Breathin'- Donghae

Capítulo 4

Me pare de la cama poniéndome la bata negra que tenia sobre el sillón alado. Entre al baño para razonar lo que acababa de suceder y el error tan grande de haber caído otra vez.

-  Esta fue la última vez que pasa.- le dije apenas cerraba el baño. Lo mire, seguía sentado en la cama completamente desnudo mientras cubría de su torso para abajo con las sabanas.

- Yo no aseguraría eso.

-¿Me estas retando?.- le pregunté algo confundida.

-Sabes que eres débil cada vez que te toco.- yo reí levemente.

-Deja de decir tonterías Mauro, por favor. - le aventé uno de los cojines que tenía al alcance.

-Extrañaba estar así contigo.- se puso serio.

-Que lastima, porque tu esposa ya regreso a la existencia.- le recordé sus palabras de hace un rato.

-¿Nunca me lo perdonarás, cierto?

-Me lastimaste Mauro, de la peor manera. Hacer creer a una mujer algo que jamás será es algo que no se olvida. - se quedó callado.- Pero no importa ya. Es obvio que Paloma siempre estará primero para ti y así debe de ser. Es tu esposa.

-Te he dicho mil veces que te amo. Que tú me haces sentir algo que Paloma jamás lo ha hecho.- se enderezo un poco.

-Y Paloma te hace sentir algo que yo no. Lo entiendo Mauro. Pero entiende que no puedes estar con las dos. Es una o ninguna. Y sinceramente , ya no esta entre mis planes esperar a que te decidas. Porque esta más que claro que ya escogiste.

- ¿Me estas reclamando?

- No. El reclamo fue hace mucho tiempo. Ahora solo es...como un recordatorio. Para que no se te olvide lo que elegiste.- me paré del sillón.- Cuando gustes puedes irte. Tomaré un baño así que no me esperes.

-Fernanda.- dijo mi nombre antes de que cerrará la puerta. Me asome para verlo.- Te amo.- yo solo sonreí y cerré la puerta del baño.

Después de que regresé de Michoacán en aquella ocasión, que si por mi hubiera sido nunca hubiera regresado, sabía que tenía que hablar con Mauro sobre lo que había sucedido. No dije nada ni reclame nada por teléfono porque no era la manera de hacer las cosas. Me recibió igual que siempre y como lo había jurado, me llevo al lugar donde yo le pedí. Cuando le pregunte por la chica, tan solo se quedo callado para empezar a inventar que era su ex novia que recién salia del psiquiátrico. Una historia mas disparatada y enredada no pudo haber dicho. No le creí, era absurdo. Todas esas veces que se iba a Monterrey, eran cada dos o tres meses tal como ella lo había dicho. Mientras estuve en el viaje conocí a un General que al parecer conocía a Mauro de hace ya tiempo. Por supuesto que él desconocía la relación que teníamos así que me contó esa hermosa boda a la que había asistido hace cinco años de Mauro y su esposa.

Guarde mi distancia y di por terminado todo lo que teníamos hasta ese momento. ¿Que si me dolió? Me dolía cada rincón de mi cuerpo cada vez que lo veía, cada vez que lo ignoraba, cada vez que me dirigía hacia él como si fuera un completo extraño, cada vez que pensaba que entre él y yo existió un futuro.

.......

- Es un placer hacer negocios con México. Uno de nuestros mejores aliados.- menciono el Coronel Kim mientras estrechaba su mano con Mauro.

-Que puedo decir Coronel. México y la República de Corea estarán juntas para una ayuda mutua. ¿No es así Capitán Hong? - le respondió Mauro de la misma forma.

-Por supuesto. Nos alegra haber concluido las negociaciones satisfactoriamente. - dijo el Sargento. Yo me encontraba sin decir nada. - nos encantaría festejar este evento con el Capitán Fernandez y la Licenciada Villanueva.

- Sargento. Me encantaría de la misma manera, pero surgieron unos detalles en México y debo regresar hoy por la tarde.

-No, por favor. No puede hacernos esto.- el Coronel exclamó.

-Lo siento, en verdad que me hubiera encantado pero me avisaron hoy por la mañana que debo presentarme lo antes posible.

-Claro. Nosotros lo entendemos. Cuando la nación llama, no se le debe hacer esperar. De todas maneras la invitación queda extendida hacia la Licenciada.- me miró el Coronel.

-Por supuesto. Me encantaría.

-En la noche habrá un evento por parte del  Colegio Militar y nos encantaría que nos acompañará como una invitada especial.- ví a Mauro que solo me miraba.

-Sería un placer asistir.- respondí enseguida.

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-La verdad es que sigo sin entender el porque no me dijiste que te irías.- estábamos en el vestíbulo del hotel. Estaba por irse.

-El General Badillo  me llamo esta mañana. No tuve la oportunidad de decírtelo. De todas maneras sabes que me es imposible quedarme este mes y medio.- por lo general cuando se cierra un negocio, yo suelo quedarme en el país hasta que el primer embarque llega y la mercancía se verifique y se revise, todo por cuestiones normativas y fialdad de nuestra parte y por supuesto por ser armas de fuego y explosivos todo debe estar bien regulado.

-Lo sé. Solo imagine que podrías estar unos días más.- lo miré a los ojos. Esto estaba pasando de nuevo. No quería ser victima de él pero era algo que no podía evitar.

-Cuando menos lo esperes estaré de regreso.

-O yo habré regresado.- puso una mano en mi mejilla.

-Cuídate.- me dio un beso en la mejilla para luego irse. Yo solo vi como se iba.

Entré  al ascensor del hotel para subir a mi habitación cuando alguien paró las puertas de acero y se abrieron de nuevo para que él pudiera entrar y subir junto conmigo.

-¿Teniente Lee?¿Qué hace aquí?

-El Capitan primero  Hong me mando a darle este presente al Capitán Fernandez antes de irse. Pero no quise arruinar la hermosa escena. - ¿acaso se burlaba?- Sería lo mismo si se lo doy y luego usted a él, de todas maneras tienen una grandiosa comunicación.- las puertas se abrieron yo tomé la caja y salí del elevador sin decir nada. - Por cierto, el Capitán primero Hong también me indico que pasará por usted para esta noche.

-Sería mejor si me dieras la dirección y pudiera llegar sola.

-No, no lo creo. No puedo desobedecer al Capitán.

-¿Así como lo acabas de desobedecer hace un momento?

-¿Me esta contradiciendo?

-Solo dame la dirección.

-Perfecto, paso a las 8.

-¿Qué?¿Qué no me escuchaste lo que te digo?

-¿Y qué no me escuchó a mi?.- se señaló y con una  mirada se dio la media vuelta y se fue.

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