Capítulo 3

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¡Se busca novia!

"Bienvenidos a York"

Hermione alcanzó a leer el cartel que le daba la bienvenida al condado, desde la ventanilla del tren. El familiar saludo le provocó empezar a sentirse mejor. Regresar a casa de sus padres siempre la hacía feliz. Ahora ellos se encontraban de viaje y ella agradecía el no tener que enfrentarlos. Comunicarles su ruptura con Harry sería un paso definitivo. Sería como decirle adiós a los tres últimos los de su vida; a su ilusión de casarse y formar una familia con él. Por eso, se alegraba de poder sufrir unos días más.

Volteando a su izquierda, vio a su mejor amiga dormida. Agradecida por tenerla a su lado, comenzó a recordar cómo la rubia había decidido acompañarla...

—¿Vive o deja vivir? ¡Vive o deja vivir! ¿En serio? —Hermione caminaba furiosa por su habitación, mientras reunía las cosas y las lanzaba dentro de su maleta —Era como si tuviera delante su verdugo y tuviera que pagarle para que le cortara la cabeza. ¡Es un idiota, Luna! ¿Por qué me fije en él? ¿Por qué me enamoré y estuve tres años con un idiota?

—Porque es tu idiota —contestó Luna, quién estaba sentada tranquilamente en una esquina del cuarto, manteniéndose lejos de la línea de fuego de su amiga.

—¿Por qué tuve que conocerlo? ¿Por qué tuvo Ron que presentármelo? ¿Por qué tuviste que casarte con Ron?

—Ey, a mi marido no lo metas. Estamos hablando de un idiota diferente —protestó la chica.

—...porque claro, cuando lo conocí en tu boda fue tan lindo, tan divertido, ¡tan perfecto! la mejor situación posible, ¡salir con el mejor amigo del esposo de mi mejor amiga!, casi parecía salido de un cuento. Luego él y yo, encajamos tan bien, que creí que en serio podía funcionar...

—En serio funcionaban —Luna se paró y se encaminó a la cocina de su amiga, buscando algo que comer y añadió en un susurro —En serio funcionan.

—...durante el primer año fue todo tan fácil, tan sencillo, tan "le temo al futuro no lo menciones", porque tú y Ron me lo advirtieron: Harry no es de los que se casa, no es de los que se compromete. ¡Yo lo sabía!... pero estaba tan feliz a su lado, que no supe cuando correr.

Luna regresó con una gelatina casera en una mano, una cuchara en la otra y se sentó a comer en su rincón. Escuchó todo lo que su amiga tenía que decir, esperando pacientemente a que se desahogara.

—No tenías porqué correr.

—Pero debí haberlo hecho. Así me hubiera ahorrado esta... esta... ¡humillación!

—¿Ahora por qué te humilló?

—"Tú ganas" —contestó Hermione, arremedando la voz de Harry y haciendo las comillas con las manos —¿Yo ganó qué? ¿un premio? ¿a él? ¿¡Él es el premio!? Es como si todo este tiempo yo hubiera estado jugando, haciendo artimañas, para "amarrarlo", para...

La rubia siguió comiendo mientras dejaba que su amiga sacara todo su enojo. Ella también estaba enojada con Harry, pero si se ponía a apoyarla, sabía que las cosas podían terminar muy feas. Además, Hermione necesitaba esto. Quizá para la madrugada habría sacado toda su tristeza y vendría la furia. Y después, con suerte, se calmaría e intentaría comprender a Harry, quizá hasta le daría otra oportunidad. Porque Luna sabía que su mejor amiga amaba a Harry infinitamente más de lo que amaba hacer dramas.

Cuando Hermione arrojó la última prenda que se llevaría a New York, agradeció tener una amiga como Luna. Realmente había pocas chicas que, embarazadas, cederían su derecho natural al protagonismo. Hermione la quiso más que nunca.

¡Se busca novia! - Hermione y HarryWhere stories live. Discover now