-¿Eres tú?
Dijo él sin poder creerlo...
Emilia, una chica común y corriente que día a día lucha para salir adelante al ser huérfana, su único tesoro, lo único que le quedaba era su hermana la cual no está con ella pues no la creían capaz de cuidarl...
Ya pasaron 4 días desde esa noche en la que Justin y yo nos desahogamos, me sentí tan bien hablando con él y estando con el, el escuchar y sentir su corazón en su lindo y tatuado pecho me hacía sentir llena de alguna manera. Estos últimos días han sido de maravilla, Chris y yo ya no tenemos esos malos roces, vamos mejorando, en cuanto a Ryan sigue siendo el mismo tonto, hable con el sobre lo de tener relaciones sexuales en el apartamento, me dijo que lo sentía pero que había terminado con Caitlin, al parecer lo había engañado todo este tiempo, lo consolamos por dos días en los que no salimos para estar con el, gracias al cielo está mejor.
Es sábado y son las 7:30 am, los chicos siguen dormidos y muero por salir a correr a la playa. Minuciosamente me levanté de la cama y caminé lentamente en dirección al baño para tomar una ducha rápida, abrí ambas llaves para tener agua tibia. Me bañe rápida y cuidadosamente intentado hacer el menor ruido posible para no despertar a los chicos. Logre hasta depilarme en solo 5 minutos. Salí y envolví mi cabello en una toalla y mi cuerpo en otra, caminé hacia mi vestidor para tomar mi ropa interior y este conjunto deportivo:
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Tome una diminuta bolsa muñequera en la que metí un poco de dinero, las llaves del departamento y mi labial humectante. Me perfume un poco con un body mist, conecte mis audífonos al celular y lo puse en el porta celular para brazo, me puse mis gafas en dirección a la puerta, no sin antes revisar que los chicos estuvieran en sus habitaciones, y ahí estaban dormidos como angelitos❤️. Salí del departamento y cerré con llave.
Llegue al lobby del edificio, me puse de nuevo mis lentes de sol, humecte mis labios y salí de este. Tome rumbo a la playa trotando, el día estaba espectacular, el amanecer era bellísimo, el calor ya se sentía a flor de piel junto con esa humedad que tanto amo y odio. Empecé a trotar y sentí como si alguien estuviese siguiéndome, seguí mi camino y juro que una camioneta me estaba siguiendo, Dios mío, ¿me estoy volviendo loca?. Le reste importancia, di play a la música y empecé a correr más rápido por si las dudas.
Llegue a la playa y comencé a correr de nuevo, como amaba este lugar, amo Canadá no me mal entiendan pero la playa era mi lugar favorito, escuchar y sentir el agua me relajaba y llenaba tanto, quizás mi signo zodiacal "Acuario" tenga que ver con ello, quien sabe. La playa estaba sola para mi fortuna, todo esto para mi.
Corrí de ida y vuelta por 2 horas y media, de no ser porque me estaba deshidratando con tremendo calor y porque estaba empezando a llenarse el lugar hubiese seguido, ademas me preocupaba que los niños quemaran el departamento.
Entre trote y caminata me dirigía nuevamente al departamento. Mientras caminaba por la acera sentí como nuevamente una camioneta me seguía, volteo y veo cómo está se para y bajan de ella dos hombres grandes y serios, eran muy intimidantes, confundida seguí mi camino hasta que escuché que alguien me gritaba no muy lejos.
-¡Señorita!.- mire nuevamente hacia atrás y vi que me gritaba uno de aquellos hombres, al parecer eran los guardaespaldas de quien estuviese en la camioneta, el hombre se acercó a mi y un tanto asustada le respondí.
