió. Aún con toda la distancia que nos separaba, noté que era muy pálida, casi irreal. Hasta llegué a plantearme tu existencia, pensando que quizás se trataba de otra loca alucinación mía con un ser fantástico de los libros de mitología que tanto me gustaban leer.

Esa idea no parece tan descabellada justo ahora, ¿no lo crees?

Una sonrisa se dibujó en tus delgados labios cuando volteaste a verme, y solo allí fui consciente de que tu existencia era tan real como la mía.

Cuando nuestras vistas se unieron al fin, un escalofrío recorrió toda mi espalda y tuve intenciones de correr lejos de ese lugar, pero algo dentro de mí no me lo permitió. Oh, mi amor, no me preguntes qué fue, sólo puedo decirte que no fui capaz apartar mi mirada de ti, y de esos indescifrables orbes que me hipnotizaron.

Para cuando reaccioné y volteé a sacar mi cámara –lo más rápido que mis nervios me lo permitieron–, ya habías desaparecido, dejándome aún más confundido que al principio, con una extraña inquietud atrapada en mi pecho y unos constantes revoloteos en mi estómago.

Todo lo que pude pensar fue que, definitivamente, iba a verte de nuevo.






Y así fue como el tiempo se escurrió de entre mis manos en apenas un parpadeo.

Tal y como lo había previsto desde un principio, después de aquella noche mis días ya no fueron los mismos. Quizás por el solo hecho de que ahora tenía una razón para despertar cada mañana y encarar mi vida.

Así es, tú.

Acecharte se había convertido en una rutina para mí, porque no sé si lo hayas notado pero, aunque no era exactamente un maestro del sigilo, te vigilé cada día desde nuestro primer –y poco convencional, a mi parecer– encuentro. Tu maravilloso canto me guiaba hacia ti a través del bosque, apenas el enorme astro brillante se escondía tras el horizonte. Entonces yo me ocultaba y te observaba desde las penumbras, deseando que volteases para apreciar tu sublime encanto una vez más.

Y todo lo que bastó fue un poco de perseverancia para que aquello que tanto había anhelado por semanas, al fin sucediera.

Recuerdo que esa noche no tuve tanta suerte. La madre naturaleza no se compadeció de mí y fui atacado por una loba al pasar cerca de la madriguera donde se hallaban sus pequeños cachorros.

¿Sabes? Creí que moriría cuando tropecé al tratar de esquivarla y ella se abalanzó sobre mí para tomar mi cuello. Pero entonces tú apareciste como si te tratases de un ángel; dijiste algunas palabras en un extraño idioma y el animal retrocedió. Todo lo que pude pensar fue: "¿Esto en verdad está ocurriendo?". ¡Pero por supuesto que todo fue real! Si no, no me encontraría escribiendo esto para ti en este momento.

Me gustaría poder contarte con exactitud qué fue lo que sentí cuando me ofreciste tu mano y yo la tomé para ponerme de pie, pero tampoco creo encontrar las palabras correctas para ello. Solo voy a decir que tu piel resultó ser más suave de lo que imaginaba, eso no lo olvidaré.


Moonsong ; KookgiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora